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La posesión de un título ya no es garantía de empleo en la era digital

Ignacio Baltar

EMPLEO

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El déficit de perfiles tecnológicos limita el crecimiento de la empresa gallega

22 nov 2022 . Actualizado a las 09:08 h.

Empresas y personas conviven, cada vez de una manera más intensa, con procesos digitales que permiten llevar a cabo de forma remota infinidad de actividades. ¿Qué empresa no recurre ya a la tecnología para mejorar sus procesos de márketing, ventas u operaciones?, ¿qué persona no usa un ordenador, una tablet o su móvil para hacer una gran multitud de gestiones? En realidad, llevamos ya años en los que la tecnología ha ido adoptando un papel fundamental en nuestra sociedad. Comprar en internet, conectarnos al banco o interactuar con la administración pública, etcétera, forma parte de nuestro día a día. El covid 19 ha acelerado de forma dramática la adopción de procesos digitales, que, en esta época ya pospandémica (y cruzamos los dedos al decirlo), han venido para quedarse. En un corto espacio de tiempo hemos casi desterrado la cultura de la presencialidad tanto en el trabajo como en la realización de cualquier tipo de gestión, aceptando como natural el mundo online y virtual en que desarrollamos gran parte de nuestras actividades.

Vivimos una nueva ola de la revolución tecnológica que atraviesa la sociedad a una velocidad fulgurante. Desde la perspectiva del talento, el meteórico proceso de digitalización de nuestra sociedad ha generado una altísima demanda de profesionales del sector de las Tecnologías de la Información (TI). Muestra de ello, un dato que nos permite hacernos una idea de la ingente demanda de talento que se está generando y que se generará en los próximos años: de los 1.5 billones (europeos) de dólares de inversión en transformación digital empleados en el 2021, pasaremos a más de 2.8 billones (europeos) de dólares en el 2025 (Fuente: IDC y Statista).

Y, desde la perspectiva del talento, ¿qué hay detrás de todas estas cifras espectaculares? Una ingente y creciente demanda de profesionales del sector TI. Esta fulgurante transformación digital en la que nos encontramos implica una evolución social en su conjunto: por un lado, hemos de ser capaces de habilitar a todos los colectivos sociales para poder llevar a cabo estos procesos digitales sin que se produzcan en consecuencia discriminaciones en el acceso a los mismos (marginalidad digital). Y, por otro, es necesaria la generación de talento profesional en Tecnologías de la Información (TI) que permita llevar a cabo estos procesos, de manera que se dé respuesta a los requerimientos de empresas y personas en su conjunto. 

El covid 19 ha transformado dramáticamente el mundo laboral, abriendo las puertas al trabajo en remoto de una manera sorprendente en una cultura de trabajo presencial tan arraigada en la empresa española. El talento se ha globalizado, competimos por este bien escaso a escala mundial. Surgen también, en estos nuevos entornos flexibles y menos jerárquicos, una alta demanda por las competencias blandas (las nuevas maneras de trabajo en equipo, responsabilidad, trabajo por objetivos…). Y nace también, debido a la evolución tan rápida de la tecnología, una necesidad imperante de actualización, re-skilling y formación continua. Y en el sector de las tecnologías de la información llama la atención la escasa presencia de las mujeres. Aunque la tasa de actividad femenina ha crecido en más de 11 puntos en los últimos 30 años (del 32,4 % al 53,24 %) en nuestro país, se han producido pocos avances en su participación dentro del sector tecnológico. Incluso se aprecia un cierto retroceso, porque cada vez es menor el número de universitarias que optan por estudiar una carrera técnica. Se debe promover y facilitar el acceso de la mujer al mundo de las TI.

Fuentes de talento

¿Dónde obtener todo el talento que se necesita y que es demandado por las empresas para no quedarse atrás ante esta revolución tecnológica en la que estamos inmersos? Tradicionalmente, la universidad (clásica) ha sido la fuente de talento en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad y, cómo no, especialmente en un sector como el de las TI. Pero mientras que en las universidades españolas se ofrecen anualmente poco más de 9.500 plazas en grados de TI, Linkedin contabilizaba a finales de 2020 más de 285.000 vacantes para puestos tecnológicos en Europa. Si a esto le añadimos, según estadísticas de Eurostat, que la mayor garantía de la empleabilidad no es ya tanto la posesión de un título sino las competencias adquiridas y su adecuación a las necesidades del mercado, resulta evidente que se han de buscar nuevos caladeros de talento y aplicar nuevos enfoques formativos para la generación del talento necesario. Debemos aplicar por tanto nuevos métodos pedagógicos, centrados en la formación basada en competencias y orientados a lo que necesita el mercado. Una formación no reglada, de corta duración, intensiva, de aprendizaje práctico gobernada por las competencias más demandadas por las empresas. Y, a través de las tecnologías de la educación, facilitar el acceso a dichos procesos formativos en los que, además, destaca que la presencia de mujeres en este tipo de formaciones es cercana al 40 %, muy superior al escenario universitario tradicional, que no alcanza el 16 %.

Como empresa especialista en tecnologías de la educación y gestión del talento digital, en Éutika somos conscientes de que gracias a este nuevo enfoque formativo basado en competencias orientadas a las necesidades de las empresas, se consigue generar talento orientado a cubrir la demanda existente, facilitando el re-skilling (no solo faltan profesionales, sino que las competencias de los existentes se deben mejorar de forma continua) y la formación continua tan necesaria en el entorno tecnológico actual. Hemos de recordar que, según diversas estadísticas, el 80% de las empresas de IT tienen dificultades para encontrar personas con las competencias necesarias. A medida que la digitalización se acelera, crece la demanda de talento. Se está demostrando que la forma tradicional de generar talento (Universidad) no es suficiente y no está acoplada con las necesidades de las empresas, que requieren nuevos modelos educativos, basados en competencias  y no tanto en contenidos, de corta duración y orientación práctica, centrados en las demandas de las empresas, para poder mitigar el gap existente. Y es fundamental que se mejore significativamente el porcentaje de mujeres en el ámbito de las TI. Y todo esto será posible solo si las tecnologías de la educación dan soporte a los nuevos procesos formativos para mejorar la generación del talento.

Ignacio Baltar, Socio de Éutika, una compañía especializada en las tecnologías de la educación, la gestión del talento digital y soluciones cloud.