Reyes Ferreiro: «Caldas é un fogar onde sempre hai sitio para un máis»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral CALDAS / LA VOZ

PONTEVEDRA

La oncóloga abrió la Feira Tradicional, antesala de las fiestas de san Roque

10 ago 2025 . Actualizado a las 17:10 h.

Caldas de Reis vive desde este domingo sus fiestas de verano, aunque las de san Roque se harán esperar unos días (13-16 de agosto). La localidad regresó simbólicamente durante esta jornada a la Feira Tradicional que se celebraba a finales del siglo XIX. El parque jardín y la carballeira, situados a orillas del río Umia, dieron buenas sombras y muchas propuestas para disfrutar de un día que tuvo como protagonista este 2025 a su pregonera.

Tras Lúa Piñeiro y Manolo Piñeiro el testigo lo cogió este agosto la oncóloga del Hospital Ramón y Cajal de Madrid Reyes Ferreiro Monteagudo (Caldas de Reis, 1983). La médica aceptó gustosa el ofrecimiento del Concello, a través de la concejalía de Cultura e Festas, para la apertura de los festejos.

El suyo fue un pregón cercano y muy emotivo por todos esos recuerdos que evocó Reyes, que en el 2023 recibió un premio del Colegio Oficial de Médicos de Madrid por la escuela de pacientes de cáncer colorrectal del hospital donde trabaja. Dijo que este domingo hablaba «como filla de Caldas», una más, y que se sentía con el corazón «cheo de gratitude, emoción, orgullo e responsabilidade». Aunque reside en la capital de España, Reyes nunca se marchó de su municipio. Su familia estuvo muy presente durante su intervención, pero también sus maestros y sus vecinos.

«Se algo aprendín da vida en Caldas e da medicina é que nada cura tanto coma o amor que un sinte cando forma parte de algo, e Caldas é iso, un fogar onde sempre hai sitio para un máis», expuso. La pregonera se presentó como hija de Alfonso y Lolita, que le enseñaron que la dignidad está en los pequeños gestos. Volvió a su infancia, a los días con sus hermanos en las playas fluviales y a los juegos en calles y plazas. Y tiró mucho de historia, de esa villa termal que es Caldas desde los tiempos romanos con esa agua «que cura corpo, alma, purifica recordos e leva as penas», hasta la villa actual rebosante de peregrinos. «Esta vila tan pequena no mapa é inmensa en sentimento», subrayó.

A Reyes le gusta regresar cada verano para vivir con emoción la noche de los fuegos artificiales desde el puente de A Ferrería. Habló de esos dos «faros» que tiene en su vida, su marido Jose y su hijo Martín, «que xa corre por estas rúas». Y comentó que para muchos caldenses las fiestas son el momento más esperado del año: «A miña nai Lola dicía que o máis bonito destas festas é ver a vila chea de xente, como un corazón que latexa con forza». Se despidió animando a disfrutar de esos acentos de medio mundo y a construir juntos una Caldas abierta, culta y orgullosa de su gente y de su tradición. «Celebremos por nós, polo presente e polo futuro; por cada xeración que fixo e fai medrar esta vila. Que viva Caldas!».