Ramón García Seara: «Pedir turismo responsable es no decir nada, es una frase vacía de contenido»

SANTIAGO

«Hay que hablar de la gestión de los flujos, sin rechazar a nadie», sostiene el nuevo presidente de la Asociación Turismo e Hostalaría de Santiago
17 mar 2025 . Actualizado a las 17:52 h.El abogado Ramón García Seara asumió la presidencia de la Asociación Turismo e Hostalaría de Santiago, que aglutina diversos sectores empresarial vinculados «de una o de otra forma al turismo». El nacimiento de esta entidad se produjo unos días después de hacerse pública la muerte de la veterana Hostelería Compostela.
—Para cerrar el capítulo de la Asociación de Hostelería de Santiago y comarca, ¿cuál es su situación?
—El 30 de marzo es la fecha fijada por la administración concursal. Personalmente me parece acertada la fecha porque se evitan problemas a los empresarios a los que se les gestionan temas fiscales. Hay que aclarar que desaparece la gestión, pero sigue judicialmente hasta que se liquiden los derechos y bienes de la asociación. Ahora existe solo de forma meramente jurídica.
—¿La nueva asociación nace para sustituir a la anterior?
—No. La nueva asociación no la sustituye, porque Hostelería Compostela es insustituible. La función que hizo, cuando se constituyó a finales de los 70, es irrealizable en la actualidad. Aquella era una asociación con una enorme fuerza. Turismo e Hostalaría no estará vinculada a la gestión de negocios. Va a ser fundamentalmente para defender los intereses del sector. No va a estar sujeta a subvenciones, lo que permitirá opinar abiertamente. No es una asociación exclusivamente de hosteleros, sino del sector turístico. La hostelería es una parte importante del turismo, pero el sector turístico es mucho más amplio.
—¿Es una propuesta muy abierta?
—Creo que eso es bueno. La evolución de la asociación determinará su desarrollo futuro.
—¿En la asociación están integrados colectivos con intereses enfrentados, como hoteles y viviendas de uso turístico (VUT)?
—Las VUT que trabajan de forma legal, y de acuerdo con la normativa vigente, son parte del turismo, y tienen una actividad conforme a derecho. En relación con las posibles incompatibilidades, los datos de los últimos años indican que la ocupación hotelera no se ve afectada por las VUT. Creo que responde a demandas diferentes, son perfectamente compatibles.
—¿Qué tipo de turismo defiende la asociación?
—No va tanto de tipo de turismo, sino de gestión de los flujos turísticos. No hay que echar a nadie. Hay que tener medios y personal cualificado que ofrezca soluciones a los conflictos que pudieran producirse. Los flujos turísticos generan riqueza, y tenemos que saber qué hacer para que el turismo sea compatible con la vecindad.
—¿Plantean para ello un turismo responsable?
—Eso son frases que no dicen nada. ¿Qué es turismo responsable? ¿Es una cuestión económica, una forma de ser, qué es? Santiago es una ciudad de acogida de peregrinos de toda la vida. La gente no viene por la playa ni por un clima excepcional. Ser una ciudad de acogida es el gran atractivo que tenemos, y habrá que aprender a gestionarlo, porque vienen tiempos de grandes flujos. Nos exige esfuerzo, y no generar comportamientos contrarios, que solo provoca turismofobia. No es posible que una cuestión positiva, que es la riqueza turística, de repente se convierte en un problema.
—No puede obviar que en determinadas zonas es un problema-.
—Quizás hay un supuesto anticlericalismo. Todo lo relacionado con la Iglesia se ve de forma negativa. Esas quejas son por situaciones puntuales y un mes al año. Habrá que poner medios. Ahora apenas hay gente en el casco histórico. Dónde está la masificación que tratan de comunicar.
—¿El problema son los grupos?
—Los grupos hay que gestionarlos. Se requiere el esfuerzo de la Administración. Tres mil jóvenes no aparecen de repente, se conoce su llegada con antelación. Si no tomamos medidas, no gestionamos nada, obviamente surgen los problemas. Habrá que poner rutas alternativas, informadores, asumir responsabilidades. Gestionar supone un esfuerzo, pero no podemos darle la espalda al turismo como riqueza.
«Si se cobra una tasa tiene que haber un servicio acorde»
La asociación nace con la intención de alzar la voz ante las administraciones, y con el compromiso de que la opinión de los colectivos vinculados al turismo se escuche en los despachos. Uno de los asuntos que más debate genera es el de la tasa turística.
—¿Cómo se ve esta polémica?
—La tasa turística se planteó, en su inicio, como un castigo para el sector. En lugar de hablar de lo positivo que podría ser tener recursos económicos para gestionar los flujos turísticos, se traslada a la población que la tasa turística era la solución al problema del turismo. El turismo no es un problema, sino una riqueza que tenemos que aprender a gestionar y hacerlo bien.
—¿El sector está preocupado por la tasa?
—La gestión recae en un sector que está muy presionado. Ahora están con el registro de clientes, que complica el trabajo de las recepciones. Queremos que se implante bien y sea muy claro el destino de ese dinero. La tasa es recaudada por el sector privado, que se lo entrega a la Administración, pero que lo gestiona otro. Hace falta claridad.
—Hay rechazo a una tasa que se cobra en muchas ciudades españolas y europeas.
—La situación es que se cobra una tasa al turista que después pierde un vuelo por falta de taxis. El esfuerzo de la Administración va hacia la generación de la tasa, y no va tanto a resolver problemas que afectan al sector y a todos los ciudadanos. Lo de los taxis en Santiago no ocurre en Milán, Turín ni en Oporto. Si se cobran tasas, tiene que haber un servicio acorde.
—¿Qué solución tendría, más licencias de taxi, más Uber?
—No se va a solucionar cobrando tasas. Las administraciones locales y autonómica tienen que ponerse de acuerdo, sentarse y aplicar soluciones que se pusieron en otros lugares.
—¿Estarían de acuerdo con la tasa para los excursionistas?
—Tiene que estudiarse. Deberían contribuir a sufragar los gastos que generan. Tiene cierta lógica. No veo difícil cobrar la tasa por visitante en la dársena.
—No despegan los aeropuertos.
—Es un tema esencial. Por culpa de los localismos no tenemos el servicio que nos gustaría. Tenemos un aeropuerto moderno, y es esencial defenderlo porque afecta al turismo. No debe ser un problema desplazarse 60 kilómetros a A Coruña y 100 a Vigo, pero hacen faltan conexiones para que vengan turistas y para que nosotros podamos viajar.