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Compostela Aberta consiguió el apoyo del BNG y la abstención del PSOE para unas cuentas que el PP calificó de irreales
18 feb 2017 . Actualizado a las 12:35 h.El rostro relajado de Martiño Noriega dejaba claro esta mañana que el pleno municipal más importante del año se iba a solventar en un mero trámite como resultado del trabajo previo que el gobierno local compostelano llevó a cabo con los grupos de izquierdas para aprobar unos presupuestos que este año ascienden a casi 103 millones de euros, 3,3 más que el año pasado.
El BNG apoyó las cuentas porque, como dijo su portavoz, Rubén Cela, habían sido negociadas y recogían la mayor parte de las propuestas de los nacionalistas. Cela puntualizó, además, que a su entender no sería bueno para Santiago prorrogar los anteriores presupuestos o llegar a una moción de censura que no iba a prosperar, por lo que considerando que «era o menos malo» para los ciudadanos, le dio el «sí quiero» a la propuesta pactada con Compostela Aberta.
El PSOE se abstuvo porque, como dijo Francisco Reyes, no eran los presupuestos de los socialistas, «pero si teñen unha grande impronta socialista». Reyes reconoció también la voluntad negociadora de un gobierno local que está en minoría pero que lleva meses dialogando con nacionalistas y socialistas.
Solo el PP se mostró crítico. A entender de Agustín Hernández, al gobierno local le faltó talante democrático porque despreció «aos máis de 15.000 veciños» a los que representa el Partido Popular, con quien según su portavoz, Compostela Aberta no quiso hablar. Hernández llamó la atención sobre el incumplimiento de buena parte de las cuentas del año anterior, y vaticinó que con estas iba a ocurrir lo mismo, porque a su entender, son unos presupuestos «irreiais» que el PP incluso llegó a calificar como «chapuza orzamentaria en toda regra».
A ese incumplimiento de las cuentas del 2016 hicieron referencia también el PSOE y el BNG, que advirtieron que estarían «vixiantes» para fiscalizar las cuentas y «esixentes» para que las inversiones se ejecutasen «a partir de xa».
Tanto la concejala de Facenda como el alcalde agradecieron al BNG su apoyo y al PSOE su «abstención positiva». Es más, María Rozas dijo desear que en los del próximo año, el voto de los socialistas fuese también a a favor.
Martiño Noriega y su grupo solventaron así en una sesión de guante blanco uno de los trámites más difíciles para un gobierno en minoría, a diferencia de lo que ocurre en las demás ciudades gobiernadas por las mareas.
La sesión fue aprovechada por el regidor para reconocer la labor del secretario municipal, Javier Castiñeira, a punto de jubilarse.