Vilaboa pide cambios legislativos: «Facer cumprir a lei que obriga a manter limpas as franxas de protección forestal supón un sobrecosto imposible de asumir para un Concello pequeno»

Marcos Gago Otero
Marcos Gago VILABOA / LA VOZ

VILABOA

Llamas entre la maleza a escasa distancia de las viviendas de Vilar, en Vilaboa, en el incendio de agosto
Llamas entre la maleza a escasa distancia de las viviendas de Vilar, en Vilaboa, en el incendio de agosto ADRIÁN BAÚLDE

El alcalde se queja de que los Ayuntamientos se ven forzados a asumir competencias sin poder disponer de los medios adecuados por las limitaciones que se les imponen

05 sep 2025 . Actualizado a las 16:44 h.

El fuego destruyó más de 70 hectáreas del monte de Santa Cristina de Cobres, en Vilaboa, en agosto y llegado el momento de evaluar qué pasó, qué funcionó y que falló para poder evitar una situación que llegó a activar la situación dos por el riesgo grave a dos aldeas, el Concello lo tiene claro: hay que cambiar las leyes para ser más efectivos. El gobierno local explicó que lo ocurrido «deixa sobre a mesa a urxencia e a importancia de desenvolver tarefas preventivas de limpeza durante todo o ano». Sin embargo, el alcalde, César Poza, sostiene que la supervisión del estado de las fincas cerca de los núcleos de población y más en un municipio pequeño como este «supera a capacidade da Administración local». Es más, el regidor admite que no se puede hacer como querría. «Ao igual que sucede co Servizo de Atención no Fogar (SAF), facer cumprir a lei que obriga a manter limpas as franxas de protección forestal supón un sobrecosto imposible de asumir».

El alcalde subraya que al Concello no le falta voluntad para intentarlo, pero que se encuentra con que está «limitado lexislativamente pola imposibilidade de cubrir todas as prazas que serían necesarias no Concello e afogados polo coste económico que implican as competencias impropias». El regidor propone «modificacións normativas que permitan aos Concellos pequenos contratar empresas que desenvolvan determinadas tarefas ou extender convenios como o de Xeaga a quen precise este servizos».

César Poza expone de forma muy gráfica y con datos concretos la dificultad inasumible a la que se vio abocado un Concello de las características de Vilaboa con estas limitaciones que no puede romper con la ley actual. Vilaboa incorporó en noviembre un técnico interino de Medio Ambiente, que se centró únicamente en el trabajo de prevención de incendios. Al integrarse en su puesto, este técnico se encontró con más de 400 expedientes abiertos por fincas sin limpiar en las franjas de seguridad. Este técnico consiguió que en diez meses «no 80 % dos casos contou coa colaboración voluntaria dos propietarios das parcelas denunciadas».

Sin embargo, no siempre se logra este resultado y la conclusión de cada expediente, incluso aquellos casos que acaban con la limpieza de la parcela voluntariamente por el propietario tiene su complejidad burocrática y plazos de obligado cumplimiento. El procedimiento comienza con las notificaciones de la obligación de limpieza de cada una de las parcelas denunciadas. «É un traballo que facemos o axente da Policía Local e eu, conxuntamente», añade el técnico de Medio Ambiente, que destaca la colaboración vecinal en muchos casos, pero añade que incluso aquellos que quieren hacer las cosas bien, se encuentran con trabas burocráticas ajenas al Ayuntamiento y las propias circunstancias económicas para el dueño de la finca a limpiar. «Hai que dicir que non sempre é tan axil como nos gustaría porque o propietario ten que pedir un permiso de tala e ten que encontrar un madeireiro que a vaia retirar, que en ocasións ao ser un volume escaso lles dispara os costes».

El Ayuntamiento hace un seguimiento de cada expediente y de qué hace cada uno de los dueños de estas fincas para tenerlas limpias. «En caso de non haber colaboración empezan as multas coercitivas que se repiten cada tres meses e pasan despois á vía executiva», apunta el técnico. Desde que se abre un expediente a que se ejecuta la orden pueden pasar meses. Las cosas se complican todavía más en aquellas parcelas de las que se desconoce cuál es su propietario, circunstancia que es común por el minifundio.

En estos momentos quedan 80 expedientes en vías de resolución en Vilaboa y espera que se pueda avanzar en este tema y la tala de árboles de especies pirófitas cerca de las aldeas. El alcalde agradece el respaldo mayoritario de los vecinos al trabajo del departamento de Medio Ambiente, e incide en su importancia. «Nun municipio tan extenso como o noso necesitamos traabllar conxuntamente e temos por diante un inverno que debemos aproveitar para executar tarefas preventivas».

El alcalde insiste en que se facilite la tramitación de estos expedientes con cambios legislativos a cargo de las Administraciones superiores porque con las normativas actuales se trata de «un proceso moi laboroiso, lento, necesitado de persoal e que se ve agravado moitas veces polas dificultades de atopar aos propietarios ou con situacións de propiedade descoñecida alargando e complicando aínda máis o procedemento», concluye.