El comercio del Ensanche de Santiago cierra por vacaciones en pleno agosto

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Muchos negocios inician un descanso que algunos amplían hasta fin de mes

14 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Agosto es tradicionalmente el mes de las vacaciones para la inmensa mayoría de los trabajadores, pero hay dos sectores en los que descansar en verano suele considerarse casi un lujo: la hostelería y el comercio. Esta situación prolifera cuando los negocios son familiares y no tienen personal más allá del propio autónomo. Para estos grupos, estos dos festivos de mediados de agosto representan un balón de oxígeno para echar el cierre y descansar unos días en verano. Y son muchos los negocios que unen alguna jornada más para descansar toda la semana o incluso la última quincena del mes.

Este descanso es, en palabras de José Antonio Seijas, algo muy habitual: «Hay poco movimiento. Si hace buen tiempo, los de Santiago se van a la playa, y el turismo no está por la zona». Un simple paseo por el Ensanche permite confirmar las palabras del veterano comerciante, y comprobar que la actividad comercial es escasa en buena parte de la zona. Tan solo se mantiene algo más activa en las calles que están más próximas al casco histórico o bien en aquellas donde se localizan establecimientos hoteleros.

Estas vacaciones en agosto están más generalizadas entre el comercio que en la hostelería, de ahí que en muchos escaparates del Ensanche estos días se anuncien cierres por descanso, fundamentalmente a partir del día 15. Es el caso de la papelería y quiosco del Hórreo, que pide disculpas a sus clientes por el cierre del viernes al domingo. En otros casos, como la tienda de legumbres y la tapicería Julio, ambas en Alfredo Brañas, descansan durante toda esta semana. Otros negocios, en vista del poco movimiento, optaron por tomarse un descanso más prolongado. Son los casos, entre otros, de Sarto y Mogambo, que anticiparon el cierre al pasado día 2 y lo alargarán hasta el 17, o Mokasu, que se irá de días libres coincidiendo con estos festivos para prolongar este período vacacional hasta septiembre. En todos los casos, la elección de las vacaciones viene determinada por el perfil de sus clientes. De este modo, si sus potenciales compradores están fuera de Santiago, los comerciantes optan por el cierre. Sucre&Firenze, en O Hórreo, ha planificado su cierre desde este San Roque hasta el día 23, y la mercería Lans no abrirá hasta el 25, a la espera del regreso de los compostelanos.

La fórmula prende en la hostelería fuera de la zona vieja

Atrás, muy atrás, quedó aquella hostelería que abría todos los días del año, e incluso tenía unos horarios de entre doce y catorce horas diarias, cuando no eran aún más. Eran unos tiempos en los que a nadie se le ocurría cerrar un restaurante en fin de semana o hacerlo durante una jornada festiva. Sin embargo, en la hostelería actual, salvo excepciones, la situación ha cambiado radicalmente. Los descansos, incluso con condiciones por encima de las previstas en el convenio, suelen ser fórmulas empleadas por los hosteleros para garantizar la fidelización de sus plantillas. Más aún en unos tiempos en los que la falta de trabajadores está generando problemas para mantener abiertos los locales.

No solo hay establecimientos que echan el cierre todos los fines de semana de agosto, como es el caso de la Nave de Vidán, sino que también hay cafeterías, como Dalia, en el Ensanche, que aprovechan agosto para que su personal recargue las pilas y vuelva el lunes 25 para estar a punto para el regreso de los compostelanos de sus vacaciones y también para la vuelta de los universitarios a las aulas.

Hace unos años era habitual que los establecimientos de hostelería de la zona nueva cerrarán en agosto, ante la marcha de los estudiantes; pero con la irrupción en el mercado de las viviendas de uso turístico los hosteleros se readaptaron y comenzaron a mantener sus locales abiertos con la esperanza de que los turistas no se quedaran solo en los locales del casco histórico. Sin embargo, ahora comienzan a ser nuevamente más frecuente los cierres hosteleros en el Ensanche durante algunas de las semanas de agosto y, más concretamente, durante esta semana.

Lois Lopes, de Hostalaría.gal, apunta que para los negocios que trabajan fundamentalmente con clientela de Santiago, y que no están en los circuitos del turismo, agosto resulta un mes flojo. «Entre semana vas tendo xente, pero na fin de semana no hai ninguén», explica. De ahí que los hosteleros se planteen bajar la persiana durante el fin de semana, lo que permite concentrar los dos días de descanso semanal en el sábado y el domingo, e incluso dar vacaciones en agosto, lo que agradecen especialmente los trabajadores con hijos menores.

Por otro lado, Lopes considera lógico que, del mismo modo que los locales del Franco y de A Raíña «pechan en xaneiro por falta de xente, o resto o fan en agosto polo mesmo motivo».

PACO RODRÍGUEZ

El suvenir marca el paso estival en los negocios del casco histórico

Frente a la menor actividad registrada en el Ensanche durante estas semanas de agosto, el casco histórico se encuentra en uno de sus mejores meses del año. Para la gran mayoría de esos negocios, el período vacacional tendrá que esperar al otoño o al invierno.

La hostelería y la restauración tendrán todos sus locales disponibles también en estas jornadas festivas, mientras que en el comercio se prevé algún cierre en las jornadas del viernes y el sábado. Todos los establecimientos orientados hacia el turismo, los negocios de suvenir, atenderán a sus clientes tanto en el festivo de mañana como en el del sábado, día de San Roque. Frente a esta apertura generalizadas del comercio del suvenir hay otros establecimientos, fundamentalmente del textil y calzado, que optan por cerrar sus puertas durante las dos jornadas festivas. Eso sí, salvo casos excepcionales, ni comienzan antes el tiempo de descanso ni tampoco lo prolongan mucho más allá. Con todo, algunos comerciantes están optando por cerrar todos los sábados de agosto para disfrutar del verano con sus familias.

La elevada afluencia de visitantes que se registra en agosto invita a los comerciantes de la zona vieja a aprovechar la animación de las calles para intentar «pescar» algo entre los turistas.