El protocolo entre USC y Concello de Santiago acaba convertido en papel mojado

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El convenio entre el Concello y la USC fue firmado el 29 de noviembre del 2023, en una jornada en la que ambas instituciones mostraron su buena voluntad para estrechar lazos
El convenio entre el Concello y la USC fue firmado el 29 de noviembre del 2023, en una jornada en la que ambas instituciones mostraron su buena voluntad para estrechar lazos Sandra Alonso

Raxoi debía asumir la titularidad de las calles y zonas verdes del campus sur, promesa que casi un año y medio después de verbalizarse ya nadie espera que vaya a cumplirse

23 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El 29 de noviembre del 2023, hace casi un año y cinco meses, el pazo de Raxoi acogió la presentación, realizada a bombo y platillo, del protocolo de colaboración entre el Concello de Santiago y la USC. La regidora, Goretti Sanmartín; la primera teniente de alcaldesa, María Rozas; el rector, Antonio López; y el gerente de la Universidade, Javier Ferreira; participaron en la firma del por aquel entonces aplaudido convenio, que ataba a ambas instituciones durante cuatro años, en los que debían desbloquear los grandes retos que compartían en la capital gallega. El texto recogía una serie de actuaciones y destacaba una como la más prioritaria: la formalización de que la titularidad de las calles y zonas verdes del campus sur acabaran, después de 30 años de deuda histórica, en manos de Raxoi. 500 días más tarde, ese paso sigue sin haberse dado y desde los despachos nobles de la USC ya definen el convenio con dos sonoras palabras: «Papel mollado».

La situación ha sido calificada de «auténtica parálisis» por parte de voces de peso de dentro de la propia Universidade. Temen además que se alargue sine die, ya que no ven intención por parte del Concello de acelerarla o revitalizarla. Mientras, el mandato de Antonio López se agota y, a mediados del próximo año, se nombrará a un nuevo rector, o rectora, opción que no se descarta a la vista de los últimos movimientos. Por ello, se considera que ese cambio de titularidad, si se hace en algún momento, ya no será con López al mando.

Los menos de 100 metros que separan los pazos de Raxoi y Fonseca parecen hoy en día una distancia insalvable, y eso que la alcaldesa y el rector podrían llegar a saludarse desde sus despachos, cuyos ventanales dan a la majestuosa Praza do Obradoiro. Si también sorprenden los pocos avances logrados hasta la fecha es porque, tras su investidura como regidora, la primera reunión institucional de Sanmartín fue con el rector López. Un claro mensaje de que consideraba esta relación como prioritaria para su forma de entender la ciudad. Dicha junta se celebró el 20 de junio del 2023 y, a su finalización, la alcaldesa reconoció que «existen unha serie de posibilidades inmensas» si ambas instituciones compartían recursos e infraestructuras, algo que apenas ha ocurrido, con excepción de un puñado de ocasiones.

Ese cambio de titularidad de las calles y aceras del campus sur no era lo único que contemplaba el ambicioso protocolo firmado en noviembre del 2023. También incluía la creación de una ruta ciclista que conectara ambos campus y la estación intermodal. El Concello colaboró con las señales, pero fue la Universidade la que realizó la compra de una serie de bicicletas eléctricas, cuyo mantenimiento también corrió a su cargo. Se gastó unos 100.000 euros y tras su éxito inicial, buscó apoyo por parte de Raxoi para ampliar el número de bicicletas y la red de puntos de carga por otros puntos de la ciudad, especialmente en el entorno de la intermodal. Tampoco terminó de materializarse. El convenio ya era «papel mollado».

La USC sí alcanzó un acuerdo con la Xunta para financiar la facultad de Farmacia

No le resultó sencillo, pero la Universidade de Santiago de Compostela sí logró apoyo por parte de la Xunta para sacar adelante uno de los proyectos más ambiciosos del actual mandato: la nueva facultad de Farmacia, que llevaba casi una década en el limbo tras el cierre de la vieja tras detectarse problemas de contaminación por hidrocarburos. Desde el pazo de Fonseca lograron el beneplácito de San Caetano para renegociar su deuda con la banca, de unos nueve millones, permitiéndoles finalmente licitar la obra, que costará 24,5 millones de euros. A través del Plan de Infraestruturas Universitarias, la Xunta aporta 12 millones, mientras que el resto saldrá de las arcas de la USC, en una operación que fue capitalizada como un éxito por parte de ambas instituciones, que cuentan con buena relación entre ellas.

Donde ha tenido menos éxito el actual equipo rectoral es con dos de sus infraestructuras deportivas, cuyo estado de conservación obliga a realizar obras de manera urgente. La primera es la pista de atletismo, cuya cubierta, que cuenta en su interior con un módulo para la época de lluvias, muestra una imagen casi tercermundista, con goteras y humedades dominando todo el espacio. La USC solicitó colaboración al Concello y a la Xunta, aunque no logró respuesta favorable por parte de ninguna de las dos instituciones. Algo similar ocurrió con el pabellón polideportivo, ubicado también en el campus sur. La Universidade tenía un proyecto para derrumbarlo y construir un nuevo, más pequeño y versátil. El actual cuenta con serios problemas de condensación, que provocan su cierre de manera sistemática.

Desde O Pedroso: Demoras eternas

«Si quieres que algo se haga, nombra un responsable. Si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión». Esas dos brillantes frases se le atribuyen a Napoleón Bonaparte, aunque han sido parafraseadas tantas veces que es difícil saber realmente quién es su verdadero autor. La realidad es que podrían tener 2.000 o 200 años. Resultarían igual de creíbles. La política lleva siglos utilizando la burocracia para eternizar aquello que no quiere, o puede, solucionar. Es como una especie de guiño a esa mítica escena de Una noche en la ópera, donde los Marx dan vueltas y vueltas a un contrato. Ninguno lo quiere firmar.