Mayores de 80 años, fieles a la cita con la vacunación en Pontevedra: «Me llaman y vengo»

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Isolina, Perfecto, Jesús o Prudencia fueron de los primeros en recibir los pinchazos en el centro de salud Virxe Peregrina

21 oct 2025 . Actualizado a las 10:05 h.

La campaña de vacunación frente a la gripe y el covid inició este lunes un nuevo paso con los pinchazos a los mayores de 80 años en los centros de salud del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. Este 2025 el proceso comenzó el pasado 29 de septiembre en las residencias y el 13 de octubre se trasladó a las escuelas infantiles y colegios, donde se vacuna a menores de seis meses a 11 años.

Ayer el día no invitaba mucho a salir de casa, pero los mayores que estaban citados acudieron a los ambulatorios para recibir, si querían, las dos vacunas, la antigripal y la del covid. A las 10.30 horas, en el Virxe Peregrina de Pontevedra no hay colas y los usuarios van llegando sin prisa. La mayoría de los que acuden lo hacen acompañados, como Isolina Piñón, de 95 años, que sale del brazo de un hombre por la entrada lateral de la calle Echegaray. «Non temos moito tempo que temos o coche aparcado enfronte», dice mientras la mujer esboza una sonrisa.

También se puso las dos vacunas Perfecto Iglesias, de 97 años. Sale solo, acompañado de un bastón, pero lo está esperando una hija en el coche. «Tenía cita y mientras tenga vida vendré, ya me queda poco», suelta desde la rampa. Poco después sale Jesús Cortegoso, de 83 años. Él también es de los que están convencidos de la protección frente esos virus que aportan las vacunas. «Me llaman y vengo», comenta mientras se acaba de poner el chaquetón.

Algunos años más que Jesús tiene Prudencia Martín, de 99, que sale con un andador acompañada por su nuera Inés. Mientras su familiar va a buscar el coche, ella no tiene inconveniente en contar cómo le fue con las vacunas. También se puso las dos, una en cada brazo. De una no se enteró y de la otra, un poco, dice. «Pinchan muy bien, son muy delicadas porque si te toca una brava... Yo ya vengo con la manga preparada». Natural del País Vasco, Prudencia relata que ella se vacuna todos los años. Le cuenta al fotógrafo y a la periodista que ella, quitando el oído y el lumbago, está estupenda ahora que se acerca a los cien años. Coqueta, dice: «En algún tiempo era guapa, ahora no, que adelgacé mucho». Tras ella el personal del Virxe Peregrina sigue pinchando.