Un hombre al que le piden en Pontevedra 14 de años de prisión por violar a su novia alega: «Lo que hicimos fue el amor»

PONTEVEDRA

La exmujer del acusado salió en su defensa y dio a entender que la víctima lo denunció porque él la dejó y estaba resentida
23 sep 2025 . Actualizado a las 19:28 h.¿Violación o relación sexual consentida? Eso es lo que tendrá que decidir la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra tras el juicio celebrado este martes. Se sentaba en el banquillo un hombre de mediana edad al que una mujer que fue su novia acusa de haberla violado en el transcurso de esa relación sentimental. La fiscala que lleva el caso, Rosalina Carrera, pide catorce años de prisión para este varón, que negó totalmente los hechos y dijo que lo único que hizo con la víctima fue «el amor».
Los hechos ocurrieron en el año 2023 en A Estrada. Según la fiscala, este hombre llevaba unos dos meses de relación con una mujer con la que no convivía habitualmente, pero con la que sí dormía en la vivienda de ella esporádicamente, sobre todo los fines de semana. Un día, estando en el hogar de la mujer, y siempre según la versión de la fiscala, el hombre, mientras ella tendía la ropa, la agarró y la tiró encima de una cama. Luego, la agarró, la desnudó y mantuvo relaciones sexuales con ella. La mujer, al día siguiente, acudió al PAC, donde constataron unas lesiones vaginales que, según el médico forense, son compatibles tanto con una agresión como con una relación consentida, puesto que resultan inespecíficas. La mujer le puso una denuncia por agresión sexual. Y la fiscal considera que dice la verdad porque pide 14 años de prisión para el acusado.
El hombre en cuestión, que tiene 57 años de edad, respondió en el juicio a todas cuantas preguntas le hicieron. Su versión de los hechos difiere totalmente de los de la víctima y la fiscala. Él dijo que, en agosto del 2023, se había ido de vacaciones a un cámping de Aguiño con la que entonces era su novia, con la que llevaba varios meses de relación. Al finalizar el viaje, se fueron a casa de ella. Dice que él se puso a hacer la comida, que posteriormente se acostaron a dormir la siesta y mantuvieron relaciones: «Lo que hicimos fue el amor». A preguntas de la fiscala, insistió en que ella «no se quejó de nada». Él negó cualquier tipo de agresión sexual ni que tampoco discutiesen por causa ninguna. Es más, dijo que se había ido como siempre aunque, a preguntas de la fiscala, reconoció que se había marchado con todas las cosas que tenía en casa de ella, como zapatos y otras pertenencias. Eso sí, alegó que era que «había que lavarlas».
El acusado señala que se marchó de la casa de su novia y se fue a la vivienda de su exmujer para ver a la hija de ambos. Y que, una vez allí, se dio cuenta de que su pareja le había estado manipulando el móvil y que incluso se había hecho pasar por él y por su hija y le había dicho cosas improcedentes a amigas suyas. Por ese motivo, según su versión, decidió llamarla y cortar la relación: «Le dije que partíamos, que a mí no me gustaba lo que había visto». Según él, ella tomó de muy mala manera la ruptura y empezó a dar muestras de que estaba resentida y de que se iba a vengar de él. «Me mandó unos audios tremendos», indicó. La víctima declaró después en el juicio, pero lo hizo a puerta cerrada y separada con un biombo del acusado.
Posteriormente, fue el turno de las periciales. Declaró una médica forense del Imelga. Señaló que las lesiones que presentaba la víctima eran inespecíficas. Habló de un moratón en un brazo y de lesiones en la zona vaginal. Pero de su testimonio no se pudo concluir si estas lesiones están relacionadas con una agresión o no.
Como testigo, declaró la exmujer del acusado y madre de su hija. Dijo que habían estado juntos 17 años y que ahora tenían una relación «formidable». Refirió que pese a no ser ya pareja comían juntos con su hija los domingos. Y, con respecto a los hechos que se le imputan al hombre, insistió en la tesis de que la denunciante actuó por despecho. «Le mandó unos audios fuera de lo normal», dijo. Entre ella y su hija le ayudaron a grabar esos audios en un lápiz de memoria para poder utilizarlos como prueba en el juicio.
La fiscala no se movió un ápice de sus conclusiones iniciales y sigue solicitando 14 años de cárcel para el acusado. El abogado del acusado, en su última intervención, señaló que tenía constancia de que la mujer denunciante ya había sido condenada en otra ocasión por una denuncia falsa (sin especificar de qué tipo). El juicio ha quedado visto para sentencia y ahora es el turno de que la Audiencia de Pontevedra dictamine.