La puesta a punto de barcos por vedas y el verano abarrotan los varaderos de la ría de Pontevedra

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

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Julios Santiago, marinero del Náutico de Portonovo, frente a una de las veinte embarcaciones que este viernes estaban varadas en esta localidad
Julios Santiago, marinero del Náutico de Portonovo, frente a una de las veinte embarcaciones que este viernes estaban varadas en esta localidad Ramón Leiro

Listas de espera para la revisión de embarcaciones en los puertos de Sanxenxo y Portonovo

27 may 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

Pesqueros, bateeiros, veleros, catamaranes y hasta barcos para exportar abarrotan estas semanas previas al verano los varaderos de la ría de Pontevedra. Por un lado, están los propietarios náutico recreativos, que las quieren tener listas para el inminente inicio de la temporada estival. Por el otro, se hallan los barcos profesionales cuyos armadores aprovechan las vedas sectoriales para su revisión a fondo.

La escena se repite en todos los puertos. Sanxenxo, Portonovo y Bueu, por ejemplo, están llenos hasta la bandera. Toda una flota se encuentra en tierra, expuesta en las rampas de varada y en las explanadas portuarias a los ojos del público. Los varaderos de la comarca son, ahora mismo, un bosque de mástiles.

En el puerto de Sanxenxo, una de las principales referencias náuticas de la ría, el varadero tiene capacidad para unas 25 embarcaciones, aunque su espacio se debe acomodar las diversas esloras de los buques. Desde Nauta Sanxenxo señalan que la capacidad de esta instalación está al completo. La rotación semanal es de una media de catorce o quince barcos, lo que sirve para hacer una idea de la frenética actividad que se desarrolla en esta rada. El grueso de las unidades que se ponen al día en Sanxenxo pertenecen al sector de la náutica recreativa y la inmensa mayoría tienen pabellón español.

En el vecino puerto de Portonovo la actividad del varadero la coordinan la cofradía de pescadores y el club náutico. El varadero de este puerto se encuentra justo en el frente marítimo, paralelo a la calle Rafael Picó, y en el verano una parte de su superficie se destina a aparcamiento para los visitantes.

A estas alturas de mayo, todo el espacio disponible se destina exclusivamente a la reparación. Este viernes se podían contar algo más de una veintena, que iban desde pequeñas lanchas hasta un catamarán. La variedad es tan grande que este varadero podría pasar por el expositor de una feria marítima. Portonovo tiene una vocación marinera más grande que su vecino, razón por la que en su varadero dos de las tres grúas están adscritas al pósito, que también es concesionario de buena parte del terreno portuario. No obstante, cofradía y club náutico colaboran en buena sintonía y la operativa de adecentamiento de los barcos discurre sin complicaciones.

Uno de los marineros del Club Náutico de Portonovo es Julio Santiago. Indica que hay lista de espera ante el gran numero de peticiones. «Es lo normal por estas fechas, pero sí que hemos notado que hay bastante gente que se ha adelantado, porque saben que si esperan a última hora no damos abasto». Santiago explica en qué consiste este mantenimiento básico. «Se suben los barcos y los chorreamos con una máquina de presión para dejarlos limpios, se rasca lo que haga falta y se pintan con patente». Los trabajos más complicados de mecánica, tanto para los profesionales como para los recreativos, los asume personal de los astilleros locales como Polymade.

Julio precisa que, en el área deportiva, la eslora suele ir desde los cinco a los doce metros Las unidades de mayores se manipulan con la grúa de la cofradía. En Portonovo se iza un barco al día y las jornadas más intensas suelen ser jueves y viernes, porque para el fin de semana los propietarios ya los quieren tener listos para usarlos y salir al mar.