Una modelo china en Galicia

SANTIAGO

29 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Comenzó el año del dragón. Cada invierno que pasa los medios de comunicación le prestan más atención a la Nochevieja asiática. Lo chino se impone. Y como esto siga así no me extrañaría que acabásemos como los orientales, tomando las uvas (o arroz tres delicias) a finales de enero (el caché de Igartiburu y Mota sería más bajo). Lo que me llama la atención es que tanto sea dragón como tigre, serpiente o rata, siempre nos dicen que es símbolo de buena suerte y prosperidad. Será para ellos. «Tengo 23 años y el salario de mis padres es cien veces mayor ahora que cuando nací. La información sobre China de hace 10 años ya no vale. No sirve, porque el desarrollo es bestial», me dice la guapísima Jiaojiao Yao. Pues sí que tienen suerte y prosperan.

Estudiante y modelo, desde el año 2006 participó en desfiles y concursos de belleza en su tierra, Zhuhai. «Tiene dos millones y medio de habitantes, lo que para China es una ciudad pequeña. Es una zona rica y bien comunicada. Desde mi casa puedo caminar a Macao, donde la gente habla portugués, y a Hong Kong tardo una hora en barco», precisa la joven, que desde septiembre vive en Galicia. Me cuenta que ganó el título de belleza de Señorita Universitaria de Turismo de la provincia de Guangdong, algo parecido a Miss Guangdong, y que desde que llegó a Compostela compagina su pasión por la imagen con los estudios. ¿Y saben dónde fue su primer trabajo como modelo en Galicia? Pues en Lalín, en concreto en el escaparate de una tienda de lencería. «Desfilé en ropa interior varios días. No pasé mucha vergüenza porque como no conozco a nadie y nadie me conoce... Otra cosa es que me viesen mis padres...», confiesa Jiaojiao, que decidió adoptar el nombre de Rosario para que nos resulte más fácil de pronunciar a los de aquí. ¡Qué razón tenía el inolvidable periodista José Antonio López de Alba cuando decía con su humor característico que la capital del Deza era china, La-Lín! Rosario Yao, que cursaba en su país un máster en lingüística, aterrizó en la Universidad compostelana para aprender un poco más de español (lo habla muy bien) y portugués, aunque también asiste a clases de economía y de historia.

El 3 de febrero esta joven china que vive en Compostela dará un nuevo paso adelante en su carrera como modelo, ya que desfilará en Madrid dentro de la Cibeles Fashion Week, o como se llame ahora, de la mano del diseñador coruñés Jose Matteos, uno de los gallegos que estarán presentes en la pasarela madrileña. La cita será en la sala Utopic Us. «Me encanta desfilar y esto me puede abrir muchas puertas, pero los estudios son lo importante y pienso preparar un doctorado», reflexiona. En Galicia la gente le dice que pensaba que las chinas eran feas, pero que al verla cambian de opinión. «¿Los chicos de aquí? Los hay guapos, pero no son tan altos como a mí me gustan», asegura la chica, que mide un metro setenta.

Jiaojiao lleva apenas cinco meses en Galicia pero parece perfectamente adaptada a nuestro estilo de vida. «Me gustan el pulpo y la tortilla de patata. También salgo mucho de copas. En China salir de fiesta solo es ir al karaoke, comer o hablar. Aburrido. Beber y bailar no es muy común», apunta. Es decir, en comparación con nosotros los chinos son una potencia en todo menos en lo que a juerga se refiere. «La forma de enseñanza es muy diferente. Allí es más como Estados Unidos, mientras que aquí el profesor es el libro. No te animan a pensar», analiza Jiaojiao, que posó en la plaza del Obradoiro con un vestido típico de su país. «Me gusta Santiago. Es una ciudad pequeña pero con mucha cultura concentrada», reconoce.

La novela Crímenes exquisitos arranca en el barrio vigués de Teis, cerca de la tierra de Alfonso Cabaleiro o Benigno Campos, y después se traslada a A Coruña, donde se desarrolla la mayor parte de la acción, aunque Londres ocupa un lugar destacado. Nieves Abarca y Vicente Garrido, los autores, me invitaron a ejercer como presentador de su obra en la librería Arenas de A Coruña. Lo pasé tan bien en la presentación como en los 15 días que estuve leyendo la trepidante historia (como la de Stieg Larsson, pero ambientada en Galicia). «Es que estábamos hartos del frío y el hielo de los países nórdicos», me comenta Nieves.

Frío no pasé esta semana, que comí tres veces cocido, eso sí, con moderación. Durante la celebración del patrón de los periodistas una colega me preguntó por cómo llevaba el régimen mi mujer, que desde Reyes se alimenta como un pajarito. Le dije la verdad, que como se pasa horas corriendo, jugando al pádel o en clase de pilates apenas tuve oportunidad de estar con ella y fijarme en sus progresos. Yo me reservo para dentro de unos días, para cuando haga una escapada a La-Lín.

Jiaojiao Yao, que ganó un título de belleza en su país, reside ahora en Galicia con un programa de intercambio universitario y desfilará en la pasarela Cibeles |