Asesorando a inmigrantes a diario: «Llegan personas de edad avanzada y yo me pregunto, ¿cómo será su vejez?»

PONTEVEDRA

Acaba de entrar en vigor el nuevo reglamento de extranjería y en la oenegé Boa Vida de Pontevedra no pueden tener más trabajo: «Es un momento de inseguridad»
31 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Rubén Torres, abogado y trabajador de la oenegé Boa Vida, suspira cuando se le pregunta por la entrada en vigor del nuevo reglamento de extranjería. Toma aliento y dice: «Tiene cosas buenas y cosas malas. El mayor problema es que ha cambiado ya varias veces, se han puesto parches, y estamos en un momento de gran inseguridad jurídica. Hay tantos casos y tan diferentes que es muy difícil asesorar a una persona inmigrante ahora mismo». Él reconoce que todos los días podría poner varias citas porque a la oenegé le llegan a diario peticiones de ayuda. No lo hace. Se limita a atender a una persona por jornada. ¿Por qué? «Porque hay que ir hasta la profundidad, saber cómo está todo su proceso para regularizarse. Y, además, porque casi siempre hay dramas añadidos, desde problemas laborales a violencia de género o cualquier otra cuestión». Dice que digiere tantos dramas como personas entrevista. Pero que hay casos especialmente duros: «Lo peor es que está llegando gente de avanzada edad que en teoría quiere trabajar pero en realidad está para que la cuiden. Tú los ves y piensas... ¿qué vejez le espera a esta persona?».
Torres indica que, efectivamente, hay muchos cambios con el nuevo reglamento. Uno de los más controvertidos es que, hasta ahora, si se pedía asilo, mientras se resolvía si se concedía o no —un porcentaje altísimo de los que se piden se deniegan— esta persona se podía incorporar al mercado laboral. En caso de que finalmente se le denegase esa protección, el tiempo que llevaba en España se le computaba y cuando llegaba a los tres años de residencia ya podía solicitar el arraigo. Ahora el plazo se reduce, basta con que estén aquí dos años para ese arraigo. Pero no se computa el tiempo de la petición del asilo. Así que toca poner el contador a cero. Rubén Torres señala que atendió a personas afectadas por este cambio, ya que habían pedido el asilo, estaban trabajando y ahora se lo deniegan. Él señala: «Hay que ver cada caso particular, porque ahora mismo hay una disposición transitoria que flexibiliza las cosas, así que la recomendación es que todo el mundo se informe bien, porque hay mucha gente perdida en estos momentos. Existe incertidumbre».
Otro de los muros con los que más choca este asesor jurídico de Boa Vida es con lo que suponen las nuevas tecnologías para los inmigrantes. «Se ha digitalizado todo para agilizar los procesos, ya que extranjería está colapsada. ¿Cómo le explicas a un inmigrante, sobre todo mayor y que no habla español, que todo lo tiene que hacer por vía telemática? Estamos detectando que la brecha digital es inmensa».
Distintos requisitos
Torres explica también que, ante la incertidumbre que muchos tienen ahora mismo, lo más importante es explicar bien las cosas y que sepan que, aunque se han reducido los tiempos de estancia en España para conseguir el arraigo —y, por tanto, regularizar la situación— sigue habiendo requisitos que cumplir. «En el caso del arraigo social, por ejemplo, además de un informe favorable de integración, hay que demostrar que se tiene un mínimo de dinero para poder subsistir aquí», indica. Señala por último que es importante no llegar a las oficinas de las oenegés o de la Administración con ideas fijas e inamovibles, porque muchas no son posibles o resultan difíciles de ejecutar: «Hace unos días vino un abuelo que quiere traer a sus nietos menores de edad a España. No es un trámite sencillo. Necesita tener su tutela y legalizarla aquí, porque sino es un rapto de menores. No es algo que se pueda hacer burlando la normativa en ningún modo», indica.