El semáforo de A Lanzada: 15 segundos para cruzar la vía tras pulsar el botón
PONTEVEDRA

Sanxenxo cambia el sistema de cruce peatonal para evitar atascos en verano
13 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Todo empezó en el 2016 cuando la renovada señalización de la PO-308 en la parte sanxenxina de A Lanzada anuló el paso de cebra que daba continuidad al camino de las Salinas a la playa. La Xunta justificó la medida en base a la nueva legislación de Tráfico, enfrentándose a los vecinos que no entendían el por qué de la desaparición de un paso de cebra que dejaba incomunicada A Revolta con el arenal. Desde entonces, el cruce se ha convertido en un recurrente quebradero de cabeza para los Concellos de Sanxenxo y O Grove y para la Xunta.
La aparente solución final llegó con el semáforo colocado en el 2017. Aparente es el calificativo más adecuado porque en días de intenso tráfico, el semáforo se convierte en un obstáculo que favorece kilómetros y kilómetros de retenciones en las horas de acceso y salida de las playas.
Casi cada verano desde que se estrenó el semáforo, Sanxenxo modifica el sistema para intentar garantizar un paso peatonal seguro sin propiciar las interminables colas de coches. Desde el año pasado el semáforo estuvo en ámbar todo el tiempo, por lo que si los peatones querían que se pusiese en verde tenían que presionar el botón del báculo y entonces se encendía también la luz roja para los vehículos. Ese sistema, sin mayor regulación, no sirve para la temporada estival, cuando la cifra de coches de multiplica y el tránsito de viandantes entre la playa y A Revolta también lo hace.
Así que este año y a partir de este viernes cambia el sistema para intentar asegurar un cruce seguro y la fluidez del tráfico, ya que la PO-308 es la principal vía de comunicación terrestre hacia el istmo de A Lanzada y O Grove.
De esta forma, a partir de este viernes el semáforo estará siempre en verde para los vehículos que transiten por la carretera autonómica. Solo se pondrá en rojo para los coches y verde para los peatones cuando un viandante que quiera atravesar la calzada pulse el botón del semáforo y entonces tendrá quince segundos para ir de un lado a otro de la vía.
Tres minutos de intervalo
También se ha tenido en cuenta que hay que evitar que el paso constante de personas cause una excesiva duración de la luz roja para los coches, sobre todo en los momentos de mayor afluencia del verano. Así pues, se ha fijado un intervalo de tres minutos de espera desde que una persona haga cambiar la luz del semáforo y la siguiente vez que se pueda volver a poner en verde.
Con este método, se confía en que se pueda desarrollar una convivencia más adecuada entre los peatones que transiten entre el camino de las Salinas y A Lanzada con los coches que se muevan entre O Grove y A Revolta con el tramo sin desdoblar de la Vía do Salnés y Portonovo.