Denís, Pedro y otros compostelanos a los que darías las gracias por existir si vivieses en Valencia
SANTIAGO
Están entre los voluntarios de Protección Civil de Santiago que viajaron a tierras levantinas este mes con material para retomar la actividad escolar y ayudar a la población
20 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Si cualquiera de nosotros viviese en Valencia, le gustaría que al otro lado de la Península hubiera un Denís, o un Pedro. Estos compostelanos forman parte del último convoy que partió de Protección Civil de Santiago con ayuda para tierras levantinas. Todos ellos tienen sus quehaceres, sus trabajos, estudios, obligaciones familiares... y los dejaron aparcados para llevar un poco de esperanza a unos desconocidos y devolver la normalidad a sus vidas lo antes posible. Denís San Miguel y Pedro Rial, agentes forestales de profesión, empezaron este mismo año a colaborar con la agrupación de voluntarios compostelana. Con ellos viajó también Daniel Barreiro, otro forestal y electromecánico que viste el uniforme de Protección Civil desde el 2023; Irene Pérez Castro, estudiante de Teo que lleva cuatro años de servicio desinteresado; Antonio Villaverde, estradense que comenzó ya en el 2019 y es técnico de emergencias sanitarias; y Patricia Otero, ingeniera informática de origen arzuano, alistada en la división naranja desde el 2018. Los seis salieron este domingo al mediodía cara Albal con material escolar para poder retomar las clases tras el paso devastador de la dana, y continúan allí cooperando en las labores de limpieza de calles, garajes, trasteros...
«Tengo una amiga que conoce a una profesora, ya jubilada, que vive en Albal. Tiene detrás de su casa un colegio, San Blas, que quedó totalmente destruido e hicimos un llamamiento interno, entre los voluntarios de Protección Civil de Santiago, sus familias y amigos, para ayudarlos con libros, ceras, pinturas, libretas, plastilina, juegos, mochilas y otras donaciones. Es el segundo cargamento que hacemos llegar a esta mujer, Vicenta Espí, quien nos pidió apoyo también para una escuela infantil (Xicalla) y un gabinete psicopedagógico que estaban en bajos de Albal y se vieron muy afectados. Todo el material que le vamos mandando lo va seleccionando para el colegio donde fueron reubicados los niños del San Blas y otros centros educativos de Albal. Con los peluches que le mandamos quería hacer un paquetito para que los pequeños tuvieran un regalito cuando volviesen a clase. Y, a través de la amiga de una madre de un voluntario, la cual tenía una guardería en Noia que cerró, pudimos enviar toboganes, mesitas, hamacas... un montón de cosas en buen estado para que ella lo vaya distribuyendo allí. Además, Vicen ayuda a familias que ya estaban en riesgo de exclusión social antes de la dana, tanto de su municipio como de La Torre, Paiporta y Massanassa», cuenta Begoña del Río, responsable de la agrupación de voluntarios compostelana.
De su sede de San Lázaro han salido tres grupos este mes con ayuda. Marcelo, José Manuel, Adrián y Jacobo hicieron un primer reparto de ayuda humanitaria de urgencia. Los dos últimos repitieron junto a Carlos, Marcos, Paulo y Sofía en la segunda expedición, en la que se quedaron allí unos días para quitar fango. Y, en este tercer viaje, además de repartir las donaciones en coordinación con Vicenta, «también llevamos material escolar que el CEIP Lamas de Abade recolectó para el CRA El Pinar de Alcublas, en Higueruelas, desde el cual reparten esa ayuda entre los colegios de la zona afectada». Este lunes entregaban en Alcublas la partida de material escolar recogida por esta comunidad educativa de O Castiñeiriño, en la cual colaboró también con aportaciones la papelería Rimas y la tienda A Vagoneta Educativa.
Son muchos los que han contribuido para que cada uno de estos viajes desde Santiago a Valencia fuera productivo. De hecho, la jefa de Protección Civil recuerda que se han enviado ya 70 toneladas de ayuda gracias a la colaboración altruista de numerosos ciudadanos. Y, además de los 14 voluntarios que han ido a mancharse las botas sobre el terreno, hay otros muchos que arrimaron el hombro con la clasificación, paletización y carga de los vehículos. Así es cómo cruza un caudal de solidaridad de una esquina a otra del país. Hoy por ti, mañana por mí.