Tiene una pantalla OLED de 6,3 pulgadas y el triple objetivo trasero consigue los mejores resultados de su categoría en detalle y color fotográficos. Gemini Nano dota al teléfono de un asistente virtual sin conexión y funciones de productividad avanzadas.
06 nov 2025 . Actualizado a las 20:04 h.En el cambiante universo de los smartphones de alta gama, donde los fabricantes parecen competir por números cada vez más altos y pantallas cada vez más grandes, la apuesta más interesante del momento llega de la mano de Google con su modelo Pixel 10 Pro. Este dispositivo no solo representa la culminación de una estrategia centrada en la integración de la inteligencia artificial y la fotografía computacional, sino que además apuesta por un formato más contenido y manejable en el mundo de los flagship (teléfonos insignia). El Pixel 10 Pro, presentado el 20 de agosto de este año y que hemos podido probar durante unas semanas, se erige como un nuevo referente de la gama alta, no precisamente por reinventar el mercado, sino por refinar lo que ya venía ofreciendo la marca del buscador, con un cuidado especial por el detalle.
Desde el primer vistazo queda claro que Google ha decidido apostar fuerte por una experiencia compacta sin sacrificar potencia. El marco, construido en aluminio aeroespacial, y el vidrio frontal y trasero cubiertos con Gorilla Glass Victus 2, ofrecen una combinación de robustez y diseño refinado. Sus dimensiones (152,8 × 72 × 8,6 mm) y un peso de 207 gramos lo sitúan como uno de los pocos teléfonos premium que aún se pueden manejar con comodidad en una sola mano. La pantalla OLED de 6,3 pulgadas conserva la fluidez gracias a una tasa de refresco de 120 Hz con tecnología LTPO (es capaz de ajustarla según las necesidades), lo que se traduce en una visualización ágil y agradable tanto para tareas cotidianas como para consumo de contenido. Según la ficha técnica, alcanza picos de brillo de hasta 3.300 nits, un valor por encima de muchos rivales.
Pero lo que de verdad marca la diferencia en este terminal no es únicamente el hardware, sino cómo ese hardware se combina con la inteligencia artificial y el software para reinterpretar lo que debe ser un smartphone de referencia. En su interior el Pixel 10 Pro monta el nuevo chip Tensor G5, fabricado con proceso de 3 nanómetros, junto con el coprocesador de seguridad Titan M2. Juntos gestionan desde las tareas más simples hasta funciones avanzadas de fotografía, edición y traducción en tiempo real. Google no está sólo construyendo un teléfono, sino un centro de «inteligencia móvil». En cuanto al software, llega con Android 16 y la promesa de hasta siete años de actualizaciones de sistema y seguridad.
La apuesta por la fotografía continúa siendo uno de los puntos fuertes de la serie Pixel, y en esta generación no decepciona. En la trasera se encuentra un sistema de triple cámara: un sensor principal de 50 MP, una cámara ultra-gran angular de 48 MP y un teleobjetivo de 48 MP con zoom óptico 5×. En la parte frontal, la cámara para selfis alcanza los 42 MP. Las cifras son buenas, pero lo que realmente importa es la calidad de imagen, el software que las contextualiza y las posibilidades que abre. Según análisis técnicos independientes, el Pixel 10 Pro tiene un Photo Score de 162 puntos, lo que lo sitúa en lo más alto de su categoría. En condiciones de poca luz, la cámara logra resultados sorprendentes en detalle y color; mientras que el modo ultrapanorámico cumple incluso en entornos complicados.
Se ha hablado mucho de la profunda integración de Gemini Nano, el modelo de lenguaje de Google, que dota al teléfono de un asistente virtual sin conexión y funciones de productividad avanzadas que buscan diferenciarlo de la competencia. Características como Speak to Tweak, que permite a Gemini editar fotografías mediante sugerencias de voz; o Magic Cue (la evolución de Pixel Sense), un asistente de IA contextual que ofrece acciones y sugerencias en tiempo real extrayendo información de aplicaciones como Gmail o Calendar, ejemplifican la ambición de Google por hacer de la IA el centro de la interacción diaria. Además, el nuevo ISP (Image Signal Processor) integrado en el Tensor G5 consigue mejoras notables en la calidad de las fotos, los retratos y la estabilización de vídeo, complementado por la función Camera Coach, que guía al usuario en tiempo real para mejorar la composición, la iluminación y el encuadre.
La potencia de procesamiento quizá influye un poco en la batería, que no parece haber mejorado tanto frente a generaciones anteriores. El Pixel 10 Pro equipa una pila de ion litio de 4.870 mAh, con carga rápida por cable de 30 W, carga inalámbrica de 15 W (compatible con el estándar Qi2 magnético) y carga inversa. En pruebas reales se han registrado hasta 20 horas aproximadamente de navegación web, cifra que lógicamente se reduce si hacemos un uso intensivo de juegos. El teléfono incluye conectividad de última generación: 5G, Wi-Fi 7, Bluetooth 6 y doble SIM (nano + eSIM).
Disponible desde 1.099 euros, el Pixel 10 Pro es una apuesta segura para quien busca un smartphone premium manejable, con excelente cámara, interfaz fluida, actualizaciones garantizadas y funciones de IA de vanguardia. No pretende sorprender con un factor de forma revolucionario ni la pantalla más grande del mercado, sino con refinamiento, solidez y visión a medio-largo plazo. Los smartphones Pixel 10 son ideales para los amantes de la IA y la fotografía, gracias a Gemini Nano, el chip Tensor G5 y una cámara superior donde destaca el exclusivo zum de los Pixel 10 Pro y Pixel 10 Pro XL.
Además de estos teléfonos, la oferta de de Google para la época más comercial del año se centra en el Pixel Watch 4, con herramientas avanzadas de fitness como la Carga Cardiovascular y un nuevo entrenador de salud personal basado en IA; los auriculares inalámbricos Pixel Buds 2a, con cancelación de ruido activa (ANC) y un asistente instantáneo Gemini (basta con decir «Hey Google» para gestionar listas de regalos o resumir mensajes), y las Nest Cam (exterior e interior), que brindan seguridad con un diseño discreto y una potente IA de Gemini que proporciona descripciones detalladas y precisas de lo que ocurre en el hogar, como identificar la marca del uniforme de un repartidor o distinguir qué tipo de paquete o carta ha llegado.