En el apogeo la era de los vídeos cortos, Jack Dorsey, el fundador de Twitter, apadrina esta plataforma
23 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.20 de noviembre del 2025. Meta sufre un revés judicial en España. La Justicia condena a la compañía de Mark Zuckerberg a pagar 542 millones a los periódicos españoles por competencia desleal en la gestión de la publicidad en Facebook e Instagram.
El fallo es muy relevante y puede marcar un precedente relevante en el sector publicitario español —y también en el europeo—, pero no amenaza la supervivencia del gigante de internet. Sí lo hacía otro pleito en Estados Unidos. Se juzgaba si había construido un monopolio de las redes sociales. Era un proceso de larga duración, iniciado en el 2019, durante el primer mandato de Trump, e impulsado por la Comisión Federal de Comercio (FTC). ¿Qué se jugaba Meta? La venta de Instagram y WhatsApp. ¿Y qué pasó? Salió airosa e indemne. El juez dictaminó que la compra milmillonaria de aquellas plataformas en el 2012 y el 2014 fue legal. Argumentó que tiene competencia real, la de TikTok, SnapChat, YouTube o X. Y declaró que el mercado fundamental para estos gigantes de internet es «mostrar vídeos cortos no conectados entre sí y recomendados por algoritmos». Dio en el clavo.
El mundo digital hoy en día lo mueven la IA y los vídeos cortos. TikTok es el rey del scroll infinito. YouTube privilegia la creación y distribución de shorts. Y los timelines de Instagram o Facebook han relegado cualquier otro formato. No es de extrañar que más jugadores hagan sus apuestas y maniobras. Las de dos figuras importantes del ecosistema digital tienen un nombre propio: Vine.
Vine fue una red de social de vídeo que se adelantó a su tiempo. Desapareció en el 2017, cuando era propiedad de Twitter, la popular y añorada red social de mensajes cortos.
Elon Musk, que adquirió Twitter en el 2022 y luego lo transformó en X, movió ficha este verano para resucitar Vine. En una publicación explicó que tenía planes para ponerla en marcha de nuevo, pero incorporando una inteligencia artificial integrada. Si están pensando en el controvertido Grok, el asistente de IA de X, aciertan.
Pero alguien se ha adelantado a Musk. Lo ha hecho desde las ruinas de antigua Twitter. Uno de sus primeros empleados, Evan Henshaw-Plath, ha lanzado diVine, una red que recupera parte del archivo de vídeos de Vine. La aplicación, disponible para web, dispositivos Android e iOS cuenta con el respaldo de Jack Dorsey, cofundador de la red social del pájaro azul. Y tiene en su nube más de 100.000 vídeos de la antigua Vine que habían sido archivados antes de su cierre.
¿Qué ofrece diVine a sus nuevos usuarios? Pues la posibilidad de crear, ver y compartir vídeos de hasta 6 segundos que se reproducen en un bucle. ¿En qué se distingue de otras plataformas existentes? En la limitación estricta de la duración de los clips y en que está prohibido subir vídeos hechos con IA? Apuestan por la «creatividad humana» y usan, según la web TechCrunch, tecnología para detectar piezas sintéticas. Comprueban, entre otras cosas, que las imágenes hayan sido grabadas con un teléfono. ¿Será suficiente?