Era una noche de verano y la cena había terminado. Al limpiar la mesa, aquel pequeño trocito de queso fresco se había caído al suelo de la cocina, había rodado unos centímetros, y se había quedado incrustado en el hueco que formaba una de las patas de la mesa con la pared. Al barrer el suelo, la escoba no consiguió llevárselo de allí. El ratoncito sabía que esas cosas ocurrían a veces en aquella cocina, donde él vivía con su madre en una pequeña cavidad de la pared a la que se accedía por un orificio que había en el zócalo, justo al lado del marco de la puerta y que nadie se había percatado de que existía.
Como todos los días, al apagarse la luz de la cocina, salió a hacer la ronda habitual para buscar algo de comida, tal como su madre le había enseñado. Solía ser casi siempre una búsqueda fructífera, pero había un tremendo peligro que podía acarrear incluso una muerte cruel.
Era aquel maldito gato negro, de ojos grandes y siempre atentos a lo que pudiese ocurrir en la cocina. El ratoncito comenzó la búsqueda como siempre, primero las esquinas, después detrás de los muebles, y finalmente por la zona más arriesgada, debajo de la mesa. Y allí estaba, un maravilloso trocito de queso fresco! Justo al intentar morderlo notó, primero un zarpazo en su espalda, luego como se elevaba por el aire, y finalmente todo se oscureció. Enseguida cayó en la cuenta de que el gato negro lo había cazado y estaba en su boca dispuesto a engullirlo.
Pensó en su madre y en los consejos que le había dado por si alguna vez se encontraba en semejante situación. Entonces, gritó muy alto con toda la fuerza que pudo ¡¡Guau!! ¡¡Guau!!. Inmediatamente el gato al oírlo, asombrado, frunció el ceño y abrió la boca sin entender muy bien lo que estaba pasando.
En ese momento, el ratoncito de un salto salió de la boca y se fue corriendo velozmente hasta entrar en su casita.
Allí estaba su madre esperándole. Se abrazó a ella asustado y le dijo: «Mamá, mamá, que razón tenías cuando me decías que saber un segundo idioma alguna vez podría resultarme muy útil...».