El cambio de parejas también puede ser un arma presupuestaria

Xosé manuel cambeiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

ABRALDES

Los presupuestos autonómicos del 2018 ya montaron sobre los raíles y el ardiente debate está a un paso

22 oct 2017 . Actualizado a las 10:08 h.

Empieza la cuenta atrás. Los presupuestos del año 2018 ya montaron sobre los raíles y el ardiente debate está a un paso. Ardiente, porque los prolegómenos auguran un ritmo negociador intenso. Se han producido ya los primeros escarceos informativos con PSOE y BNG de contertulios.

La cuenta atrás viene precedida de la cuenta de atrás. La del año 2016, que provocó la erizada controversia de los pasados días en la que el grupo de gobierno se vio cercado por los argumentos de sus rivales, poco amistosas con la gestión presupuestaria.

Rubén Cela, el bueno para Compostela Aberta el pasado año, ya avanzó cuando rumiaba descontento lo acontecido en el 2016 que lo del 2017 le olía a chamusquina. El traje presupuestario de este ejercicio, al menos con la tela que proporcionó el BNG, estaba quedando demasiado corto. Esa declaración sería un golpe en el hígado de Compostela Aberta si no hubiese la posibilidad del cambio de parejas.

Es decir, el voto del BNG debe ser «sí» o «sí» en el supuesto de que el gobierno local se encuentre huérfano, como pudo haber ocurrido en el vigente ejercicio. No sucedió porque los socialistas se abstuvieron. Y, aunque los de Paco Reyes pusieron como chupa de dómine las cuentas del 2016, sonríen más a gusto con las del 2017. Las que disgustan al BNG. ¿Qué significa esa sonrisa?. Pues que parece haber quedado mejor servido el PSOE que el BNG, y muy mal tiene que dársele al dúo Compostela Aberta-PSOE para que Paco Reyes le plante un cate sonoro a María Rozas. La solución es saber captar el mensaje presupuestario socialista, oler el perfume de la rosa. El PSOE, de votar en contra, más que las iras de Noriega puede que atraiga las de Hernández. Ay el edil perdido.

Si la rosa no se abre, CA habrá de atenerse al recado palmario y lapidario de Rubén Cela: «Compostela Aberta escusa falar nada antes de dar cumprimento ao que se comprometeu con nós». No es por nada, pero está finaliza octubre y dos meses no dan mucho juego para recomponer, a criterio del BNG, la figura presupuestaria del 2017. Es tanto como vender el «sí» a precio de Sotheby’s.

En el banco

En la danza presupuestaria hay una pareja que no se aviene fácilmente: grupo popular-Compostela Aberta. Es muy difícil que el PP calce el zapatito presupuestario, o eso entiende el equipo dirigente, y el grupo de gobierno ha decidido mantenerlo sentado en el banco hasta el final del baile.

No es placentero sentirse una cenicienta en la pista corporativa, pero el PP es consciente de la distancia melódica que le separa de CA. Y a CA la ley de similitudes le aconseja empezar por sus próximos. Agustín Hernández ululó su cabreo, y resulta comprensible, pero el calendario gubernativo no tiene vuelta de hoja. Y no es que los grupos de la oposición desempeñen el papel del bueno, el malo y el feo. Es la necesidad de sacar los presupuestos adelante sin desplomarse en el intento, excavando y no socavando el ideario gobernante.

Y mientras Noriega perfila sus presupuestos, Feijoo diseña los suyos. ¡Y ahí figura Santiago! Relucen la ampliación del Clínico y la facultad de Medicina, con unos ilusionantes cinco millones que seguirán siendo ilusionantes más allá del 2018. Y es de esperar que no mucho más allá del 2019: el proyecto viste pañales. El Xacobeo latente cobra vitalidad, la estación deja de ser testimonial, se cuela el complejo administrativo de San Caetano y, a partir de ahí, caras conocidas por las calles presupuestarias que se saludan con el gozo del reencuentro.

Con alguna salvedad reseñable. Uno recuerda que durante más de una hora, en su despacho de la Xunta, Agustín Hernández le introdujo en la mollera a este cronista datos técnicos sobre el vial Santiago-Brión Y le comentó la posibilidad de ensanchar algún día el tramo Brión-Noia. Uno se marchó con la impresión de que su conversión en autovía no podía esperar. Por fin, y no era sin tiempo, visita los presupuestos. Que los 15 millones plurianuales sean sinceros. Y su reparto anual.

Lo anterior es lo que figura en las cuentas. La oposición ya empieza a ver lo que las desfigura. Hay ausencias que tienen detrás voces desesperantes porque la oferta está a años luz de la demanda. Y esta pide auxilio.