La inflación dispara los menús del día en Santiago, que rozan los 20 euros: «A 10 ya no eran rentables en el 2009»

SANTIAGO

El aumento del coste de los productos frescos obliga a subir precios mientras existe el temor a que contraiga el consumo: «Non gañamos o que tiñamos que gañar»
17 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Dos platos, pan, postre, bebida y café. Todo por diez euros. El menú del día ha pasado a la historia. Al menos a ese precio. La crisis inflacionaria que comenzó a padecer Europa tras la pandemia ha escrito su epitafio. Solo hay que pasear por los restaurantes de Santiago para comprobar que, en algunos de los icónicos, ya roza los 20 euros. «Es que a diez ya no eran rentables en el 2009», explica un experimentado cocinero de la capital gallega que prefiere quedar en el anonimato. Aprovecha la ocasión para lanzar una polémica pregunta: «¿Cuánto gastas si vas a comer a un McDonald's? Y allí no te sirven en mesa. Diez euros los tienes que pagar seguro, ¿o no? Eso sí, después la gente va a un restaurante y exige que los atienda un camarero, que nos dé un primero, un segundo y un postre, y que solo cueste diez euros».
Que esta última etapa inflacionaria ha disparado los precios lo confirma el presidente de Hostelería Compostela, Thor Rodríguez, que destaca que «los restaurantes dependen mucho del producto fresco, que está por las nubes. Creo que no llegaremos a ver los menús a 20 euros, pero además en Santiago hay mucha variedad. No es lo mismo un local en el casco histórico que otro en las afueras o en los barrios. Muchos empresarios no están repercutiendo esa subida en los precios porque también es difícil cuadrar todo. Si los subes mucho corres el riesgo de perder gente y, si no lo haces, lo que pierdes es dinero. Esperemos que la inflación nos dé pronto una tregua, porque no está siendo fácil».
Pablo Cabana, del restaurante Marte, confirma que ellos han optado por «absorber esta última subida. Hay una serie de productos que se han disparado, como es el caso del aceite, que a nosotros nos afecta mucho. Pero también hay otros estables, como las patatas. En nuestro plan no está subirlos más».
Aunque en verano tienen un menú por 17 euros, confirma que durante el resto del año lo bajarán a «13 o 14. No creo que lleguen a costar 20 euros. Te vas adaptando al coste de los productos, cambias una carne por otra, un pescado por otra cosa... La subida depende de cada restaurante. Nosotros, por ejemplo, a pesar del aumento del precio del aceite, no hemos tocado los precios de las tortillas ni de los fritos».
Otra versión
Para Xan Galbán, del María Castaña, los hosteleros «non gañamos o que tiñamos que gañar». Admite que esto ocurre porque se sienten condicionados a la hora de subir los precios: «Os soldos aquí son baixos e non permiten que o fagamos. Tes que adaptarte ao cliente e sempre hai un límite de prezos que non depende de ti». Explica que el menú del día es algo que acabará siendo residual en España: «En Estados Unidos e na maior parte dos países do norte de Europa hai restaurantes que só abren de noite. A xente come algo livián ao mediodía, por exemplo un sándwich nunha cafetería ou nalgún posto na rúa. Son os que triunfan e teñen xente».
Confiesa que en su caso descartó la posibilidad de contar con menú del día porque «no casco histórico é imposible amortizalo. Hai moi poucos locais que o teñan, contados, porque os alugueiros son altos. Se nón, é como se di coloquialmente, traballariamos para o inglés». No es el único que ha tomado esta decisión. Más bien es uno de los muchos que lo ha hecho. Lo confirma que en la ciudad cada vez se ven menos carteles de menú del día.
Algunos incluso han empezado a vender un único plato con bebida y postre a un precio reducido. El motivo, explica un cocinero radicado en la ciudad, es que «si quieres dar un menú de calidad, solo el coste de los productos te supone unos 10 euros. Y a eso tienes que sumarle lo que pagas de luz, de personal, de alquiler o de mantenimiento... Es inviable. Hay quien no hace las cuentas y cuando ocurre algo como lo que estamos viviendo con la inflación no le queda otra que cerrar».
Que el mundo tras la pandemia del coronavirus no iba a ser el mismo, lo tenía claro todo el país. Lo que muy pocos podían sospechar es que acabarían pagando cerca de 20 euros por cada menú del día.