![Premio Azorin](https://img.lavdg.com/sc/XmOYhgd3F4uTROvJeI8K992v8us=/480x/2014/04/08/00121396963393046488902/Foto/azorin_xxl.jpg)
Un circo y un asilo son escenarios del último libro del autor gallego
08 abr 2014 . Actualizado a las 17:25 h.Un asilo y un circo son los escenarios en los que se desarrolla Hotel Paradiso (Planeta), la última novela de Ramón Pernas (Viveiro, 1952). Pero son mucho más que meros lugares: son metáforas de la soledad, la vejez, de vidas y formas de entender el mundo que se acaban y, lo peor, caen en la desmemoria. «Como el circo no tiene quien le escriba, me considero el último cronista de una tradición arcaica que está acabando», declaró ayer Pernas en la presentación de la obra en Madrid. No en vano el nexo que conecta ambos escenarios, con sus respectivas historias, es la muerte: el deceso de la elefanta Zara se produce al mismo tiempo que el fallecimiento de un anciano. Sobre esta coincidencia aparente Pernas tira de los hilos de la literatura para hilvanar dos historias en primera persona e indagar sobre la decrepitud que puede traer consigo el paso del tiempo.
Pero, sobre todo, el olvido. El antiguo esplendor del circo, antaño un espectáculo lleno de vida y color, hoy ajado y minusvalorado, se suma al alzhéimer, al que Pernas considera «una de las grandes pandemias de la humanidad». Ese querer recordar, pese a todo, atraviesa una novela que denuncia «la desmemoria» y la traición o el abandono de los seres queridos. Al circo lo ha dejado su público y a los ancianos del asilo sus familiares. Sin embargo, la caravana y la carpa prosiguen sin perder la dignidad, y los internos no pierden la esperanza de que sus allegados vayan a visitarlos. Es lo que Pernas denomina «delitos de afecto».
Color frente a monotonía
Hotel Paradiso también es, según su autor, un homenaje a la ilusión que viajaban con los circos y que bebe de la propia infancia de Pernas. A finales de la década de los cincuenta, siendo niño, rompió la monotonía gris la aparición de un circo, con un «cartel multicolor» que le descubrió «un mundo de colores». «Me enseñó que detrás del mar está el camino, que detrás de la rutina está la fantasía y que detrás de lo cotidiano está la magia», explicó ayer en Madrid.
Por Hotel Paradiso Pernas recibió recientemente el premio Azorín, convocado por Planeta y la Diputación de Alicante, y dotado con 45.000 euros.