Supone un compendio de los protocolos militar, civil, religioso y social
24 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Dirigió el protocolo municipal en los últimos 22 años, desde que Xerardo Estévez la llamó en 1989, a unos meses vista de la visita de Juan Pablo II. Dejó el cargo en junio, con el relevo en la alcaldía, aunque Elena Garrido ya preparaba su retiro con anterioridad, de hecho acabó el mandato a petición expresa de Bugallo. El último gran acto en el que colaboró fue precisamente otra visita papal, la de Benedicto XVI. Recuerda con «gran satisfacción» la cumbre hispano-alemana de Kohl y González en el 95, «un aprendizaje para protocolo extraordinario».
-El tiempo no quiere acompañar este mes en Santiago
-Sí y esa es una de las cosas que para quienes llevamos protocolo tiene mucha importancia.
-Seguro que no es una cuestión menor en su trabajo, y más en estas fechas, en plenas fiestas
-No lo es. Siempre hay que tener un plan por si llueve. Por ejemplo, en un acto como el día del Apóstol, una vez que las tropas entran en el Obradoiro, el acto con ellas tiene que continuar. Se pueden empapar y empaparnos todos, pero si ya están en la plaza hay que seguir adelante. En las 43 ofrendas en que yo estuve, solo una vez, en diciembre, hubo que anularlo: las tropas no vinieron a la plaza.
-¿Sería el diluvio entonces?
-No aguantaban los paraguas.
-En 22 años muchos ilustres pisaron las alfombras de Raxoi.
-Sí, desde Helmuth Kohl a Cavaco Silva, Mario Soares, los presidentes de Uruguay y Argentina, todos los presidentes españoles, Fidel Castro... y también están los personajes que yo digo de las caras amables, como Rigoberta Menchú y Vicente Ferrer. Y siempre cuento como anécdota que nunca me imaginé tener una foto con Charlton Heston, que grabó la última parte de El camino desde un salón del Ayuntamiento.
-Y tuvo que haber momentos para muchas anécdotas.
-Muchas no se pueden contar. Pero sí hubo cosas curiosas. Una chica holandesa que hizo el Camino en burro no sabía qué hacer con él cuando terminó y vino a ver si lo podíamos embalar. La pusimos en contacto con la protectora de burros.
-Lo de embalar sería una traducción errónea.
-Yo creo que sí, pero es que la gente que venía en bicicleta sí lo hacía. Estoy hablando del 93, el año del bum en el Camino.
-En este ámbito nada se deja a la improvisación, pero también habrá momentos de apuro. ¿Cuál es la máxima en esos casos?
-Creo que en protocolo no hay momentos desesperados, pero sí personas que se desesperan, y tampoco debe ser una rigidez absoluta.
-Habrá pocas ciudades del tamaño de Santiago que tengan una relación tan habitual con la Casa Real.
-Es posible. Yo creo que por tradición. La primera ofrenda al Apóstol se hizo en 1643 y es tradición que los Reyes la hagan en año santo. Luego, cuando vienen presidentes de otros países suelen acompañarlos, y también está el Real Patronato.
-Sí, el Consorcio garantiza una mayor presencia.
-Sí, garantizó que los Reyes estuviesen presentes en muchos actos y es una imagen fantástica de la ciudad. Hay interés de otras personas que se dedican al protocolo por saber lo que hacemos en Santiago y un tema que se estudia dentro del protocolo en todos los ayuntamientos es la ofrenda al Apóstol.
-¿Sí?
-Sí, porque creo que es la única en España que tiene un protocolo militar, civil, religioso y social. Es un compendio de cosas que en otro sitio no se dan, no en el mismo día o en dos.
elena garrido suárez exjefa de protocolo del ayuntamiento