Llevo en el negocio de los dispositivos muchos años y puedo decir que al final no importa el tamaño de la pantalla, el color o la forma; lo más importante para nuestros clientes es el Software. Últimamente, el futuro de la industria de los teléfonos inteligentes tiene que ver más sobre ‘la inteligencia’ en el teléfono y menos sobre la forma». Con este párrafo, escrito por Ralph Pini (mánager general y jefe de operaciones) en el blog de BlackBerry, empieza la firma de una capitulación: la compañía canadiense anunció ayer que dejará de fabricar sus propios terminales y subcontratará su producción a otras empresas. El primer fruto de esta nueva política es una joint venture con PT Tiphone, filial de Telkomsel, la mayor operadora de telecomunicaciones de Indonesia. Se llamará BB Merah Putih, que traducido viene a ser BlackBerry Rojo y Blanco (los colores de la bandera del país asiático).
Es la Rendición de Breda de una de las compañías que cimentaron el actual imperio de las comunicaciones móviles y contribuyeron a que el smartphone sea el nuevo ordenador. Fundada en 1999, en una era en la que Internet estaba en pañales -los buscadores más importantes eran Yahoo, Altavista y Olé-, sus dispositivos ya podían enviar y recibir emails, entrar en páginas web, hacer fotos... En el 2005 lanzó su propio servicio de mensajería, BBM, por el que los usuarios podían intercambiarse fotos, música, vídeos y otros archivos de forma instantánea. Todo esto un lustro antes del nacimiento de WhatsApp.
Es significativo que el adiós de BlackBerry como fabricante coincida casi con el décimo aniversario del iPhone. La marca de la mora no supo reaccionar y se quedó anclada en su teclado físico. Inició una cuesta abajo, lo intentó todo e incluso lanzó terminales con Android (Priv, DTEK50), pero fue en vano. Hoy su cuota de mercado es inferior al 0,1%, cuando llegó a tener 80 millones de usuarios. La mayoría se concentran en Indonesia y por eso BlackBerry enfoca allí un «futuro brillante», aunque Pini reconoce que «puede tener un aspecto diferente».