Segundo intento para reponer el cristal que lleva dos años roto en la torre de control del aeropuerto de Santiago

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El proceso superó dos licitaciones fallidas y la primera tentativa para cambiarlo fracasó en marzo pasado por un error en el corte

09 jun 2024 . Actualizado a las 15:48 h.

Un cristal no había dado tanto que hablar en Santiago desde que, hace 20 años, Ronaldinho rompió uno de la antigua vidriera de la Catedral practicando una chilena en un acto promocional en el Obradoiro. Este está todavía más alto, en la cima de la torre de control del aeropuerto. Se trata de uno de los paneles de vidrio del fanal, que lleva dos años roto y cuya reposición derivó en un proceso rocambolesco que Aena inició el verano del 2022 y que por fin se completará con la instalación de un cristal nuevo.

El episodio, seguido por tanta puntualidad por los controladores aéreos en sus redes sociales como con celo informativo por parte de Aena, encara así el final de una cadena de vicisitudes que incluyó dos licitaciones fallidas y un contrato de 187.550 euros que fue adjudicado por 111.283 y que no pudo ejecutarse al primer intento, en marzo pasado, por un error en el corte. Fue la guinda a la sucesión de fiascos. La adjudicataria del contrato, la pyme Blas Torres Gutiérrez SL con sede en la localidad jienense de Mancha Real, movilizó una grúa con un brazo capaz de alcanzar los 51 metros de altura a los que tiene que operar. Pero aquella tentativa fracasó, porque las medidas del cristal no se ajustaban a las del hueco del fanal en el que debía colocarse. Previamente, Aena tuvo que modificar el contrato para ampliar el plazo, ante la imposibilidad de que la empresa pudiera colocar el vidrio antes del 2 de febrero. De este modo, ganó cuatro meses más para culminar la faena.

La operación es colosal, como lo prueba su coste y el operativo movilizado. De esos 111.283 euros de coste del contrato (impuestos incluidos), 46.000 corresponden al cristal, que en realidad son dos a razón de 23.000 cada uno. Según los pliegos de contratación, se trata de un vidrio «laminado, multicapa, incoloro, con cámara de aire» y con unas medidas de 3,5 por 2,1 metros. La factura de su reposición incluye 40.000 euros de las grúas necesarias, 25.000 del andamiaje, 12.000 de la instalación propiamente dicha, 10.000 del desmontaje del vidrio roto y 1.000 del informe previo de sus características técnicas.

La grúa capaz de alcanzar al fanal situado a 51 metros sobre el suelo retornó este jueves a Lavacolla, donde varios operarios trabajaron durante la mañana en el exterior de la torre de control.