Primer catarro del otoño. «Está todo el mundo igual», me dice una señora cuando por fin dejo de estornudar. Es el mal de muchos que algo siempre consuela. Pues con la voz un poco tomada empiezo la crónica de esta semana rara (por el catarro, por el festivo y por los difuntos). Una semana que en Galicia tuvo su punto álgido con la pasarela Pontus Veteris, uno de los desfiles que soportan con dignidad el paso del tiempo y de la crisis.
Pero antes de acercarme a la ciudad del Lérez les hablo de toros, que precisamente es en Pontevedra donde hay más ambiente y afición taurina. Sí, porque durante los últimos días tuve contacto, que ya es casualidad, con un torero y un banderillero que están vinculados a Galicia. Del matador, Iván Fandiño, hijo de gallegos que emigraron al País Vasco, ya les hablé en alguna ocasión. El viernes se acercó a A Coruña para compartir una cena con aficionados y hablar de la que ha sido su gran temporada.
Al banderillero lo descubrí hace poco. Se llama Iván Carro Juan, aunque en los carteles figura como Juan Cantora (apellido de su abuelo), y en la actualidad forma parte de la cuadrilla de Fernando Robleño. «Soy el denominado tercero, banderilleo los dos toros de su lote y le doy la puntilla al toro», comenta. Nació en Palencia en 1975 pero desde 1980 hasta el 92, es decir, casi toda su infancia y juventud, vivió en Galicia porque su padre, Demetrio Carro se vino a trabajar como cantante. Pasó por Los Satélites, la orquesta Trébol de Ferrol, Monumental de Arzúa, la Nueva Palma de Corcubión, además de cantar en solitario por infinidad de locales. «El mundo del toro siempre me atrajo, pero fue cuando entré en contacto con Luis Mariñas, presidente de la Peña Taurina de A Coruña, el momento en que la afición fue a más».
«A raíz de inaugurarse el Coliseo coruñés en el año 1992 decidí apuntarme a la escuela taurina de Madrid...», recuerda. Se hizo novillero, debutó con picadores... pero no llegó a cumplir su sueño de convertirse en matador. «Lo intenté pero no pudo ser y desde el año 2000 me dedico a las banderillas», explica Juan, que nunca sufrió una cogida, y eso que toreó en Las Ventas hasta en 35 tardes. «Sé que me tocará», afirma este banderillero que descubrió su afición, curiosamente, en Galicia. «Me siento gallego porque pasé unos años maravillosos en A Coruña y, en especial, en Corcubión», destaca.
Una modelo que dio la talla
Los organizadores del desfile Pontus Veteris de Pontevedra siempre buscan un rostro conocido de modelo, actriz o celebrity que aporte un poco más de glamur e interés mediático al certamen. En esta edición contaban con Jessica Bueno, que fue Miss Sevilla y que forma parte de la categoría de novia de o ex de. En concreto es la actual pareja de Kiko Rivera, con lo que además de la chica también se especulaba con la posibilidad de que el hijo de Isabel Pantoja hiciese acto de presencia. Finalmente la agencia que la representa se puso en contacto con la Cámara de Comercio para informar de que una indisposición impedía a Jessica desplazarse a Pontevedra. Faltaban unas horas para el desfile. De madrugada contactaron con la actriz Vanessa Romero, que ya había estado en la pasarela hace 4 años. A las 9.30 de la misma mañana del certamen cerraron el acuerdo y a la hora de comer la joven que se hizo muy popular por su participación en la serie Aquí no hay quien viva ya estaba sentada a la mesa en Casa Román, uno de los locales con más solera de la capital pontevedresa.
Vestida de Zara, comió jamón del bueno, croquetas, surtido de verduras y pescado. Lo curioso es que desde hace poco más de un año Vanessa es macrobiótica «porque tenía problemas de colesterol, anemia y me salían manchas en la piel», explica con naturalidad. «Pero hoy en Galicia como lo que sea», comenta con simpatía poco antes de saltarse su dieta. Lo mismo que hago yo, pero en mi caso me la salto a diario. Las firmas Florentino, que nunca falta ni falla, Olga Santoni, Boüret y Miguel de Luna presentaron sus creaciones ante un auditorio en el que estaban, entre otros rostros conocidos, los conselleiros Pilar Farjas y Javier Guerra, la cantante Cristina Pato, al lado de la diseñadora Charoa, el actor David Amor, la actriz Mayka Braña o el profesor Jorge Mira. Lo dicho, Vanessa derrochó simpatía y profesionalidad a pesar de que la avisaron tan solo unas horas antes de tener que salir al escenario.
La novia de Pau Gasol
Para la próxima edición de Pontus Veteris podrían optar por un nombre gallego. Les doy una idea, Silvia López. Tiene 22 años, raíces en Quiroga, y es la novia del famoso más alto del país, Pau Gasol. La chica tiene todas las condiciones del mundo para deslumbrar en la pasarela pero es que además esta semana posó por primera vez como modelo para un reportaje de la revista Hola vestida con moda de fiesta y joyas de Rosa Clará. «Me ha resultado más fácil de lo que esperaba», comenta en la entrevista sobre su debut como imagen de una firma.
Seguro que estaría encantada de desfilar en su tierra y con prendas de nuestros diseñadores. Ya puestos, podría salir a la pasarela pontevedresa del brazo del banderillero criado en Galicia.