Jacinto Ruiz: «El primero que disfruta la novela es el propio autor»

La Voz

SANTIAGO

Jacinto Ruiz presentó ayer su nuevo libro en Santiago
Jacinto Ruiz presentó ayer su nuevo libro en Santiago XOAN A. SOLER

El escritor presentó «Cicatrices en la selva», novela basada en la vida de un médico ferrolano

01 mar 2024 . Actualizado a las 04:55 h.

El escritor y periodista Jacinto Ruiz Valentín (Madrid, 1947) recaló ayer en la Facultade de Xeografía e Historia con su tercera novela, «Cicatrices en la selva», basada en el médico ferrolano Pablo Fernández Cartagena, que luchó para erradicar la viruela en el Congo en los años 60 y 70. Eso sí, en la novela toma el nombre de Jorge Martínez.

—¿Por qué se basó en un personaje real como protagonista?

—La primera noticia que tengo de Pablo [Fernández] es a través de su hija Salomé, que me dice: «Mi padre estuvo en el Congo erradicando la viruela». A mí ese hecho me impresionó porque la enfermedad de la viruela, en aquella época, era peor que la peste, arrasaba, originaba millones de muertos. Entonces, pregunté más datos de él y tenía ya una edad avanzada, de hecho ha fallecido este pasado diciembre. Tuve varias charlas con él, pero ya no recordaba muchas cosas. Después, por un lado, me parecía injusto esconder su personalidad —aparece incluso retratado en el libro con su hija Salomé—. Pero, por otro lado, en una novela con raíces históricas —con el nombramiento de Lumumba y su muerte, el golpe de estado de Mobutu...—, la vida y milagros de Jorge Martínez en la novela son ficción. Es una ficción basada en las propias conversaciones que he mantenido con él. Me parecía injusto vincularle a mi imaginación de lo que seguramente haría, pero que no tenía constancia de que lo había realizado.

—Si hay que ponerle un porcentaje, ¿cuánto hay de realidad y cuánto de ficción?

—Todos los acontecimientos están basados en datos históricos. En cuanto al personaje, que ha existido y que se ha entregado en cuerpo y alma a la medicina, la lucha contra la hambruna, la lucha contra la viruela, que da clases en las facultades, que es un epidemiólogo importante..., eso es cierto. La otra mitad de su personalidad, lo que ha representado y los protagonistas que completan la novela, es ficción.

—¿Tenía claro desde el principio de la novela esa presencia de la realidad histórica de esos años 60 y 70 en África que muchas veces desde Occidente desconocemos?

—Occidente debía conocerlo bien porque salvo España, que de eso queda indemne, ha tenido una participación bastante lamentable. Es verdad que cuando pienso que puedo sacar jugo de esta noticia, lo que creo es un lugar donde ubicarla que quiero que sea verdad. Me parecía que la presencia de Jorge Martínez-Pablo Fernández en el Congo había sido tan, tan, tan importante para ese país y para el mundo entero, que creé en torno a él una serie de personajes.

—El hecho de mezclar realidad y ficción, ¿coarta en cierta medida la imaginación por ajustarse a los hechos históricos?

—Es un camino diferente. A mí particularmente me gusta la novela histórica, pero también es cierto que el que ha escrito ha puesto mucha imaginación de lo que ha aprendido o de lo que él cree que ha ocurrido así, porque hay situaciones en las que nadie ha estado. En ese sentido, me ha coartado poco. La grandeza del doctor Jorge Martínez es que, viviendo cómodamente, decide dejarlo todo para incorporarse a un país que en ese momento es de los más violentos del mundo.

—¿Qué imagen le gustaría que se quedara el lector de ese Pablo Fernández-Jorge Martínez?

—La novela va más allá de Pablo-Jorge, es una novela que no se limita solo a su vida. Pablo forma parte de una novela en la que se integra la aventura, la emoción, la pasión, el miedo, la esperanza, un paisaje fantástico y una realidad difícil, que todavía persiste.

—¿Pensando ya en nuevas novelas? ¿Seguirá en el ámbito de la novela histórica?

—Me gusta lo diferente. Hace poco me preguntaban por qué primero escribí un novela intimista, después un «thriller» y ahora esta. Fundamentalmente, es porque me gusta mucho la novela. La novela el primero que la disfruta es el propio autor y luego es una historia que cuenta a los lectores con la intención de que participen de esta satisfacción. Seguramente la próxima sea la segunda parte de Tres días y medio.

—¿Hay fecha?

—Todavía no hay fecha (ríe) porque cuesta mucho escribirlas, pero yo confío en que en unos meses.

—¿Esta novela tardó mucho en germinar?

—Una novela por término medio dura año y medio, para algunos más y otros menos. Después, llegan las sucesivas correcciones y decidir dónde imprimen el libro o si decides, como ahora en este caso en Amazon, con la intención de que pueda ser leído en otros países.