El ocio nocturno completa su retorno a una actividad lastrada aún por el covid

SANTIAGO

El sector habla de «regreso flojo por la cuesta de enero, contagios y miedo»
05 feb 2022 . Actualizado a las 21:44 h.La noche compostelana empieza a coger ritmo, aunque no lo hace todavía a la velocidad que el sector desearía. Los empresarios apuntan que «aún es pronto» para valorar plenamente el efecto que supone la retirada de las restricciones en el ocio nocturno, que entró en vigor el pasado sábado. Jesús Peón, del Sonar, valora que «la vuelta va lenta. El sábado pasado fue mejor que el viernes, pero aún está sin estabilizar la noche». Peón cree que la gente «todavía necesita un tiempo para adaptarse al nuevo horario, y los estudiantes aún están de exámenes», por lo que la actividad hostelera de la noche sigue «floja». Por otro lado, recuerda que no es totalmente cierto que la noche no tenga limitaciones, ya que los aforos se ven reducidos al tener que dejar un metro y medio entre grupos, lo que en la práctica supone que el aforo real se recorta entre un 30 y un 40 % según las dimensiones del local. En cualquier caso, Jesús Peón afirma que es «muy importante cumplir escrupulosamente con las normas en la noche».
Dos velocidades
En el sector tienen la sensación de que los dos grupos que salen por la noche van a ritmos distintos. En el caso del público universitario, su regreso al ocio nocturno aún está por completarse. Aunque muchos se incorporaron a las aulas, otros seguirán con exámenes hasta mediados de mes, por lo que todavía es pronto para recuperar a ese público. De hecho, fuentes del sector hostelero que trabajan fundamentalmente con los más jóvenes perciben que a la noche «todavía le queda mucho para activarse». En el colectivo apuntan como posible causa para explicar el retraso en la normalidad de las salidas de los más jóvenes el hecho de que la incidencia de la variante ómicron es mayor entre la población juvenil y universitaria.
Una sensación diferente tienen quienes trabajan con un público más adulto. En este caso, la recuperación está más cerca de lo que sería normal. De hecho, Peón señala que el movimiento diario de los jóvenes es más flojo que el de los sábados, cuando salen los de Santiago, los que trabajan entre semana y aprovechan el fin de semana para relajarse con los amigos.
Desde la Asociación Hostelería Compostela, su presidente, Thor Rodríguez, considera que la actividad en los locales de ocio nocturno «es anormal, la gente parece que sigue con miedo al contagio y, desde mediados de diciembre, cuando ómicron empezó a darnos disgustos, la noche fue en caída libre. Aún no se recuperó totalmente». La vuelta a la normalidad, de acuerdo con la opinión del sector, no será inmediata: «Va a llevar su tiempo». Rodríguez cree que en esa recuperación lenta de la noche juegan diversos factores. «No solo es una cuestión de miedo al contagio, ni de que la población más joven pueda estar sufriendo más los contagios, hasta influye la cuesta de enero», matiza.
Thor Rodríguez indica que en su local, que no trabaja específicamente con estudiantes, está detectando que sus clientes «temen al contagio y salen menos. Se animan poco a poco».
Martín Calviño, de la sala Riquela, también destaca las dos velocidades a la hora de valorar cómo está funcionando la noche en lo que va de año, y más concretamente desde que se puso fin a las restricciones de horario y aforo. En el caso de su local, la franja horaria considerada como tardeo funcionó bien, sobre todo debido a las temperaturas agradables de las últimas jornadas. De hecho, el pasado sábado, a partir de las 17.30 horas, tuvo que cerrar el acceso para no superar las limitaciones que implican la distancia de seguridad fijada sobre el aforo. Calviño indica que, entre semana, los estudiantes aún no están totalmente activos. En su caso, las actividades programadas los martes y miércoles sí están llenando el Riquela, que vuelve otra vez a tener una buena entrada durante las jornadas de los viernes y sábados.
Por su parte, Sergio Fernández, de la asociación Hostalaría.gal, coincide en que la noche sigue sin recuperar su ritmo, y acumula «meses de cierre y de pérdidas». Fernández recuerda que el sector tendrá que hacer frente, entre marzo y mayo, al pago de los créditos ICO pedidos en el 2020, por lo que demandan «un año más de carencia». Además, puntualiza que el 25 % de las ayudas concedidas terminarán siendo «ingresos en forma de impuesto para Hacienda».