El estanque de la Alameda se queda sin agua y afloran la suciedad y las ratas

Una avería dejó sin agua a los dos únicos patos —uno de ellos una pequeña cría— que permanecen en el estanque de la Alameda, en plena ola de calor. Si las altas temperaturas suponen un problema para las personas, que aprovechan las sombras de los árboles para sobrellevar el día y consumen más agua de la habitual, los patos de la Alameda solo disponen del refugio de los arbustos para mitigar la calima. El problema comenzó hace unos días, y la coincidencia con la primera ola de calor del verano está propiciando que las quejas de las personas, que habitualmente pasean por la zona, vayan en aumento.

Al perder la mayor parte del agua afloran gran cantidad de residuos que se acumulan en el vaso del estanque, y sobre el que se pasean los animales rebuscando algo de agua para mitigar el calor. Ayer en las primeras horas del día, la única presencia de ansiado líquido correspondía a la que caía en el estanque procedente del riego de las plantas y también la que lleva estancada desde hace días en el recinto.

Entre los habituales de este espacio el comentario generalizado que se repite es el lamento del poco interés que parece despertar el lugar entre las autoridades locales desde siempre. Manuel, que ayer se paseaba como casi todas las mañanas junto al estanque, criticaba el aspecto de la zona, donde «solo atienden a las plantas, que están muy bien, pero del estanque nadie se ocupa». Tanto él como sus compañeros de paseo comentaron que, aunque ahora está sin agua y se ve la suciedad, cuando «está lleno también se aprecia que el agua no está limpia». Aseguran que la presencia de ratas «como conejos» es continua, y achacan a su presencia la reducción drástica de la colonia de patos. Incluso comentó que no hay huevos en los nidos, algo que era habitual en otros tiempos.

Los asiduos a este céntrico parque de la ciudad reconocen el trabajo diario de los jardineros que cuidan la Alameda, pero indican que hay cosas que «no dependen de ellos». Una es, precisamente, el estado en que se encuentra el estanque, y eso que era uno de los lugares más visitados por las familias. «¿Quién no trajo a sus hijos a echarle pan a los patos?», recuerda Pepe Trillo, que ahora lamenta no poder llevar a sus nietos tanto por la falta de patos como por el mal aspecto de todo.

El estanque de la Alameda fue remodelado en el 2013. Aquel año se invirtieron 100.000 euros para eliminar las filtraciones de agua que se producían desde el estanque hacia la avenida Xoán Carlos I y que encharcaba el sendero entre los estanques y el muro de la Alameda paralelo a la avenida. En aquella intervención se eliminó el cierre perimetral de sebe de ligustrum, que limitaba la percepción visual de los elementos del área, vegetación, agua y construcciones. Se instalaron, entonces, juegos de agua y luz. Ahora, la nueva vegetación, especialmente flores, vuelve a cerrar la visión.

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