Ángel Moldes, futuro alcalde de Poio: «Vamos a empezar ya pisando fuerte el acelerador»

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

POIO

Ramón Leiro

Asegura ser consciente de «que nos votaron personas que no son del PP»

31 may 2023 . Actualizado a las 11:08 h.

«Ahora, a hacerlo bien». Esta es posiblemente la frase que más ha escuchado Ángel Moldes de sus vecinos desde que el pasado 28M logró la mayoría absoluta para el PP y con ella la alcaldía de Poio, el municipio que le vio nacer en 1980. De hecho, en el transcurso de esta entrevista, más de media docena de viandantes de ambos sexos se aproximaron para acompañar su enhorabuena con estas cuatro palabras.

—Es inevitable preguntarle por lo qué va a suponer sustituir a un alcalde histórico del BNG, como es Luciano Sobral.

Luciano Sobral forma parte de la historia viva de Poio. En el último pleno de Navidad, le dije que de los que estábamos allí yo era el que más años me tuve que enfrentar a él. Ya comenté que, independientemente de lo que sucediera en estas elecciones, todos debemos respetar su figura. Fue un alcalde respaldado por los vecinos y se marcha con buena relación con todos. Independientemente de posiciones políticas, la relación es buena. Intentaré respetar su figura, su legado y darle el respeto que se merece.

Ramón Leiro

—En todo caso, lo primero que tiene intención de hacer una vez tome posesión es una auditoría, saber la deuda del concello.

—Sí. Igual la gente lo puede interpretar como una desconfianza hacia el funcionario. No. Quiero hacer una auditoría con los propios trabajadores de la casa. En la campaña, y creo que fue un error del BNG y PSOE, fui el único que públicamente defendí el trabajo de nuestra gente, de los trabajadores y los funcionarios que tenemos en la casa. Tenemos una interventora fantástica, un tesorero fantástico, un personal en el área de Economía fantástico y es sentarme con ellos y desgranar y hacer una radiografía clara. Sé la deuda que tenemos con los bancos en la actualidad, pero en estos últimos dos meses fue tremendo. Hubo concesionarias que estaban haciendo obras que las paraban la obra porque el Concello introducía otras empresas para intentar hacer otro tipo de obras. Y como los responsables de seguridad son las empresas que ganaban el concurso, pues decían que, mientras no se vayan, yo no sigo trabajando.

—¿Esta forma de proceder fue puntual o generalizada?

—En todas las áreas. En las Festas de Primavera las cantidades que se gastaron fueron tremendas... gastos en materiales, en muros, en subcontrata... Eso todo va a llegar ahora y yo quiero saber dónde estamos. Es tremendo porque estamos en mayo y la mayoría de las partidas del presupuesto están totalmente agotadas.

—¿No son partidas que se hayan abonado ya, pero de cara a futuras actuaciones?

—No. Cuando presentaron las Festas de Primavera preguntamos si había alguna previsión para los eventos del verano y nos dijeron «o verán xa se mirará». No presentaron cómo van a pagar eventos para la Festa do Mar o para la Festa da Ameixa. Nos preocupa bastante. Creo que los últimos meses fue muy a la desesperada y se intentó solucionar, lo que nos hizo en veintiocho años. Al final, nos ponen en una situación para terminar este año complicada. Creo que fueron bastante irresponsables en ese sentido bueno.

Ramón Leiro

—¿Cuáles son sus proyectos a más corto plazo, más inmediatos?

—La idea es llevar a cabo todo lo que nos comprometimos a hacer, pero lo primero que vamos a hacer es asentar el gobierno. Quiero hacer un gobierno muy abierto. Soy consciente de que el apoyo es masivo, casi tenemos cinco mil votos y sé que nos votaron personas que no son del Partido Popular. Me gustaría, y lo decía la noche electoral, gobernar para todos. Va a ser un gobierno abierto, de escuchar mucho, de hacer planificación. En las reuniones con los colectivos vecinales les dije que va a haber que empezar a hacer prioridades. Para poder hacer actuaciones importantes, igual va a haber que hacer un plan de inversiones. En vez de andar con obras pequeñitas en todas las parroquias, igual hay que hacer una planificación y decirle a los vecinos que este año vamos a actuar en esta parroquia, el próximo en la otra, pero hacer actuaciones importantes. La gente confió en nosotros para dota a Poio de infraestructuras importantes. Por ejemplo, una de las primeras cuestiones es adaptar urbanísticamente la zona de A Seca. Para poder realizar el complejo que nosotros nos comprometimos hacer, lo primero que hay que hacer es planificar urbanísticamente todo el entorno. Y después continuar con el transporte interparroquial, ver la cuestión del nuevo centro de salud. A mí me preocupa muchísimo el nuevo vial. Se habló de que ya estaban los terrenos comprados, pero no se le dijo la verdad a la gente. Lo que menos importa ahí son los terrenos. Tenemos que hacer una modificación para que esos terrenos sean aptos para construir, un plan de infraestructuras y, a día de hoy, cuánto nos costaría ese vial que une la PO-308 con la zona de A Canteira y que pasa por una zona que llaman As Rochas. Hay que partir una cantera al medio. Eso puede ser costoso. Quiero reunirme con los técnicos para que me digan exactamente cuanto puede costar, porque puede costar más ese vial que el propio centro de salud.

—De hecho, hace escasos días, el Sergas demandó la redacción de un Plan Especial de Dotación e Infraestructuras para permitir la urbanización de esta zona.

—Intentaron llegar a la desesperada, en vísperas de la campaña, diciendo «ya tenemos los terrenos». Pero tenemos unos terrenos que están en una zona que no son aptos para la construcción, en los que hay que hacer unas modificaciones, y que sí que es cierto que, al ser un tema sanitario, se pueden hacer a la vez, pero tenemos que aprobar un plan de infraestructuras. No hay saneamiento, no hay servicios y lo que más me preocupa, construir un vial que hay que desarrollar en una zona súper complicada . Estamos hablando de muchos millones de euros.

—Va a tomar posesión en vísperas del arranque de la temporada estival, ¿cómo se presenta?

—Mi idea es reunirme con todos los funcionarios y pedirles colaboración. Vamos a llegar en un momento de máximo rendimiento, que van a ser dos meses muy importantes e intensos, cierto es que conozco el Concello, conozco la casa, conozco a los trabajadores y sé que no va a haber problema, pero sí que vamos a empezar ya pisando fuerte el acelerador. Los vecinos nos votaron para eso. No vengo ahora con las disculpas de «es que acabamos de llegar». Sé a dónde vengo, sé lo que lo que tengo que hacer y desde el primer momento mi intención va a ir a lo que nos comprometimos a hacer. Crear un buen plan de trabajo, uno va a ser específico para estos meses de verano. Reunirme con todos los funcionarios de todas las áreas. Quiero que el Concello funcione como un único Concello. Es decir, aquí no va a haber funcionarios del área de Cultura, del área de Urbanismo... Son funcionarios de los vecinos del Concello de Poio. Sí que les voy a pedir colaboración porque el ritmo de trabajo va a cambiar, quiero darle intensidad y recuperar tiempo perdido. Está claro que en cuatro años no voy a recuperar veintiocho, pero quiero que Poio evolucione y caminar hacia nuevos tiempos.

Ramón Leiro

—Hablando de turismo, ¿cómo vislumbra el futuro de Tambo?

—Cierto es que todo lo que se hizo en Tambo fue apoyado de forma unánime por todos los grupos. Hay un camino que se inició y creo que hay que empezar a mejorar otras cosas. Tenemos que empezar a generar empatía con Tambo. Lo que noté estos meses es que hay vecinos que empezaban a decir que «no sé si estábamos mejor antes o ahora». Debemos tratar con todo el cariño y respeto a nuestros visitantes, pero, por ejemplo, a la hora de ir a Tambo no puede pagar lo mismo un vecino de Poio que una persona que venga de otro lugar. Lo tengo clarísimo. Me reuniré con todas las navieras, con el personal y creo que hay que tratar con mayor sensibilidad a los vecinos de aquí. Y a partir de ahí, protegerla. Mi idea también es en un futuro intentar lograr una bandera azul para Tambo. Va a ser algo simbólico y ya sucede en otras islas, como las Cíes.

—Hablando de banderas azules, en estos momentos solo ondea en un playa, Cabeceira, y en el pasado llegó a haber dos con Xiorto, en Raxó.

—Justo. Hay que hacer un plan. Hay gente que alegan como disculpa que las banderas azules no son importantes. Bueno, para mí, sí. Pienso que la bandera azul está relacionada con la excelencia y nosotros vamos a apostar por un Poio único, por un turismo de excelencia, un turismo de sostenibilidad. En la presentación de nuestro plan de turismo no hablamos ni de meses de julio, ni de meses de agosto, ni de Tambo, ni del monasterio, ni de Combarro porque sabemos que funcionan. Debemos preocuparnos por desestacionalizar y buscar la excelencia, y las banderas azules, al final, son certificados de calidad, son repercusión mediática y son atractivos hacia la gente que nos visita.

—Antes aludía a la conexión a A Canteira por la PO-308, ¿esta carretera sigue siendo un problema?

—Tiene las dos cosas. La veo como un escaparate de nuestro Concello. Tener la posibilidad de que atraviesen tu concello todos los días 18.000 o 20.000 turismos es un problema si lo planteas como saturación, pero también es una oportunidad para dar a conocer el atractivo de algunas zonas. Nuestra idea es humanizarla en su totalidad. Ahora estamos con el tramo de Fontenla y Combarro, empiezan con los inicios administrativos del tramo de Combarro a Samieira y lo primero que vamos a hacer es plantear la humanización de San Salvador hasta la gasolinera. Queremos humanizarla, hacerla accesible y darle una continuidad con lo que es la propia ciudad. Hay que hacer calmados de tráfico, aminoración y, a partir de ahí, hacer lo mismo en los núcleos específicos. Al mismo tiempo, hay que hacer un plan de tráfico. Reunirnos con la Policía Local y buscar también distintas posibilidades de como regular el tráfico en zonas específicas, en horas específicas.

—Durante la campaña, otro de los caballos de batalla del PP fue el deporte.

—Uno de nuestros proyectos estrella es el de infraestructuras deportivos. Es muy ambicioso. Está preparado para hacer de una sola vez o, incluso, en tres fases. El domingo cuando, a última hora, llevamos la alegría de que tenemos la Diputación de Pontevedra ya me planteo desarrollar a una vez. Queremos construir un pabellón adecuado para deportes como, por ejemplo, la gimnasia rítmica. Muchas veces la gimnasia rítmica tiene la problemática de la altura y queremos un pabellón homologado para ese tipo de competiciones. Tenemos al Poio Pescamar que ahora empieza una fase final y seguramente habrá muchos problemas de capacidad y va a haber gente que no va a poder asistir porque la capacidad del pabellón es la que es. Tenemos el balonmano que cada vez crece más. Tenemos el kickboxing que cada vez crece más... Tenemos una actividad potente y los equipamientos deportivos, infraestructuras deportivas, van a ser muy importante, como lo es el trabajo de la mano del propio deporte de Poio. En su día, peleamos mucho para crear el Consello Municipal de Deportes y es de donde nos debemos de nutrir. Todo lo que se haga respecto al deporte tiene que salir del deporte. Además de la zona de A Seca, llevamos otros proyecto. Cada vez hay más afición por el ciclismo, por el triatlón, y en la zona del Castrove, que es un proyecto consensuado con los propios clubs, queremos hacer unos entornos de deporte base y tecnificación. Van a ser circuitos para distintas modalidades deportivas relacionadas con la bicicleta, zonas de paseo... pensando en un deporte verde, en un deporte saludable, que los padres pueden dejar allí a sus niños y dar un paseo por el entorno de la secuoyas de O Castrove. Otro de los caballos de batalla va a ser potenciar todo el entorno de O Castrove. Tenemos un diamante.

—Uno de los problemas históricos de Poio es el saneamiento de Raxó y Samieira que estaría encauzado con la ampliación de la depuradora de Paxariñas.

—Es algo que ya tenía hablado con Telmo Martín. Hay dos proyectos que son transversales para Poio y Sanxenxo. Una de las primeras reuniones que tendré será con alcalde de Sanxenxo para tratar tanto este tema, como el de la posibilidad de dar salida a la zona de A Granxa y dar comunicación y dar salida a la zona de Raxó. Hay un proceso administrativo. Es cierto que a día de hoy se está aún con la licitación, no hay nada de obra hecha, pero creo que está encaminado y tenemos que seguir con ese proyecto de buscar una solución definitiva al saneamiento de Raxó y Samieira. Por mucho que algunos lo intenten ocultar, yo lo digo, lo dije en la oposición y lo digo ahora con la alcaldía ganada. A día de hoy, Raxó y Samieira sigue invirtiendo directamente al mar y a mí eso me preocupa.

—Ya por último, un augurio para estos próximos cuatro años. ¿Cómo van a ser?

—A ver, mi personalidad es de ser una persona intensa. Van a ser intensos. Quiero traer cosas para mi concello. Vamos a ser dinámicos. Conozco a la gente que viene conmigo. Saben también como soy. Soy de los que digo que el líder es el que tiene que empujar y llevar a todos los detrás y lo que espero es colaboración de todo el equipo, colaboración de los propios funcionarios. Los protagonistas tienen que ser los funcionarios. Nosotros pasamos y ellos se quedan. Un pilar fundamental va a ser el trabajo propio con todos los funcionarios de la casa y lograr que Poio salga hacia adelante. No somos menos que nadie. No tenemos que ser más que nadie pero tampoco ser menos que nadie. Nuestra idea es traer infraestructuras, buscar un desarrollo socioeconómico y creo que vamos a hacer algo importante en Poio.