José Ramón González Juanatey, cardiólogo: «Con un estilo de vida puedo garantizarte que no te va a dar un infarto en un largo período»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El responsable del servicio de cardiología del CHUS afirma que el ejercicio físico es la mejor polípildora

18 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha recogido por octava vez el premio Best in Class al mejor servicio de cardiología de España en atención al paciente. José Ramón González Juanatey (Noia, 1956) tiene muy claras sus ideas sobre la sanidad en general y la cardiología en particular: defensa acérrima de lo público, transparencia y medición de resultados, y atracción de talento. 

—¿Cómo se consigue ser desde hace ocho años el mejor servicio de cardiología en atención al paciente?

—Empezamos en el 2008 un proyecto nuevo, y la primera disrupción es que la gente se puso la camiseta. Desde el personal administrativo al investigador, que es un elemento clave, hasta los facultativos, el liderazgo de la enfermería... Teníamos un hospital casi nuevo con cierta dotación tecnológica que fuimos ampliando en muchos casos gracias a proyectos de investigación. Pusimos como ejemplo a personas con nombres y apellidos que desde Galicia desarrollan proyectos con una dimensión internacional brutal, como Inditex o Cortizo, y reflexionamos: ¿Por qué no podemos hacer un centro de referencia no solo en nuestra comunidad autónoma sino internacional, partiendo de una premisa, la calidad asistencial? Estos premios reconocen el trabajo de esta gente, veníamos de un servicio que ofrecía una buena cardiología y ahora podemos decir que estamos en la élite de la cardiología europea y mundial. Y lo más importante, aquí se diagnostica y trata al más rico y al más pobre. Nuestro objetivo es trabajar por los desconocidos. Ofrecemos una cardiología comparable a la de los mejores centros a nivel internacional porque nos miden y cada año viene un comité de auditores externo, eso es muy estimulante.

—¿En qué lo percibe el paciente?

—De entrada puedes acceder a nuestros resultados, que son públicos. Hay que reconocer el esfuerzo del actual conselleiro, que es un médico de este hospital, en su compromiso con la sanidad pública. Hacerlo bien significa que Santiago tiene la mortalidad más baja en infarto de miocardio, hablamos de mortalidades sobre un 2 %, extraordinariamente baja cuando el paciente llega a al hospital. 

—¿El 98 % sobrevive tras un infarto?

—Sí, el 98 %. Galicia tiene una fortaleza enorme en sanidad, la digitalización. La historia clínica electrónica integrada ofrece posibilidades enormes, usándola somos capaces de resolver más del 40% de las derivaciones de los médicos de atención primaria sin que el paciente se tenga que desplazar, a través de la consulta electrónica, que también favorece la equidad. Un ejemplo, antes de ponerla en marcha la derivación era mayor en los centros de salud próximos, y en Dozón o Vila de Cruces llegaba a ser cero en mayores de 80 años. Desde que arrancó este proyecto, la tasa de derivación se disparó, los resultados en salud mejoraron y las complicaciones se redujeron. Esto hay que medirlo y hacerlo transversal porque mejora la accesibilidad y reduce actos médicos que no aportan valor. 

—¿Cómo cuáles?

—Hay una gran cantidad de consultas presenciales que podrían resolverse a través del Ianus, la consulta e historia electrónica, y esta fortaleza que tiene Galicia no la tiene nadie. Actualmente estoy en la dirección de la sociedad internacional de cardiología y estuvimos en el Parlamento Europeo, que aprobó un plan europeo de de salud cardiovascular. Una de las buenas prácticas que va a incorporar este plan es el modelo de información sanitaria que tiene Galicia. Otro aspecto muy importante es la protocolización. Tenemos todo protocolizado y solo pides una prueba si realmente tiene indicación, debemos medir cuán bien están tratados nuestros pacientes, es decir, cuán optimizado el tratamiento. Ya trabajamos en sistemas incorporados a la historia clínica electrónica que te ayuden en la toma de decisiones. 

—¿Será la inteligencia artificial una buena herramienta?

—Es fundamental. Presentaremos en Londres, en el Europeo de Cardiología, un trabajo fantástico. Con las 80.000 consultas que en los últimos diez años se enviaron a cardiología del CHUS queremos ver si un sistema automático puede seleccionar las consultas con alto riesgo de que al paciente le pase algo de forma inmediata. Es un sistema de inteligencia artificial que desarrollamos entre varias universidades y centros que permite decir que de las 80.000 consultas, a 60.000 no les va a pasar nada durante un año pero hay seis mil que tienen un altísimo riesgo de que les ocurra algo en los 30 días siguientes. El objetivo es detectarlo con la historia clínica y lo que remite el médico de primaria, sin llegar a la consulta de cardiología. Porque que nadie piense que la medicina se hace en los hospitales, sobre todo se hace en los centros de atención primaria. Sin médicos y enfermería de atención primaria competente nunca podrá haber buena medicina en el hospital. Todo el mundo habla ahora de la medicina personalizada y de precisión, y yo digo que la medicina personalizada lleva muchos años inventada y es el médico de atención primaria. En este momento, si tienes algo complejo solo la sanidad pública, salvó honrosas excepciones, tiene la solución, y una buena solución. 

—¿Se puede ser un buen servicio sin investigar?

—Difícil. Se puede hacer una buena medicina sin investigar pero los hospitales universitarios grandes tenemos la obligación ética de generar conocimiento. Cardiología de Santiago ha sido número uno en investigación cardiovascular en España en los últimos tres años. Hemos demostrado que somos capaces de desarrollar un centro que hace desde investigación básica hasta investigación muy aplicada a los pacientes y el mayor reto es alinear a los profesionales hacia un proyecto que ofrezca excelencia a los desconocidos. Y después está el compromiso de generar conocimiento para que otros se puedan aprovechar de él.  

—Defiende a capa y espada el ejercicio físico para mejorar la salud cardiovascular, ¿qué tipo de ejercicio?

El ejercicio físico es la mejor polipíldora. Fundamentalmente aeróbico pero hay que combinar aeróbico y algo de fuerza, intentando a partir de una edad evitar la pérdida de masa muscular. Recientemente se ha publicado que las mujeres empiezan a perder masa muscular antes que los varones, sobre los 40 y pico años. Uno tiene que defender su músculo, porque te protege hasta de la estabilidad, evita que te caigas. El músculo tiene mucha actividad endocrina, produce sustancias que protegen frente al cáncer... Las enfermedades cardiovasculares son prevenibles hasta un 80 %, con dieta, ejercicio, no fumar, controlar la presión arterial y el colesterol. El alto consumo de pescado y de legumbres, pero sobre todo de pescado, es fundamental. Hay datos recientes de su protección cardiovascular, frente al cáncer e incluso frente a enfermedades neurodegenerativas.  

—¿Es el pescado el alimento que más protege el corazón?

—De lo que más protege. La grasa que tiene el pescado es de lo más saludable, también las proteínas pero sobre todo la composición con poli y monoinsaturados es lo que más protege. Lo cardiovascular es prevenible hasta el 80 %. No hay que hablar tanto de tecnología sino de promover la salud cardiovascular. Con un estilo de vida puedo garantizarte casi que no te va a dar un infarto en un largo período de tiempo. La sanidad no se puede anunciar con habitaciones, edificios, robots o con máquinas, nos tenemos que anunciar, tanto pública como privada, con resultados. Y si la pública no es muy transparente, la privada en España es completamente opaca

—Cardiología de Santiago atrae siempre a los mejores mir, ¿un buen mir será un buen profesional? 

—No te quepa duda, los mejores son los mejores. En cardiología entran los mejores y en medicina ya entran los mejores. Después es nuestra responsabilidad formarles también en valores y en defender el modelo social.

—¿Se quedan aquí al finalizar?

—En Galicia tenemos un gran problema, es muy difícil captar talento de fuera. Para contratar cardiólogos hay que ir a una lista, otras comunidades que tenían este sistema lo han quitado. En este momento hay cardiólogos que están en Estados Unidos o Alemania y quieren venir pero no es posible contratarlos. Las áreas que han hecho eso se han dado cuenta de que no promueve la excelencia. El gran desarrollo de la cardiología en Santiago es en gran parte porque vino gente de fuera, nuestras autoridades tienen que reflexionar sobre esto porque nos puede empobrecer. Confío en que haya una solución, no con el 100 % del personal pero que haya una cuota para captar talento. 

—¿Faltan médicos, están mal distribuidos...?

—Hay que hacer una previsión a medio plazo. Parece que donde más faltan es en el ámbito de primaria, y vuelvo a repetir que sin atención de primaria de calidad y comprometida no puede haber buena medicina. La medicina y enfermería de atención primaria tiene que reflexionar, ¿por qué les pasa esto? Creo que necesitan un liderazgo, siempre recurrimos a médicos de hospital y hay verdaderos líderes en primaria, ellos tienen que liderar el mensaje de la medicina, para que mucha gente se comprometa y vea lo estimulante que es ser médico en atención primaria.

—Una mujer que sufre un infarto de miocardio tiene más opciones de sobrevivir si la atiende una profesional mujer,  ¿hay que enfocar la cardiología con una perspectiva de género?

—Hay que enfrentar la medicina con perspectiva de género. Hay dos perspectivas que tienen que ser prioritarias, y una es medir e investigar en la mujer. En los estudios las mujeres representan entre el 25 y el 30 %, por lo tanto la investigación se aplica sobre todo a hombres. Los tratamientos a veces no funcionan igual y las enfermedades no se manifiestan de la misma forma por lo que hay que concentrarse en investigar y medir los resultados en la mujer. Sabemos que tienen peores resultados en salud y están infratratadas, nosotros ponemos el foco en eso y hemos logrado que en este momento prácticamente no haya gap ni en el diagnóstico ni en el tratamiento.

Otro aspecto es el de los niveles socioeconómicos más bajos. En España el riesgo de tener un infarto de la población con nivel socioeconómico más bajo cuadriplica al de personas con un nivel educativo y económico más elevado, sobre todo educativo. La gente con menos recursos tiene peores estilos de vida, fuma más, tiene una dieta muy desfavorable y hace menos ejercicio, por lo que hay que promover esta visión.

—Es catedrático y lleva años dando clase en la Facultad de Medicina, ¿cómo ha evolucionado el alumnado?

—Siempre digo que los nuevos son mejores, obviamente tienen una visión del mundo en algún aspecto diferente pero tienen unas capacidades mayores. La clave es orientar esas capacidades hacia el compromiso con el modelo social, y sobre todo con el servicio público. Necesitamos revitalizar la importancia que tiene trabajar en la educación pública y en la sanidad pública desde el punto de vista de la excelencia.

—¿Cree que tienen menos compromiso con lo público?

—Es algo que debatimos mucho, y algunos colegas piensan que nosotros teníamos más compromiso con lo público. Ellos tienen un compromiso con un modelo de vida un poco diferente, pero estoy convencido que es mejor.