
La Xunta acometerá una ampliación por tramos de la vía rápida del Salnés entre Sanxenxo y O Grove, después de años de dudas y demoras
28 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Si los plazos anunciados se cumplen, en el verano de 2027, miles de conductores que circulan a diario por la vía rápida del Salnés entre Sanxenxo y O Grove, deberían empezar a notar los beneficios de la ampliación por tramos que la Xunta de Galicia acaba de anunciar y cuya ejecución se planifica a dos años vista. La actuación será por fases, tanto para garantizar la seguridad vial como para cumplir con las fuertes exigencias medioambientales que se imponen al actuar en una zona especialmente sensible. No sólo comprenderá desdoblar una parte de la vía rápida, sino que también conlleva actuaciones en el nudo de carreteras colindantes. Por lo que la obra al completo tardará en finalizarse pues conlleva varios ámbitos de actuación.
Después de muchos años de dudas y demoras, la Xunta de Galicia ha decidido acometer un desdoblamiento «con sentidiño» del tramo de vía rápida del Salnés que sobrevive entre Sanxenxo y O Grove cuya mejora llevaba mucho tiempo atascada. Exactamente 17 años, los que han transcurrido desde que se estrenó la AG-41, denominación oficial de la Autovía del Salnés, que comprende 17 kilómetros, los que distan desde Curro hasta la entrada a Sanxenxo a la rotonda del Vinquiño.
De Corredor a Autovía
Pero realmente, la raíz del asunto data de la década de los 90 cuando el intensísimo tráfico entre Pontevedra y Sanxenxo se traducía cada verano en interminables caravanas en la carretera de la costa, entonces identificada como C-550 y que en la actualidad se denomina PO-308. Se puso sobre el tapete la necesidad de una vía alternativa y se debatió sobre dos posibles trazados: o bien a través de la falda del Monte Castrove o bien por el Salnés, opción por la que se decantó el entonces conselleiro de Obras Públicas, José Cuíña Crespo, con Manuel Fraga como presidente de la Xunta. Así nació el proyecto de la vía rápida del Salnés, entre Curro y Sanxenxo, ejecutada en 16 meses e inaugurada en junio de 1993. En cambio, se tardaron 6 años más hasta que se construyó y abrió el tramo entre Sanxenxo y A Lanzada, en diciembre de 1999.
Pero lo que nació como alternativa a la carretera de la costa se evidenció como un vial muy peligroso por una elevada siniestralidad que se cobró un reguero de vidas humanas que empujaron a las autoridades a planear el necesario desdoblamiento. Fue el propio Cuíña quien presentó en 2002, el primer estudio para su conversión en autovía. Después vino Alberto Núñez Feijoo, nombrado por Fraga conselleiro de Política Territorial, quien en 2003 presentó en Meis, el proyecto de desdoblamiento en autovía y en 2005 firmó los contratos con las constructoras Copasa y Puentes y Calzadas, adjudicatarias del proyecto. Pero por medio las elecciones autonómicas de ese año, provocaron un vuelco político.
El PP perdió la mayoría absoluta y llegó al poder el bipartito PSOE-BNG con María José Caride como responsable de obras públicas en el gobierno autonómico presidido por Emilio Pérez Touriño. Fue al pontevedrés a quien le correspondió, en julio de 2008, inaugurar los 17 kilómetros de la autovía AG-41 que vino a sustituir parcialmente a la antigua vía rápida.
No deja de resultar curioso que, en los siguientes años transcurridos, durante los cuatro gobiernos de Alberto Núñez Feijoo como presidente de la Xunta, se atascase el proyecto de dar continuidad a la Autovía del Salnés, sobre todo por las reservas que la Red Natura imponía para actuar en parte del trazado.
Desdoblamiento «light»
De modo que ha sido Alfonso Rueda quien relanza la idea de desdoblar el tramo entre Sanxenxo y O Grove, consciente de la enorme presión de tráfico que soportan ambos concellos cada verano y de la necesidad de mejorar la movilidad en una zona clave del destino turístico Rías Baixas. Y al mismo tiempo, mantener un equilibrio entre las actuaciones viarias previstas y el respeto al medio ambiente en entornos como los humedales, las dunas y el propio istmo de la A Lanzada.
Por tanto, el desdoblamiento será parcial y hasta «light». De los 7 kilómetros del tramo, se desdoblarán apenas 4.000 metros que son los que distan entre el enlace de Fontoira con los enlaces de Adina (Portonovo) y el de Noalla, en dirección O Grove. Y se apuesta por un tercer carril, entre la rotonda de La Lanzada y Noalla, en sentido Sanxenxo. Ambas actuaciones pretenden atajar los problemas de retenciones que se producen en esos trechos cada verano. Esas obras se llevarán la mitad del presupuesto anunciado. La mitad restante se destinará a actuar sobre las carreteras concernidas: PO-308; PO-550 y PO-316. Implicará en la primera de ellas, la carretera costera, contar con cuatro carriles, desde la rotonda de la vía rápida hasta el enganche con la PO-550.
Asimismo, se dotará de carriles directos de entrada y salida con la Vía Rápida en la rotonda final para mayor fluidez del tráfico. Lo que conlleva actuar sobre otro punto negro: el semáforo de As Saíñas. Un auténtico disparate como se ha acreditado. Se habla de trasladarlo. Más bien creo que debería ser sustituido por un paso elevado peatonal, en madera, compatible con el entorno. Se trata de eliminar una ratonera buscando una solución digna al intenso tránsito peatonal de bañistas y veraneantes que cruzan por él, camino de ida o de vuelta del arenal de A Lanzada.