Guía para comprar una tableta

SANTIAGO

El tamaño, el sistema operativo, el procesador y la memoria, importantes datos a tener en cuenta

18 feb 2011 . Actualizado a las 11:51 h.

El 2010 fue el año de las promesas; el 2011 será por fin el año de las tabletas, como ha quedado patente en el congreso mundial de móviles celebrado esta semana en Barcelona. A la hora de comprar uno de estos dispositivos, la primera pregunta que debe hacerse el usuario es qué tamaño de pantalla necesita, 7 o 10 pulgadas. Los primeros, como la Samsung Galaxy Tab original y la HTC Flyer, son más manejables, pesan la mitad (380 y 420 gramos, respectivamente) y son más prácticos para escribir con los pulgares o para usarlos como consola de videojuegos, e incluso como GPS de coche. Lo de que caben en un bolsillo es un mito, salvo que el dueño sea carpintero... nadie va por ahí con un cacharro de casi medio kilo en sus pantalones o en la chaqueta.

En general, las 10 pulgadas van a ser el estándar de la mayoría de las tabletas. Su mayor superficie hace que funcionen mejor a la hora de navegar por Internet o reproducir fotografías y vídeos. La iPad de Apple apostó por un formato 4:3, pero sus competidores han optado por el 16:9, peor para visionar páginas web pero más acorde con el formato de las películas, Youtube, las nuevas cámaras digitales... La calidad de la pantalla es otro dato a tener en cuenta: el panel IPS que utiliza el iPad y que también incorporará el HP TouchPad ha demostrado ser la referencia.

Sistema operativo

En segundo lugar hay que elegir un sistema operativo (SO). El más nuevo es Android 3.0 Honeycomb, que corre por la nueva Galaxy Tab 10.1, por la LG Optimus Pad o por la Motorola Xoom. Es la primera versión del software de Google diseñada específicamente para tabletas, lo que se traduce en un mejor aprovechamiento de la pantalla, mayor fluidez e integración con la nube (Internet). La HP TouchPad utiliza WebOS, un SO creado por Palm (compañía que fue absorbida por HP) y que ha funcionado muy bien en los móviles de la fenecida marca. También tiene muy buena pinta la interfaz de la Blackberry PlayBook. Pero hay que tener en cuenta que los desarrolladores de aplicaciones no van a trabajar para todos los sistemas, sino para los dos o tres con mayor demanda. Y las aplicaciones son la base de la personalización y ampliación de usos de una tableta.

Otra cosa en la que hay que fijarse es en el procesador y la memoria: los nuevos modelos incorporan ya chips de doble núcleo a 1 GHz y RAM de 1 GB, con lo que se asegura la multitarea y se evitan cuelgues inesperados. La capacidad del disco no es determinante, porque tampoco vamos a almacenar en él toda nuestra biblioteca de fotos o películas (se supone que tenemos un ordenador principal) y las aplicaciones y juegos para tabletas ocupan muy poco espacio.

Uno de los aspectos más polémicos es el de las conexiones y funcionalidades de una tableta. A priori podría decirse que cuantas más, mejor, pero conviene preguntarse si debemos pagar por algo que no vamos a usar. ¿Alguien se ve haciendo fotos con una tableta, aunque la cámara sea de 8 megapíxeles? ¿Para qué queremos una entrada HDMI si no lo vamos a conectar a la televisión? ¿Necesito que tenga webcam si no voy a utilizar la videoconferencia? Sí sería deseable que todos llevaran lector de tarjetas SD y una entrada USB.

La disponibilidad es un punto clave. De nada sirve que una tableta sea la más completa del mundo si no está en el mercado. Muchos dispositivos que se anunciaron el año pasado todavía no se pueden comprar, así que es mejor no deslumbrarse con productos que se anuncian para «dentro de seis meses» o como «próximo lanzamiento». La realidad es que, ahora mismo, las únicas tabletas avanzadas son la iPad, la Samsung Galaxy Tab y la HP Slate, que solo se vende en Estados Unidos y viene con Windows 7, un sistema operativo que no está optimizado para este tipo de dispositivos. En el mundo de la tecnología hay mucho humo y los vídeos de demostración de gadgets futuros son solo eso, vídeos.

El año pasado, al calor de la iPad, diversas compañías (la mayoría de China) lanzaron tabletas de bajo coste que ya se pueden encontrar en las tiendas por unos 200 euros. A priori parecen tener las mismas funciones que los más avanzados, pero un vistazo de cerca revela que no es oro todo lo que reluce: suelen llevar versiones antiguas de Android, no tienen 3G, ni GPS, ni acceso a la tienda de aplicaciones oficial de Google, la pantalla táctil es resistiva (no basta con tocar, hay que apretar) y su batería y agrado de uso están por debajo. Aun así, algunos modelos como la Archos 10.1 Internet Tablet, muy estilizado y con conexiones USB y HDMI, puede funcionar bien como tableta de sofá. Opciones similares son la Toshiba Folio 100 y la iView M1Touch.

Otras alternativas

La Samsung Galaxy Wifi 5.0 y la Dell Streak son dispositivos con pantalla de 5 pulgadas. La primera no tiene 3G y es más un reproductor multimedia enfocado a competir con el iPod Touch, pero ambas sirven para navegar con mayor comodidad que en un móvil. El problema es que los smartphones más avanzados ya superan las 4 pulgadas, con lo que estas tabletas se quedan en tierra de nadie.