Óscar Iglesias dio un giro radical y dejó el trabajo de oficina por el negocio de la moda

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Al perder su empleo en el sector sociosanitario, abrió Bombarda, primero en el casco histórico de Santiago y después en el Ensanche

16 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Allá por el año 2013, Óscar Iglesias dio un giro radical a su vida profesional cuando la empresa del área sociosanitaria en la que trabajaba hizo agua y su puesto de trabajo naufragó. Fue entonces cuando cambió su oficina y los contactos del sector sanitario por el negocio de la moda. Lo hizo, en un primer momento, centrándose en el calzado y los complementos, en un pequeño comercio en la plaza de San Agustín, cerca del mercado de abastos. «Por aquel entonces, aunque el mercado recibía turistas, la zona aún no estaba tan saturada de turismo», apunta Óscar. Durante un tiempo, Bombarda, que así se llama su negocio, creció en la zona noble de Santiago. «Pero llegó un momento en el que tenía que salir de allí. Quería una clientela de la ciudad, porque no me valía solo con vivir unos meses del turismo. Es importante tener gente todo el año. Los de Santiago siempre fueron mis clientes preferentes», explica. Su idea de negocio encajaba mejor con el Ensanche, y buscó un local en una calle «por donde paseara mucha gente y con un alquiler no prohibitivo como los del casco histórico». Así desembarcó en el 2016 el comercio de la rúa República do Salvador donde Bombarda amplió su línea y comenzó a incorporar ropa en sus colgadores. «Fue el despegue que necesitaba. Sigue creciendo de una forma constante, que permite que ya sea conocida y reconocida por la gente». ¿Pero de dónde le viene a Óscar Iglesias su gusto por la moda? «En la pandilla, yo era el que no estrenaba una camiseta cada viernes. Prefiero una buena, que me dure, y no cuatro que no aguanten nada», señala. Óscar está convencido de que «es mejor comprar una buena, aunque sea más cara, que muchas baratas». En su opinión, no tiene sentido «tener un armario lleno de ropa a modo de almacén». Cuando se planteó cómo sería su comercio, pensó que «tenía que traer prendas que no hubiera en Santiago. Y fue más fácil de lo que pensé. En Santiago hay muchas franquicias, que venden el mismo estilo de ropa, pero negocios donde encuentres cosas que no pasen de moda, que te sirvan para usar este año y dentro de cinco, pocos». En su comercio hay prendas hechas en España y en los países nórdicos, «que están haciendo un trabajo increíble. Es una moda respetuosa con el medio ambiente, que tiene gran calidad y que simplemente permite estar a la moda hoy y dentro de cinco años», destaca Óscar Iglesias.

Sandra Alonso
 

En bici de vuelta a casa

Lo habitual es que la Praza do Obradoiro sea un lugar de bienvenidas, pero ayer fue el escenario de la despedida que un grupo de amigos brindó a Benjamin Michael, Benja para sus colegas. El joven alemán de 20 años llegó en septiembre, gracias a una beca Erasmus, para estudiar en las facultades de Xeografía e Historia y de Filoloxía. Benja cursa en Alemania el doble grado de geografía y castellano, y su sueño es ser profesor. Viajó desde Alemania en bicicleta. «Fue un mes. Hice 200 kilómetros por el Camino de Santiago, otros por zonas de interior, y pasé por muchas ciudades europeas y españolas». Ahora su vuelta a casa también será en bici: «Otro mes de pedaleo». Su primera parada será en Peña Trevinca, «porque me hablaron de la Ribeira Sacra en la facultad, en Xeografía, y quiero conocerla». En los primeros kilómetros de su regreso estuvo acompañado de Roque Aldrey y Brais Lata, amigos y también compañeros del equipo de baloncesto As Fontiñas, en el que se integró «para entrenar y no perder fondo, porque en Alemania juego al baloncesto», y de Adrián Dios, su entrenador. Su integración fue total y en ello tuvo mucho que ver Ana Santiago, una de sus compañeras de piso. Benja tuvo tiempo para completar varios cursos de gallego, «lo suficiente para entender y decir algo, porque las clases eran en gallego». Promete volver en el 2024. «Dejo grandes amigos».

Alumni USC con Darío Villanueva

El reconocimiento a la trayectoria profesional de Darío Villanueva que le tributó el Consello Social de la USC, que preside Cecilia Sierra, contó con la presencia de los directivos Eva López, Luisa Rivas, Víctor García Dopico y Enrique López Lorenzana de la Asociación Antigos Alumnos e Amigos da USC (Alumni USC), entidad impulsada por Villanueva en su etapa de rector con motivo del V Centenario de la USC en el curso 1995-96. En el aperitivo posterior al acto, celebrado en Fonseca, se valoró la misión y funciones de Alumini en este tiempo, y se planteó ligar más la entidad a la USC y reforzar su papel institucional.