El cáncer de piel duplica su impacto en una década en Santiago y se dispara hasta 1.200 cirugías anuales: «Estamos pagando la relajación de hace unos años al tomar el sol»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El dermatólogo Vázquez Veiga, revisando este miércoles a un paciente
El dermatólogo Vázquez Veiga, revisando este miércoles a un paciente PACO RODRÍGUEZ

Hugo Vázquez Veiga, jefe de Dermatoloxía del área sanitaria, aconseja que «tenemos que buscar lugares con sombra, que no rebote la luz desde el suelo hacia nosotros, porque no nos salvan ni las sombrillas»

15 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estamos pagando la relajación de hace unos años a la hora de tomar el sol. No cuidamos la piel y usamos indiscriminadamente las lámparas de luz ultravioleta para ponernos morenos». Así de tajante se muestra el doctor Hugo Vázquez Veiga, jefe del Servizo de Dermatoloxía del área sanitaria de Santiago y Barbanza, que coloca encima de la mesa las cifras de su unidad. En ella el cáncer de piel se ha duplicado en los últimos diez años. Si hace una década tenían reservados tres días de quirófano cada 15 días, ahora necesitan tres por semana. El doble. En total, unas 1.200 cirugías anuales en las que extirpan, fundamentalmente, carcinomas.

«La actividad quirúrgica se ha doblado y eso que los horarios están apretados. La incidencia del cáncer es muy alta. También ha aumentado el diagnóstico y eso es bueno, nos permite un tratamiento precoz y una alta curación, pero podríamos detectar más», admite Vázquez Veiga. Para acelerar los procesos, desde hace una década funciona una vía rápida que conecta los servicios de atención primaria con Dermatoloxía: «Funciona bien. El médico de cabecera nos envía una fotografía y entre 48 y 72 horas le damos una respuesta. El paciente, si es una lesión sospechosa, en 15 días tiene el diagnóstico y se le quita el carcinoma si es necesario».

Cree que funcionaría mejor si la gente acudiera antes a la consulta de su doctor, mientras que «muchas veces nos llegan cosas que no son urgentes, y después vemos en nuestras consultas a pacientes con melanomas que no tendrían que esperar. No es lo mismo tener acné, o un problema de caída de pelo, que un cáncer». De media por semana reciben unos cinco casos por vía rápida, un total de unos 250 al año, cifra que considera que también se podría incrementar.

Recomendaciones

Esa explosión en el número de carcinomas y cirugías, insiste, llega porque no se están cumpliendo con las recomendaciones de los expertos, que no se basan únicamente en el uso de cremas: «El sol nos permite estar vivos, nos mejora el estado de ánimo y aumenta nuestro tono vital, pero hay que disfrutar de él en su justa medida».

Es por ello que Vázquez Veiga, considerado uno de los dermatólogos con más prestigio de Galicia, explica que lo fundamental es evitar el sol entre las 13.00 y las 17.00 horas: «Ahí tiene una incidencia directa sobre nosotros. No debemos tomarlo cuando no hacemos sombra. Eso también indica que si está nublado también debemos evitarlo, porque no tenemos la sensación de calor que produce la luz ultravioleta B, por lo que nos quemamos con más facilidad».

Explica que los «alimentos de temporada, que sean rojos, amarillos o naranjas, son un arma que nos da la naturaleza para protegernos». También existen complementos nutricionales, así como la llamada fotoprotección geográfica: «Tenemos que buscar lugares con sombra, que no rebote la luz desde el suelo hacia nosotros, porque no nos salvan ni las sombrillas». Sobre el uso de cremas, recomienda las superiores a 50 y que cubran la luz ultravioleta A y B y sean resistentes al agua: «Hay que echarla 30 minutos antes de ponernos al sol en las zonas que llevemos expuestas y después una vez lleguemos a la playa». Cree que son pasos claves para revertir un bum de cánceres de piel que, admite, teme que no tengan freno.

Revisar los lunares entre familiares para actuar rápido

Es el propio doctor Vázquez Veiga el que reconoce que una de las mejores maneras para detectar problemas en la piel es la revisión por parte de familiares: «Cuando nos viene una mujer con su marido porque le ha visto algo raro no suele fallar». Confirma que hay unas pautas fáciles a seguir, ya que los lunares benignos son: redondos y simétricos; regulares; tienen un color marrón claro u oscuro pero homogéneo; y suelen tener un tamaño inferior a los seis milímetros. También se puede saber si es cancerígeno si tiene un aspecto diferente al del resto de lunares: el llamado patito feo. Las zonas donde el cuerpo no está cubierto, incluso los tobillos, tienen un riesgo mayor.