Vicente Garrido, experto en inteligencia educativa: «No podemos vivir por nuestros hijos y la vida es una aventura incierta, que se construye día a día»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Además de maestro, Garrido es uno de los criminólogos más prestigiosos de España
Además de maestro, Garrido es uno de los criminólogos más prestigiosos de España CESAR DELGADO

El prestigioso psicólogo y criminólogo señala claves para formar a las nuevas generaciones: «Las estrategias educativas esenciales son cuatro, que están al alcance de todos»

18 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Resulta placentero y especialmente nutritivo saborear las reflexiones de Vicente Garrido (Valencia, 1958). El prestigioso psicólogo, criminólogo y maestro universitario recalará la próxima semana en Galicia. Lo hará el jueves, con una primera parada a las 16.00 horas en el CEI Dolores Ramos de Santiago, donde hablará sobre los padres como educadores inteligentes; para más tarde, a las 20.00, visitar el Sporting Club Casino A Coruña, donde presentará su último libro: El psicópata integrado.

—¿A qué se refiere con inteligencia educativa?

—La inteligencia educativa es la capacidad que tienen los padres para ajustar la educación de sus hijos de acuerdo a sus necesidades e intereses, con la meta última de contribuir a que tengan el mejor desarrollo posible como personas. Los padres que son educadores inteligentes no solo son padres que aman a sus hijos y se esfuerzan por educarlos lo mejor posible, sino que siguen una serie de principios y estrategias que, en realidad son simples de enumerar, aunque no son siempre fáciles de llevar a la práctica. Por ejemplo, un padre o madre inteligente es consciente de que sus hijos tienen personalidades diferentes, entonces adecúa su educación, en la medida de lo posible, a esas diferencias en personalidad, sin caer por ello en sesgos o prejuicios.

—¿Qué define a los padres que usan la inteligencia educativa?

—Hay dos grandes principios, si se quiere de filosofía educativa: no podemos vivir por nuestros hijos y la vida es una aventura personal incierta, que se construye día a día. Las estrategias educativas esenciales son cuatro, que están al alcance de todos, pero que las olvidamos en el trasiego de la vida que llevamos casi todos: saber escuchar, saber comunicar, saber dar seguridad y enseñar el afán de superación. Por supuesto, cada uno de estos ingredientes tiene sus componentes y complejidades, pero esta es la base de toda educación competente. Si falla una de ellas, o varias, todo el edificio se tambalea.

—¿Qué carencias detecta en la formación de hijos y padres?

—En general, ante un mundo que se torna incierto y que parece amenazante en muchos sentidos, hay un afán de sobreprotección, de evitar que ‘sufran’ situaciones percibidas de riesgo o que se expongan a contenidos que puedan resultar desagradables u ofensivos; esto, como tendencia me parece un grave error, porque los hacemos débiles y no les educamos acerca de la realidad de la vida, que incluye necesariamente el dolor, el sacrificio y aceptar la incertidumbre. Una vida responsable significa abrazar la aventura maravillosa de vivir pero conociendo los momentos oscuros que, debido al hombre o a los azares de la vida, nos asaltarán con seguridad en el camino.

—Apuesta por una libertad responsable, ¿pero cómo se logra?

— La libertad responsable no es algo que se enseñe en un momento, o mediante una receta; es un proceso que dura todo el tiempo en que dependen de nosotros, y se construye sobre la base de educar en la idea de que toda vida es un proyecto que tiene un sentido, pero que ellos son los responsables de construirlo. ¿Cómo? Respondiendo a las preguntas que nos hace la vida de forma que trascendamos nuestro propio egoísmo como único horizonte vital. Ellos han de ser personas adultas que quieran hacer algo con su vida que les oriente hacia una meta que les aporte significado; es la filosofía pedagógica de Viktor Frank, expuesta hace más de setenta años, cuya vigencia y acierto es del todo indiscutible en la psicología actual. Hemos de educarles con las herramientas de aprendizaje (logro profesional) y de valores para conseguir ese fin. Si les educamos en el que el éxito material lo es todo haremos de ellos unos seres desgraciados.

«Hemos de enseñar el valor de la intuición»

—También es experto en la gestión de jóvenes violentos, ¿se puede revertir o evitar esa condición de alguna manera?

—En general, los jóvenes aprenden a ser agresivos cuando su entorno les provee de modelos agresivos y se menoscaba su desarrollo emocional e intelectual; entonces, como mecanismo de afrontamiento, los chicos adquieren la hostilidad y el uso de la fuerza como modo de desarrollar un autoconcepto positivo, es decir, un sentimiento de que él, o ella, tiene algún poder en la vida que le ha tocado vivir. Si un niño adquiere una identidad basada en la competencia personal y en la seguridad emocional no tendrá necesidad de ser violento.

—Ha escrito múltiples textos sobre la personalidad psicopática, ¿qué pueden hacer nuestros críos para evitar eses perfiles en su entorno?

—Toda persona tiene un sistema de vigilancia frente a la psicopatía, tal y como explico en mi libro, El psicópata integrado, solo hemos de saber cómo funciona y ejercitarlo. Este sistema es innato porque desde el origen del homo sapiens nuestra supervivencia ha dependido de poder identificar a quienes intentaban robarnos o matarnos. La cultura ha escondido en el subconsciente ese mecanismo, pero sigue ahí; debemos educar a nuestros hijos para que aprendan a diferenciar los rasgos de la simulación y la manipulación, que están en la base de las relaciones que nos tienden los psicópatas. También hemos de enseñarles el valor de la intuición y del diálogo interior o introspección, algo fundamental en nuestro crecimiento personal pero que hemos perdido el hábito de hacer. Y, desde luego, ayudarles a observar, a saber mirar cómo actúa una persona, y no dejarse seducir por lo que dice que hace.

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—Ha calificado a Trump y Putin de psicópatas, ¿cree que la sociedad está beneficiando esos perfiles?

—No solo los califico yo, hay una lista muy larga de eminentes psiquiatras y psicólogos que ya lo hicieron mucho antes… Son personas, como todos los líderes psicópatas que logran el poder, que saben leer los miedos de sus naciones y los utilizan para sus fines. Observa como todo su discurso se basa en el odio y desprecio de los que no son como ellos. Trump ha prometido venganza contra todos los que se opusieron a él y le procesaron como un criminal, lo que efectivamente es, y Putin ya ves cómo desprecia cualquier cosa que suponga derechos humanos o derecho de naciones. Envenena a todo el que se ponga por delante, o lo mata más abiertamente, como ocurrió con su antiguo aliado, el cabecilla de los mercenarios Wagner.  Por desgracia, no solo es un problema de educación… las claves detrás de por qué los psicópatas están ahora reinando en el mundo son muchas y complejas. Quizás otro día podamos hablar de ello...