Currás: «Hai que ter claro que o Consorcio non corre perigo»

r. m. santiago / la voz

SANTIAGO

El alcalde y Xerardo Estévez abordan la impronta del Real Patronato en la ciudad

29 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El 11 de junio de 1991 Santiago vivió una jornada histórica. Quizá no de esas que se imprimen en el recuerdo colectivo pero sí de las que a la postre se descubren trascendentales. Ese fue el caso de aquella en que el rey, los entonces presidentes del Gobierno y la Xunta, Felipe González y Manuel Fraga, y el alcalde Estévez resucitaron, actualizado, el Real Patronato de Santiago creado en 1964 e inactivo desde hacía lustros pese a las iniciativas para recuperarlo en los 70.

El de 1991 sería el intento definitivo -confirmado con la creación ese mismo año de una comisión interadministrativa y ya en 1993 de su órgano ejecutivo definitivo, el Consorcio-, fruto del empeño de la ciudad por abordar con mimo la conservación de un patrimonio que seis años atrás había obtenido reconocimiento mundial, pero que también alzaba con decisión la mirada más allá de intramuros para dotar a la entonces todavía capital oficiosa de Galicia de unos equipamientos e infraestructuras en los que en parte se sustentaría su futuro desarrollo.

De los orígenes y el horizonte del organismo que propició ese cambio, y que tiene también una amplia presencia cultural en la ciudad, expresamente a través de la Filharmonía y la Escola de Altos Estudos Musicais, han hablado su promotor municipal, Xerardo Estévez, y el actual responsable de su gestión, el alcalde, Ángel Currás, reunidos por este medio ante la portada del 12 de junio que recogía aquel acto y que se expone en 130 años de Voz, que estará hasta mañana en la plaza Roxa.

Y ambos coinciden en que las claves del futuro del Consorcio están en las que marcaron su origen, tras una ardua labor de convencimiento, sobre todo ante Madrid: una capacidad proyectiva capaz de entusiasmar -«se o Consorcio vale para bostezar, morre», afirma Estévez- y el espíritu de consenso. Pero el exalcalde no deja pasar por alto que el éxito en su momento radicó en gran medida en la «implicación» del rey y en la coincidencia de González y Fraga en las presidencias de las Administraciones que son el sustento económico principal de un órgano que obtuvo amplio reconocimiento, y no de «incienso e flores, senón de labouras feitas».

Afectado por la crisis, aunque en menor medida en este ejercicio de lo que se esperaba, reconoce Currás, el Consorcio aprobará sus presupuestos (11,7 millóns) el 22 de mayo para seguir mirando adelante, con menos medios ahora pero con el mismo empeño de permanencia y la confianza en el entendimiento institucional, también a nivel local tras las últimas críticas de la oposición al retraso en los pagos de la Xunta. «Hai que ter claro que o Consorcio non corre perigo», afirma el regidor ante la complicada situación económica y los recelos que en más de una ocasión han surgido sobre su posible caducidad. Y sitúa en el plan de renovación de infraestructuras del casco viejo el nuevo «proxecto de futuro» de la entidad, un proyecto «espléndido», apunta Estévez al tiempo que mira a la catedral, «que se está empezando a coidar moi en serio», y que recibirá ayuda del Consorcio para arrancar con su plan director y optimizar sus propios recursos como vía financiadora, añade Currás.

El reconocimiento a ese plan de infraestructuras lleva parejo también por ambos el de su impulsor, el hasta hace poco gerente del Consorcio, Xosé Manuel Villanueva, clave también en los inicios de la entidad. Pero Estévez trae también al recuerdo los apoyos de Felipe González, Solana, Borrell, Fraga, Touriño, Portomeñe, Xosé Denís, Dositeo Rodríguez, María Jesús Sainz y Encarna Otero o Ánxel Viña y Roberto Blanco Valdés.

«Espero que en dous ou tres anos se recupere o ritmo inversor das outras Administracións»

Ángel Currás

«O replantexamento das infraestruturas da cidade histórica é un proxecto espléndido»

Xerardo Estévez