
Falleció este sábado a los 72 años
30 mar 2025 . Actualizado a las 19:29 h.Tengo que decir que su verdadera pasión fueron siempre sus nietos y nieta, a los que se dedicó estos últimos años, y con los que verdaderamente disfrutó y se le iluminaba la cara cuando los llevaba desde bien pequeños a hacer sus paseos. Y luego estaba lo demás. Lo que hizo que muchos nos conociésemos y compartiésemos, a veces más cosas de las que se acaban sabiendo.
Lo conocí hace ahora treinta años, y en consecuencia mucho más jóvenes. Compartíamos inquietudes, pero realmente cuando yo llegué él ya tenía experiencia de sobra y conocía perfectamente la administración. Con un carácter especial, nunca quiso la primera línea, aunque siempre estuvo ahí, como un fiel escudero en todas las etapas conformando equipos y defendiendo siempre al número uno.
A nivel personal tengo muchos recuerdos, siempre se quedarán conmigo y en la vida política un sin fin de anécdotas donde en la vida municipal quedará reflejado por su visión, forma de negociar, defensa de los suyos y opinión, siempre tenía opinión. La vida fue más corta de lo esperado, pero en su caso fue intensa en lo profesional.
No sé cómo será nuestra historia municipal con el paso de los tiempos, pero de lo que estoy segura es de que durante muchos años se seguirá hablando de Juan Muradas. Conectó con varias generaciones, tenía buena oratoria, era valiente y con doble o triple intencionalidad siempre, con cualquier chascarrillo, como él decía, pero siempre su salida y meta en Marín, su ciudad.
Un abrazo fuerte a su familia, a su mujer acompañante siempre y a sus hijos que llevan unos meses difíciles y complicados, pero siempre ahí. Para los que tuvimos el placer de conocerlo nos queda mucho de él, al final uno le dedica mucho tiempo a esta actividad y sinceramente con Juan Muradas fue un placer coincidir.
Y en lo personal me llevo un fuerte abrazo que me dio hace unos días, donde sentí que por la forma de saludarme, me quería decir algo, aunque pensé… quedamos otro día… pero no nos dio tiempo… ¡Hasta qué nos volvamos a ver Juan!