José Manuel González: «Estamos orgullosos de recuperar el espíritu de barrio en Galeras y lograr el local social»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El presidente de la asociación vecinal lamenta no haber conseguido que el edificio del antiguo Hospital Xeral fuera destinado a un centro de mayores

13 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

José Manuel González está vinculado al movimiento vecinal de Galeras desde hace más de diez años, cuando nació la plataforma que, solo un año después, se constituyó formalmente como asociación. Entonces, los integrantes de aquella entidad tenían claro que debían seguir trabajando para que la voz de los residentes del barrio fuera escuchada, con claridad, en los despachos de los responsables municipales.

—¿Cómo nació la Asociación Plataforma de Galeras?

—Primero fue la plataforma, que unió al barrio para evitar lo que habría sido un desastre para todos. Querían ocupar una parte pública del parque, que era un lugar de encuentro para las relaciones vecinales del barrio. Cuando se consiguió frenar aquel proyecto decidimos seguir y oficializar la asociación, porque había mucho por lo que seguir peleando.

—¿A lo largo de estos 10 años se logró crear espíritu de barrio?

—Creo que es algo de lo que nos podemos sentir orgullosos. Era algo que se perdía, probablemente porque vino gente nueva, y daba la sensación de que había una zona nueva que no se integraba en el barrio. Estos días con las actividades del aniversario, la participación de los vecinos demuestra que es un objetivo cumplido.

—¿Habría que darle las gracias al proyecto de la rotonda, porque les unió?

—Bueno, en ese sentido, sin duda. Hay que reconocer que por aquel entonces tuvimos el apoyo de personas de fuera del barrio. Compostela se sumó, porque todos entendieron que era una reivindicación justa.

—¿Qué destacaría como el logro más importante de estos años?

—Sin duda, la unión vecinal y la creación de la asociación. Sin esto no se habría logrado nada. Lo otro importante fue conseguir el local social, y es motivo de orgullo que sea en la Casa das Máquinas. Estamos orgullosos de que se pusiera en valor, y que fuera para el uso público. Ahora hay que llenarla de contenido. Vamos a proponer actividades abiertas a los vecinos, desde talleres de memoria, actividades para niños y exposiciones. Está abierta a todo el que proponga algo interesante. Dentro de los logros también tenemos una espina clavada.

—¿De qué se trata?

—El uso que se la da al Hospital de Galeras. Hubiéramos querido una pequeña zona, una residencia de mayores con centro de día. Algo que es muy necesario no solo en Galeras, donde hay una población envejecida, sino en todo Santiago. El viejo hospital era una buena oportunidad para la residencia, para el centro y hasta para un supermercado, porque tenemos uno pequeño.

—¿No les gusta la idea de una residencia universitaria?

—Hay sitio para todo, aunque parece que no fue posible el acuerdo. Además de residencia universitaria, que es cierto que hacen falta, entendemos que una residencia de mayores con centro de día habría tenido cabida.

—¿Tiran la toalla en la reclamación de la residencia y centro de día para mayores en el barrio?

—No. Incluso hay muchos bajos cerrados que podrían ser un centro de día. En la misma residencia de estudiantes, quizás, en el futuro, se pueda de alguna manera aprovechar una parte del espacio para hacer un centro de día. Hay que seguir peleando. Se nos ocurre en el edificio de Fenosa, por ejemplo. En el futuro pueden cambiar la ubicación o en la nave donde fue el economato de la eléctrica se podría hacer el centro de día.

—Opciones hay.

—Efectivamente. Nosotros queremos ser un barrio solidario, sostenible y seguro. Queremos un barrio vivo, en el que puedan vivir estudiantes, familias y mayores. Cuando se fue el Hospital Xeral se notó un decaimiento en Galeras. Hubo cierres, algunos por jubilación, pero se está recuperando el comercio y la hostelería. Quizás la residencia de estudiantes permita la apertura de más comercio de proximidad; y la Casa das Máquinas puede ser un punto de encuentro entre generaciones.

«Las viviendas turísticas irán cerrando poco o poco»

Una de las cuestiones que viene generando más consultas a la asociación es la proliferación de viviendas turísticas en Galeras. «Al controlarse el casco histórico, y presionar para su cierre, se desplazaron hacia los alrededores. En Galeras creció su número», apunta José Manuel.

—¿Temen que pueda producirse un choque de intereses entre los vecinos y los propietarios de VUT y hostelería que se beneficia de estos alojamientos?

—Es cierto que es dinero para todos, que la hostelería puede ganar algo. Lo que ocurre es que son muchos, y se percibió el cierre de viviendas para familias y estudiantes para pasar a turismo. Si realmente están dentro de la norma, no hay nada que decir. Entre todos, tenemos que vivir y dejar vivir. Yo creo que empiezan a cerrar, creo que bajó algo el número, y poco a poco bajará más. A los vecinos que preguntan les decimos que denuncien en el Ayuntamiento. Si no están legales, tendrán que cerrar.

—¿Cómo se llevan las obras del Pombal en Galeras?

—Las sufrimos mucho. Galeras es el cierre del periférico por esta parte de la ciudad, y las obras están provocando más intensidad de tráfico. Dicho esto, hay que tener paciencia, porque cualquier obra es necesaria. Se están cambiando tuberías, separando pluviales de saneamiento. A los vecinos y comercios del Pombal les supone mucha molestia, quizás se podría hacer de otra manera, pero el Pombal se merece una mejora. ¿Era posible que se pudiera hacer de otra forma? No somos técnicos.

—Otro de los focos de atención de la asociación está en la Finca do Espiño. ¿Qué ideas tienen para este espacio?

—Estuvo atascado mucho tiempo, y hasta se habló de viviendas o residencia de lujo, pero está encaminado. Finalmente será para servicios municipales. Aunque no estaría mal un centro de día para mayores. Yo vuelvo con mi tema. Entiendo que su recuperación va lenta, y es que las cosas de palacio van despacio. Entendemos que la administración local tiene que atender otras cuestiones urgentes, como ayudar a las personas en riesgo de exclusión. Eso sí, no vamos a dejar de insistir, porque merece la pena acondicionar y abrir la finca a todos los compostelanos. Merece la pena ir solo para ver las vistas de la ciudad.