24 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.
La primavera, aunque algo tímida, le había ganado la batalla al invierno y, poco a poco, se dejaba ver.
Las flores invitaban a acercarse, los gorriones susurraban canciones de amor, pero iba con prisa y pensé:
¡Tal vez mañana!
Un joven me sonrió y se dirigió hacia mí, pero se me hacía tarde y me dije: ¡Tal vez mañana!
Cuando regresé solo encontré silencio y soledad: las flores se habían marchitado; los gorriones enmudecido.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mi corazón se desangraba y cada gota de sangre teñía de rojo las rosas blancas.
La lluvia me devolvió a la realidad y, mientras contemplaba el arco iris, susurré:
¡Tal vez mañana!