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Tecnología de lujo con taxímetro y chófer «low cost»

madrid / colpisa

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Un usuario utiliza su móvil para contratar Cabify en México.
Un usuario utiliza su móvil para contratar Cabify en México.

La «app» Cabify, una fórmula legal que llega en plena guerra del taxi contra Uber

19 ene 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

En medio del fuego cruzado contra Uber, una ofensiva que acabó con la empresa estadounidense echando la persiana en España el 31 de diciembre por mandato judicial, ha emergido Cabify. Se trata de una pionera aplicación de móvil, la primera de este tipo en Europa, que permite moverse en coches con chófer a precios asequibles. Tarifas low cost que en muchos casos resultan menores a las que marcaría un taxímetro convencional. «En general nos llevamos bien con el gremio, pero hay que tener en cuenta que es muy amplio y hay ciertos ultras del taxi a los que toda competencia les huele raro», dice Juan Ignacio García Braschi, director general de la empresa en España

Fue en el 2011 cuando Ignacio de Diego puso a rodar una start-up que ya está disponible en varias capitales latinoamericanas. El germen no fue otro que un rosario de malas experiencias en los múltiples viajes que hizo por países de Asia y Sudamérica. «A veces te dan una vuelta, no tienes cambio, pierdes el ticket o incluso tienes que negociar el precio con el conductor antes», dice el directivo. De Diego se alió entonces con Adeyemi Ajao, cofundador de Tuenti, con quien modeló un negocio que consiguió atraer a inversores.

«No es lo mismo Uber en San Francisco que aquí y creo que su error fue pretender funcionar aquí con las mismas normas», analiza De Diego. Cabify ha sorteado cualquier obstáculo debido a que solo contratan conductores o empresas con permiso VTC, con menor emisión que la licencia de taxi, pero más asequible. Un modelo que Uber podría estar tanteando para regresar a España.

Su carta de servicio incluye desde gamas ejecutiva o de lujo hasta la Cabify lite, berlinas de Skoda o Mazda y cuyo coste es más barato que el de un taxi. Cuando se reserva un coche, el usuario controla en todo momento la distancia que le queda por recorrer y puede calcular el precio de antemano. No hay bajada de bandera, aunque sí una tarifa mínima para viajes cortos que va de los seis a los diez euros, dependiendo si hay reserva o no.