Una alianza más que polémica: Musk quiere integrar su IA, Grok, en Telegram, pagando cientos de millones

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El posible acuerdo entre los dueños de dos plataformas que no quieren controles o moderación de contenido genera muchas incógnitas
14 jun 2025 . Actualizado a las 16:16 h.Una gran llanura, como las que suelen verse en las clásicas películas del oeste. Varias caravanas corren hacia el horizonte. Compiten unas contra otras, presas de una particular fiebre del oro. Quieren ser los líderes del futuro cercano, del mundo en el que la inteligencia artificial sea fundamental para casi todos los aspectos de la vida.
En esta carrera se emplean diferentes armas. OpenAI, que dio el primer gran paso para convertir a la IA en una tecnología de adopción masiva, tiene a su favor la enorme popularidad de ChatGPT entre públicos de todas las edades. Y ya gana dinero con él.
Google, que tuvo que reaccionar y acelerar sus planes tras la irrupción del chatbot de la empresa de Sam Altman, ha movido ficha en varias direcciones.
Para empezar, ha reconvertido su producto estrella. Ya no tiene un buscador, sino una máquina de respuestas con inteligencia artificial y anuncios. Los creadores de contenido original aún no han reaccionado a la jugada de la compañía de Mountain View, que vampiriza las publicaciones para hacer resúmenes en tiempo real sin otorgar compensacón alguna y sin hacerse responsable de lo que escribe su IA.
A la vez, ha aprovechado su dominio en la movilidad (su sistema operativo Android equipa la mayoría de los smartphones del planeta) para desplegar su chatbot. Gemini ya está en los bolsillos de cientos de millones de personas, aunque muchos aún no lo hayan utilizado de forma plenamente consciente.
Parecida estrategia la juega otro aspirante al trono de la IA, Meta. Sin permiso de sus cientos de millones de usuarios, y sin opción para desactivarla al cien por cien, la corporación de Mark Zuckerberg desplegó en WhatsApp y en Instagram su asistente de inteligencia artificial, el ya famoso círculo azul. Quiere que su uso acabe siendo natural, como si se tratara de una función nueva de sus aplicaciones. Conviene recordar que WhatsApp es la plataforma de mensajería mayoritaria en Europa y otras partes del mundo.
Otro corredor importante en una carrera que se acelera mes a mes es Microsoft, aliado y mecenas de OpenAI, y suministrador del sistema operativo de la mayoría de los ordenadores del mundo, lo que garantiza un amplio abanico de potenciales usuarios a su asistente de inteligencia artificial, Copilot.
Hay más participantes en esta competición. Uno de los más famosos es Elon Musk. El sudafricano ha protagonizado en los últimos meses numerosas polémicas por su activismo político y su papel al lado de Donald Trump. Ahora que ha dejado de ser el favorito del republicano, parece encaminado a centrarse otra vez en sus empresas.
El hombre que compró Twitter y la convirtió en X siempre tuvo buen ojo para elegir futuras áreas de negocio. Lo demostró con los satélites Starlink (de SpaceX). Y con Tesla.

Musk fue uno de los promotores de OpenAI, pero ya no tiene vinculación con esa compañía. Ahora cuenta con su propia empresa de inteligencia artificial. Se llama xAI y en realidad engloba a la antigua red social del pajarito azul, la plataforma que hizo ganar cierta popularidad a su chatbot, Grok, conocido por su falta de límites a la hora de, por ejemplo, decir que su jefe es «un gran desinformador» o a la hora de crear imágenes con rostros de personas reales.
Musk hizo que Grok fuera de acceso libre y gratuito para los usuarios de X (las consultas son la moneda de pago), pero no parece suficiente para competir con los rivales citados antes. Para ganar potencia, ha llegado a un principio de acuerdo con Pável Dúrov, el dueño de otra de las plataformas que mueven el mundo, Telegram, para incorporar su inteligencia artificial en ella.
«Este verano los usuarios de Telegram tendrán acceso a la mejor tecnología de inteligencia artificial en el mercado. Elon Musk y yo hemos acordado cooperar durante un año para ofrecer el chat-bot Grok de xAI a nuestros miles de millones de usuarios e integrarlo en la aplicación de Telegram», escribió Dúrov en su plataforma.
Si se hace efectivo, el acuerdo tiene un coste. Musk pagará a Telegram 300 millones de dólares (una parte en acciones de xAI), y un porcentaje de los ingresos de las suscripciones que se pueden generar. ¿Qué espera ganar a cambio? Cuota de mercado, datos para entrenar a su IA y una puerta abierta a los bolsillos de los usuarios.
Telegram es uno de los grandes rivales de WhatsApp en la mensajería instantánea. Es una plataforma sólida, y puede definirse como una super app por sus funciones, pero la rodean múltiples controversias. No hay moderación de contenidos. Se ha convertido en el refugio de negacionistas y conspiranoicos de todo tipo. Es una autopista para la desinformación. Y el escenario en el que se han planeado actividades criminales como estafas o narcotráfico.
Musk y Dúrov comparten una postura de rechazo de la regulación estatal y supuestamente defienden «la libertad de expresión» plena en internet, pero su alianza ha generado otra polémica. ¿Qué pasa con la privacidad? ¿Con los datos de las consultas de los usuarios a la inteligencia artificial? Pues parece, según Dúrov, que se los lleva xAI. ¿Sabremos realmente lo que pasa en Telegram gracias a Grok? Si firman el acuerdo, habrá que estar muy atentos.