Descarada

Zeltia Deus

RELATOS DE VERÁN

17 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En el coche hacía mucho calor. Clara abrió su ventanilla y sacó la cabeza.

Fuera, el viento rugía. Los pocos transeúntes que había pudieron ver un espectáculo horroroso.

El viento se llevaba consigo las facciones de la niña. Desaparecieron sus finas y largas cejas negras, cada pelo de sus prolongadas y rizadas pestañas, sus preciosas pupilas azules y sus gigantes cavidades oculares.

Lo siguiente fue el tabique nasal, que se desprendió del rostro de la niña con la facilidad con la que se quita una pieza de Lego de una construcción.

El viento se llevó su pequeña nariz fina y aguileña y hasta sus perfectos dientes blancos.

Clara no intentó gritar. De hecho, no se dio cuenta del proceso.

Estaba inmersa pensando en lo que haría al llegar a casa. Se echaría todo tipo de potingues en su preciosa carita de modelo y subiría fotos a Tinder a ver si conseguía alguna cita.

Clara solo se dio cuenta de lo que ocurría cuando posó las manos donde antes estaba su largo y rizado pelo negro, el más absoluto de sus orgullos.

Entonces, Clara intentó gritar, pero sus labios estaban ya flotando en el aire.