La joven diseñadora de Compostela que con solo 18 años ya debutó en las pasarelas

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Marina Lamelo (en la foto, segunda por la izquierda) con las modelos que vistieron su colección «Bella Époque» durante la Mostra do Encaixe de Camariñas.
Marina Lamelo (en la foto, segunda por la izquierda) con las modelos que vistieron su colección «Bella Époque» durante la Mostra do Encaixe de Camariñas. CEDIDA

Marina Lamelo empezó a coser en el confinamiento y este año mostró su talento por primera vez en un desfile, con gran acogida. Además ha sido seleccionada para otros dos, en Mos y en Portugal

01 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Recuerda Marina Lamelo Vallejo que su abuela siempre cosió y hacía vestidos para sus muñecas, alguna ropa para ella y su hermana cuando aún eran pequeñas, los trajes de gallega... «Usaba una máquina que estaba en un cuarto al que tampoco teníamos mucho acceso y no la veíamos tampoco coser a diario. Lo hacía casi a escondidas», dice. Con todo, algo llevó a esta joven santiaguesa durante la época del confinamiento a seguir los pasos de una mujer con la que también comparte el nombre: «Mi hermana, a la que saco un año y pico, se pidió una máquina de coser unas Navidades y se quedó ahí aparcada durante bastante tiempo, porque nadie sabía usarla. A raíz de la pandemia, me puse a ver tutoriales de YouTube y empecé a hacer alguna cosa. Estábamos encerrados en casa y todos buscamos algo con lo que distraernos..». No se imaginaba entonces la vecina de Salgueiriños que acababa de descubrir su vocación, una que ha ido alimentando hasta debutar con solo 18 años en una pasarela de referencia en Galicia.

«Justo después de la pandemia comencé a ir clases cerca de Porta do Camiño con una artesana, pero por una enfermedad tuvo que dejar de darlas. Mi madre me animó a continuar en la academia de corte y confección de Susa Suárez, maestra de modistas que lleva toda la vida en esto. Nos apuntamos mi hermana y yo. Éramos las únicas niñas y me empecé a dar cuenta que eso era lo que me gustaba. Ya llevo 5 años yendo allí, además de estar en segundo de carrera de Diseño de Moda en la EASD Mestre Mateo».

Así pasó Marina de hacer cosas muy simples, bolsos o neceseres, a crear su primera colección para la XXXIV Mostra do Encaixe de Camariñas. «A mi academia venían alumnos de la Mestre Mateo a hacer sus proyectos, a modo de refuerzo. Yo los veía crear sus colecciones para los desfiles y me entraron ganas de participar, aunque hay que tener 18 años para poder inscribirse. Yo los cumplí en octubre y en diciembre acababa el plazo para anotarse al concurso de Camariñas. Tuve cuatro meses para preparar mi propuesta, que se presentó en los cuatro días de desfiles del mes de abril, coincidiendo con la Semana Santa. La respuesta de la gente fue muy buena. Me daban la enhorabuena por participar siendo tan joven e incluso alguno se llegó a cuestionar si había cosido yo mi colección, lo que para mí fue un halago», relata una diseñadora emergente que se inspiró en la figura de la Bella Otero y la moda de finales del siglo XIX y principios del XX para esta ocasión. 

Y esto parece solo el comienzo de una carrera prometedora. A finales de junio la seleccionaron para otro certamen que organiza la Asociación de Palilleiras de Mos y el 23 de agosto estará en Valença do Miño (Portugal) en un desfile no competitivo para mostrar el trabajo que ha venido haciendo hasta ahora, indica una joven emprendedora que a través de Vinted ya tiene clientas de distintos países de Europa interesadas en sus bolsos y neceseres. «En general, me encanta exprimir mi tiempo al máximo y me motiva hacer cosas nuevas que me llenen», constata Marina, quien hizo patinaje de competición, estudia idiomas, ha sido scout y desde hace dos años se unió como voluntaria a Protección Civil, donde es también macera.

Confiesa Marina que la parte de confección es la que más le gusta de todo el proceso creativo: «A lo mejor me decanto más adelante por la parte más técnica y no tanto por la artesanal o artística. Al principio a mí me costaba mucho bocetar, plasmar en el papel mis ideas era algo que se me atragantaba, pero al final es algo que aprendes. Para eso entras en la carrera».