El peaje de la AP-9 entre Santiago y A Coruña subió más de un 24 % desde la pandemia

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La tarifa para viajar a otras urbes y dentro del área crece este año entre un 5 y un 7 %

06 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Las conexiones por carretera entre Santiago y el resto de las principales ciudades gallegas, con tiempos de viaje competitivos, siguen sujetas al pago de peajes. Y desde el miércoles pasado las concesionarias exigen a los usuarios de la AP-9 (Ferrol-Tui) y la AP-53 (Santiago-Alto de Santo Domingo) un desembolso mayor. En el caso de la autopista que vertebra el eje atlántico, la nueva actualización de las tarifas aplicada por Audasa encarece entre un 4,88 y un 7,14 % los desplazamientos en Compostela y su entorno metropolitano. Así, el viaje por la vía de pago hasta A Coruña alcanza ya los 8,40 euros tras una subida de 45 céntimos, y el desplazamiento a Vigo llega a los 12,05 después de un incremento de 65 céntimos. Los trayectos a la ciudad herculina requieren ahora desembolsar un 5,66 % más que hace una semana, y los que tienen Vigo como destino, un 5,7 % más.

Aunque los repuntes tarifarios, de los que no se libra ni un solo itinerario dentro de la AP-9, marcan sus máximos en un desplazamiento entre dos localidades más próximas, como son Ordes y Sigüeiro. Los conductores que quieran evitar la habitual congestión del tráfico en la N-550 en hora punta en ese itinerario se ven ahora abocados a pagar 2,25 euros de peaje. Son 15 céntimos más que el año pasado, consecuencia de una subida que se sitúa en el 7,14 % y que disuadirá a muchos potenciales usuarios a utilizar la autopista como alternativa a la carretera nacional. Algo más suaves son los aumentos de tarifas entre Ordes y Santiago (pasa de 3 a 3,15 euros) y entre Sigüeiro y la capital (de 2,05 a 2,15), peajes que, en todo caso, tampoco contribuyen precisamente a aliviar la elevada intensidad circulatoria que soporta a diario la N-550.

Son incrementos que agravan los aplicados en ejercicios anteriores y que arrojan cifras elocuentes en el esfuerzo que se exige a los usuarios de la AP-9. El desplazamiento entre Santiago y A Coruña, por ejemplo, acumula ya una subida del 24,44 % desde la pandemia, al pasar de los 6,75 euros que costaba en el 2019 a los 8,40 de este año. Y si se echa la vista atrás, el zarpazo de las actualizaciones tarifarias de Audasa sobre los bolsillos de sus clientes resulta aún más significativo. Si se toman como referencia los años de la crisis que marcó el inicio de la década pasada, el peaje desde Santiago hasta A Coruña o Vigo es hoy un 58,5 % más caro que en el 2011.

 

La AP-53 sigue encareciendo sus precios a un ritmo inferior al que aplica Audasa en el eje atlántico

A falta de concretar el alcance de las bonificaciones comprometidas, tampoco los usuarios de la AP-53 se libran de incrementos tarifarios. El peaje del trazado completo entre Santiago y Dozón cuesta 6,95 euros desde el pasado día 1, tras una subida de 25 céntimos. Esta actualización representa un encarecimiento del 3,73 %, sensiblemente inferior al incorporado por Audasa en los distintos itinerarios de la AP-9. Es una pauta que se mantiene desde la puesta en servicio de la autopista interior gallega. De este modo, si se comparan las tarifas actuales con los peajes en vigor en el 2011, mientras los la vía de pago que vertebra el corredor atlántico acumulan una subida de algo más del 58 %, los de la AP-53 se sitúan en el 31,13 %.

En el tramo que conecta Santiago con Silleda, la última actualización de la concesionaria Acega ha elevado de 4,05 a 4,20 euros el peaje de un recorrido muy frecuentado y que permite ahorrar 2,75 euros sobre la tarifa completa hasta Dozón a cambio de hacer un pequeño trayecto por la N-525.

Lugo, único destino sin peaje

El uso de esta autopista interior es clave para agilizar los desplazamientos por carretera entre Santiago y Ourense, donde la alternativa hasta el Alto de Santo Domingo es la N-525, que, lógicamente, aboca a tiempos de viaje mayores. La única de las principales ciudades gallegas que estará conectada con la capital por una vía de alta capacidad que no requiera el paso por una cabina de peaje es Lugo, una vez que quede rematado en su totalidad el trazado de la A-54. La previsión del Ministerio de Transportes es abrir este mes el tramo entre Palas de Rei y Melide, de modo que solo restarán los 16 kilómetros que conectan esta localidad con Arzúa para completar una autovía que ya permite viajar a Lavacolla desde hace más de 20 años.

Y los trenes cada vez más llenos

En el irresoluto debate sobre el traspaso de la AP-9 falta un elemento clave, el tren. Porque la solución a los quebraderos de cabeza de los miles de usuarios cautivos de unos de los peajes más elevados de España también está en la apuesta por el ferrocarril, medio de transporte que —en parte, gracias a la gratuidad de los últimos años— está arrebatando tráfico a la autopista. Son trabajadores y estudiantes que ahora se desplazan en un medio más limpio y rápido, y que sería aún más competitivo con una buena red de cercanías. Por ahí se resolvería en gran medida el problema de la AP-9.