Las fusiones y la crisis dejan la ciudad sin una veintena de sucursales

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Abanca es la entidad que más oficinas cerró, nueve, seguida de las que suman Santander-Banesto, y Popular-Pastor

30 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En tan solo seis años «la calle de los bancos» ha pasado de perder su verdadera identidad, la de Gutiérrez Mellado, a defender casi por tradición su sobrenombre. Sujeta entre Michelena y Riestra, otras dos de las históricas sedes de sucursales bancarias, alberga ahora apenas cuatro oficinas, todas de gran tamaño, eso sí. La que la veía nacer, una de las más recientes que abrió el Santander Central Hispano, conserva su fachada blanca intacta a la espera de que una nueva marca comercial vuelva a colocar un rótulo sobre ella. En el otro extremo, donde muere, frente a Villa Pilar, la antigua sede del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) y actual galería de arte, el inmueble que hace esquina lo que en su día albergó los almacenes Valentín Muíños se sigue despidiendo de su último inquilino, una ya extinta oficina de Citibank. Así, de las seis sucursales que llegaron a flanquear la calle -que hay quien dice que antiguamente llamaban «del chanchullo» por los rumores sobre su urbanización-, en estos momentos solo quedan cuatro.

La historia reciente de Gutiérrez Mellado es también la de la banca, al menos en la ciudad de Pontevedra. Aunque lo cierto es que la crisis financiera ha golpeado a todas las entidades bancarias, que se han visto obligadas a cerrar oficinas en toda España -se calcula que unas dos mil-, en la ciudad de Pontevedra su escenificación ha sido muy visible. Algo más de una veintena de sucursales han tenido que cerrar sus puertas en los últimos seis años en la Boa Vila. No todas, sin embargo, a consecuencia directa de la crisis. En algunos casos, aunque esta subyazca bajo casi todos los males económicos del concello pontevedrés, el detonante fue la fusión de compañías.

Así ocurrió, por ejemplo, con las tres sucursales de Banesto que, tras ser absorbido por el Santander, cambiaron sus rótulos negros, azules, amarillos y rojos por los rojiblancos del de Botín. Uno de ellos es, precisamente, el que está en Gutiérrez Mellado. Y esta operación conllevó, asimismo, de forma indirecta la clausura de la se encontraba en la Michelena, a apenas unos metros de distancia, y que por cierto, utilizaba Rajoy cuando venía a Pontevedra. También la que tenía el BSCH en el Carrefour de Salcedo cerró. Otro ejemplo es el del Pastor y el Popular, que perdieron en total cinco oficinas (entre ellas, las de la Eduardo Pondal y Lérez). Abanca, otro de los gigantes de la banca gallega -fruto de otra fusión-, perdió nueve oficinas en la ciudad; el BBVA, una; el Banco Gallego otra, Citibank, una tercera y el Popular-e, otra más.