Esta web conecta con los antepasados de 1.600 millones de personas

RED

Sala con varios ordenadores donde se puede consultar la información del portal Family Search
Sala con varios ordenadores donde se puede consultar la información del portal Family Search

La tecnología es clave para digitalizar los cientos de miles de documentos que recoge Family Search en todo el mundo para que la gente pueda armar sus árboles genealógicos

01 nov 2024 . Actualizado a las 19:06 h.

¿Qué información aparece en Google cuando se teclea el nombre de un familiar fallecido? Hay altas posibilidades de que el resultado lleve a Family Search, un portal que ayuda a elaborar el árbol genealógico de cualquier personas del mundo y que maneja abultadas cifras de información: 1.600 millones de personas en el árbol familiar, 13.000 millones de nombres registrados, 5.000 millones de imágenes digitales disponibles, 622.000 libros digitales, 3,4 millones de fuentes disponibles, 21 millones de visitas al mes… ¿Y quién está detrás de tal ingente cantidad de información? La respuesta está en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es decir, los mormones, y su historia como centro documental arrancó hace 130 años en Utah. Allí crearon en 1894 la Sociedad Genealógica con el objetivo de ayudar a los miembros de su Iglesia a encontrar sus árboles familiares. Este trabajo arrancó de manera local en este estado del interior de Estados Unidos, pero se fue extendiendo en territorios e idiomas a lo largo de los años, hasta la actualidad, que está presente en 138 países. 

Para ello, el papel de la tecnología fue clave. En 1938 comenzaron con la microfilmación de los documentos que conservaban en papel y que iban recopilando de archivos tanto de iglesias como del Gobierno; este microfilme se usó hasta hace poco, pero desde el año 2002 realizan la captura de documentos de manera digital al cien por cien. En el año 1999 lanzaron la web FamilySearch, que pronto se convirtió en uno de los portales con más visitas por día del mundo. Desde entonces, se suma la información que cada día miles de personas de todo el planeta introducen sobre sus antepasados, lo que facilita que esta gran biblioteca de información personal no deje de crecer. «Inspiramos a las personas en todas partes del mundo a conectarse con su familia a través de las generaciones», explica Virginio Baptista, responsable de Family Search para España; y subraya  que, aunque en la base de su trabajo esté la religión, cada vez son más las personas voluntarias que se suman a su labor documental sin tener dicha convicción creyente, simplemente por el hecho de que valoran la capacidad de recopilación de información que desarrollan: «Nosotros creemos que las personas son eternas y hay que unirlas hasta la eternidad, por lo que ayudamos a encontrar esas relaciones personales; pero el material que recopilamos no es nuestro, sino de la humanidad», enfatiza Baptista. También hace referencia al gran avance que ha supuesto en esta labor de documentación la inteligencia artificial: «Capturamos imágenes, la subimos a internet y la IA procesa los metadatos para situarlas en un contexto geográfico, ahora es todo mucho más fácil», destaca. 

Además del trabajo de voluntarios, este portal funciona como la Wikipedia, de manera colaborativa; cualquier usuario, previa inscripción gratuita, puede subir su árbol genealógico personal para que dicha información se sume a la ya disponible, y así los datos pueden cruzarse. «Pero nunca encontrarás información de alguien vivo», destaca el responsable en España de esta organización, un aspecto que, según explica, se hace para garantizar la privacidad y no incumplir ninguna ley de protección de datos personales. «Hay países que son más laxos, pero debemos respetar las leyes de cada Estado», explica. A través de una red de colaboradores y voluntarios, van además digitalizando documentos de registros civiles y religiosos como actas de fallecimiento, nacimientos, bodas…  

Una voluntaria de Family Sarch escanea un libro antiguo para que se conserve digitalizado
Una voluntaria de Family Sarch escanea un libro antiguo para que se conserve digitalizado

Y también de imágenes. Entre los servicios más particulares que ofrece esta web está la posibilidad de comparar la cara de uno mismo con la de otros antepasados que hayan sido registrados, comprobar si alguien cuenta con un antepasado famoso o indagar en el origen de los apellidos. «Contamos con un catálogo de imágenes de otra época con más de dos millones de microfilms», añade Virginio Baptista, que desataca cómo esta gran base de datos se va ampliando día a día gracias a la incorporación de información personal de todo el mundo.

Centros en Galicia

Además de la web, los usuarios pueden solicitar ayuda para buscar alguna información, incluso la organización cuenta con centros físicos a disposición de gente que no tenga acceso a internet. En Galicia, Family Search tiene centros de consulta en Ferrol, A Coruña, Vigo y Ourense, espacios de culto donde cuentan con una sala con ordenadores donde cualquier usuario puede acudir, previa cita con los voluntarios que se encargan de su gestión. «En algunas ciudades hemos llegado a acuerdos con bibliotecas públicas, pero no hay de momento ninguna en Galicia», explica Baptista.

Las razones por las que la gente busca esta información van desde la mera curiosidad a la necesidad de demostrar algún dato para confirmar una filiación, herencia o nacionalidad. Porque, aunque estos documentos no tienen valor legal, sí son útiles para tirar del hilo y saber dónde se puede empezar a buscar. En el caso de la comunidad gallega, el responsable en España reconoce la dificultad añadida de la recoplicación de la información debido a la diáspora. «Hay muchas conexiones con gente que está al otro lado del Atlántico y que tienen raíces en Galicia, hay muchas búsquedas en ese sentido», reconoce.

Además, esta red de colaboradores se adapta a las necesidades de cada lugar; Baptista cuenta por ejemplo que en África los voluntarios recogen las historias orales de las tribus y pueblos: «Tenemos a personas que se desplazan por estos sitios con grabadora en mano para entrevistar a la personas más mayores de cada aldea y capturar así su memoria histórica, quienes fueron sus antepasados, hasta donde pueden recordarlo, para después transcribir estos datos y colocarlos a disposición de aquellas personas interesadas».