Los móviles de la manzana mantienen los precios del año pasado e incorporan mejoras significativas: mayor pantalla, más batería, un nuevo control de cámara y un procesador A18 Pro preparado para los exigentes cálculos computacionales de la inteligencia artificial.
02 oct 2024 . Actualizado a las 10:31 h.El lanzamiento de los nuevos iPhone 16 vuelve a abrir el debate, como cada otoño, sobre si los terminales traen suficientes avances como para plantearse su renovación, en el caso de un usuario que ya tuviese algún modelo anterior, o su compra, si está decidiendo dar el salto de Android a iOS. Tras poner a prueba el iPhone 16 Pro podemos decir que sin duda sigue estando en lo más alto del podio de smartphones, por calidad de construcción, especificaciones, innovación y valor de imagen; un aspecto este último que muchas personas desdeñarán, pero que en el mundo actual es tan importante como las características técnicas. Y es que, por ejemplo, basta echar un vistazo a lo que se deprecia un móvil de la manzana (muy poco el primer año) y lo que lo hace cualquier otro con el sistema operativo de Google (fácilmente, un 30 % pasados seis meses) para darse cuenta de la importancia que los usuarios dan a la marca. Y esta confianza no se sostiene, durante más de tres lustros ya, sin que detrás haya unos cimientos muy sólidos.
El diseño de los iPhone 16 Pro puede parecer continuista, pero supone un gran cambio respecto a las generaciones precedentes. Manteniendo prácticamente las mismas dimensiones que los modelos del año pasado han conseguido aumentar en dos pulgadas la pantalla, de 6,1 y 6,7 a 6,3 y 6,9 pulgadas (iPhone 16 Pro y iPhone 16 Pro Max, respectivamente). La clave está en el finísimo marco negro que rodea el panel Super Retina XDR, que sigue siendo una gozada a nivel de visualización. La pantalla OLED True Tone, con 2.000 nits de brillo y frecuencia de actualización de hasta 120 Hz, se ve increíblemente nítida y contrastada, ayudando a mitigar el efecto de vista cansada. El grosor del teléfono es el mismo y tan solo ha ganado unos gramos de peso, por lo que tenemos la misma sensación de portabilidad (en la mano o en el bolsillo), pero disfrutamos de mayor diagonal de pantalla.
El año pasado, los iPhone 15 estrenaron una funcionalidad añadida al botón situado sobre los controles de sonido, que pasó a denominarse «de acción» (yo lo uso para lanzar Shazam y reconocer canciones con un clic). La gran novedad de los iPhone 16 es el llamado Control de Cámara, situado en la parte inferior del lateral derecho, una superficie táctil que ofrece nuevas formas de abrir rápidamente la cámara, hacer una foto o grabar un vídeo. El sensor de presión de alta precisión reconoce las pulsaciones suaves y un sensor capacitivo permite las interacciones táctiles. Aunque ha habido algunas criticas por parte de quienes dicen que «no aporta nada» (los haters no descansan nunca), personalmente creo que solo la posibilidad de disparar el obturador tal y como haríamos con una cámara tradicional ya merece la pena, porque el agarre y la pulsación es mucho mejor, ya sea en formato horizontal (con el índice) o en vertical (con el pulgar). Cuesta un poco acostumbrarse a la presión correcta que hay que ejercer, pero una vez dominada la previsualización de la cámara ayuda a encuadrar la imagen y ajustar opciones como el zum, la exposición y la profundidad de campo. Próximamente, con una actualización de software, el Control de Cámara ofrecerá un obturador de dos fases que permitirá fijar de manera automática el enfoque y la exposición con un suave toque, de forma que los usuarios podrán cambiar el encuadre sin que el sujeto se desenfoque. Además, los desarrolladores podrán integrar el sistema en aplicaciones de terceros como Kino, para ajustar el balance de blancos y seleccionar puntos de enfoque incluso a distintos niveles de profundidad.
Pero este nuevo botón no se limita a darnos un mayor control a la hora de hacer fotos y vídeos. El próximo año, cuando Apple Intelligence (la IA de la manzana) esté disponible, los usuarios podrán mantener pulsado el Control de Cámara para ver los horarios y las valoraciones de los restaurantes cuando pasen por delante, añadir eventos al calendario desde carteles o folletos informativos, identificar razas de perros rápidamente y otras funciones. Mediante herramientas de terceros también será posible buscar el lugar donde se vende un artículo concreto en Google o resolver problemas con la ayuda de ChatGPT.
El sistema de triple cámara del iPhone 16 Pro también ha mejorado: mantiene el objetivo principal de 48 Mpx y el tele de 12 Mpx, pero el ultra gran angular ahora es de 48 Mpx (antes solo 12) y el zum máximo llega a 5 aumentos (el iPhone 15 Pro se quedaba en 3x). Los usuarios pueden obtener imágenes ProRAW o HEIF de 48 Mpx con una mayor resolución, ya sea en planos abiertos o en primeros planos con el modo macro. La selección de estilos fotográficos se ha ampliado y ofrece más opciones creativas para modificar la estética de una foto, y esta personalización se puede llevar aún más lejos gracias a un cuadro de control y un regulador de intensidad muy sencillos de usar que permiten cambiar el tono y el color de manera simultánea. Los usuarios pueden previsualizar estos ajustes en tiempo real, aplicarlos a fotos ya hechas y revertirlos en cualquier momento.
En vídeo hay asimismo avances significativos. Se puede grabar en 4K a 120 f/s (cuadros por segundo) en modo normal o a cámara lenta y ajustar después la velocidad de reproducción en la app Fotos. La podemos reducir hasta una cuarta parte, hasta la mitad si queremos dar a los vídeos un efecto onírico, o hasta una quinta parte con la opción de 24 f/s. Combinado con el nuevo procesador de señal de imagen (ISP) del chip A18 Pro permite obtener una gradación de color fotograma a fotograma con calidad de cine en 4K a 120 f/s con Dolby Vision. Paralelamente, los dos modelos Pro incorporan cuatro micrófonos con calidad de estudio para obtener un sonido realista y grabar vídeos con audio espacial, para obtener una experiencia inmersiva al utilizar los AirPods, las gafas VR/AR Apple Vision Pro o un sistema de sonido envolvente.
El procesador A18 Pro, diseñado con una tecnología de 3 nanómetros de segunda generación y una arquitectura con transistores más pequeños y rápidos, ofrece un mayor rendimiento. Lo notaremos especialmente cuando llegue Apple Intelligence a España, porque puede ejecutar cálculos computaciones e alta eficiencia y baja latencia; pero ya se aprecia por ejemplo, en los juegos, donde la combinación del Neural Engine y la GPU de 6 núcleos hace que los gráficos luzcan mejor en la pantalla del iPhone. Además, la tecnología de trazado de rayos (ray tracing) por aceleración de hardware llega a duplicar su velocidad para que la iluminación y los reflejos sean más realistas.
El chip también es determinante en la gestión de la batería, con una disipación térmica superior que elevan la autonomía de reproducción de vídeo hasta 27 horas (cuatro más que antes), la de streaming a 22 horas (dos más) y la reproducción de audio hasta 85 horas (diez más que en el iPhone 15 Pro).
Con unos acabados en titanio (ahora con la incorporación del nuevo color Desierto, que sustituye al Azul del iPhone 15 Pro) y Ceramic Shield de última generación, que según Apple es el doble de resistente que cualquier vidrio de un smartphone, el iPhone 16 Pro y el iPhone 16 Pro Max están disponibles con 128 GB, 256 GB, 512 GB o 1 TB de capacidad, el primero desde 1.219 euros (50,79 euros al mes) y el modelo más grande a partir de 1.469 euros (61,21 euros/mes). Son los mismos precios que los de los 15 Pro del año pasado, por lo que no se puede decir que Apple haya aprovechado la renovación para subir sus tarifas, y tal y como hemos contado en los párrafos anteriores las novedades son muchas.
Personalmente, prefiero el tamaño más contenido del iPhone 16 Pro frente a la versión Max, que pesa casi 30 gramos más y es más ancho y alto, pero los que prioricen la visualización de vídeo o cualquier otro contenido valorarán esas 6 pulgadas más de pantalla, la más grande que ha tenido nunca un iPhone. Cuesta 250 euros más y dobla la capacidad de almacenamiento de partida (256 GB, por 125 GB del iPhone 16 Pro).
Una de las dudas que se plantea quien quiere pasarse a los móviles de la manzana es si compensa apostar por los modelos básicos (los que no llevan el apellido Pro). El iPhone 16 a secas cuesta a partir de 959 euros, por lo que baja de la barrera psicológica de los 1.000 euros, mientras que el iPhone 16 Plus empieza en los 1.109. De nuevo son los mismos precios del año pasado y en ambos casos con 128 GB de RAM. ¿Merecen la pena? Veamos: los iPhone 16 también introducen el Control de Cámara, los estilos fotográficos de última generación y la capacidad de grabar vídeos espaciales. El nuevo chip A18 tiene un rendimiento suficiente para mover juegos triple A y está preparado para Apple Intelligence. Ambos modelos estarán disponibles en colores negro, blanco, rosa, verde azulado y azul ultramar, y el acabado en vez de titanio utiliza aluminio.
El iPhone 16 puede ser una excelente opción para los que proceden del universo Android, porque a la calidad de construcción suma su bajo peso (170 gramos), y además cuenta con la última versión de un sistema operativo a medida, iOS 18. Pero por 260 euros más accederían al iPhone 16 Pro, con mayor pantalla y mejores capacidades fotográficas y de vídeo. En el caso del iPhone 16 Plus la diferencia todavía es menor, porque solo ahorramos 110 euros respecto al Pro y la única ventaja es una pantalla ligeramente mayor (6,7 pulgadas).
Un aspecto común a toda la gama del iPhone 16 son las prestaciones de seguridad mejoradas. Gracias a la misma tecnología que está detrás de Emergencia SOS vía satélite, ahora los usuarios pueden conectarse al satélite más cercano para enviar y recibir mensajes de texto, emojis y tapbacks por iMessage o SMS en zonas sin cobertura móvil ni wifi. iOS 18 también estrena vídeo en directo de Emergencia SOS, para que los usuarios puedan compartir fotos o vídeos en tiempo real con los servicios de ayuda.