Sensoxenoma vuelve a unir lágrimas, sangre, música y ciencia

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El proyecto de investigación sumó su cuarto concierto en el Auditorio de Galicia

04 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Sin música, la vida sería un error», esa frase de Friedrich Nietzsche esconde una realidad: la música lleva siglos despertando pasiones, avivando sentimientos y provocando preguntas. ¿Impactará la vibración de un acorde de guitarra o violín en nuestros genes? Esa es una de las hipótesis que busca resolver el proyecto Sensoxenoma, nacido en el 2022 de la mano del IDIS y que ayer vivió su cuarta toma de muestras. Lo hizo en el Auditorio de Galicia, donde la Real Filharmonía y la Banda Municipal de Música de Santiago ofrecieron un nuevo concierto, que dividieron en dos partes: una tranquila y otra con un ritmo más dinámico.

Aunque los músicos se subieron a las tablas a las 18.30 horas, los organizadores y colaboradores llegaron hora y media antes. Ultimaron todos los detalles para, a las 18, tomar muestras de 160 donantes, a los que recogieron saliva, sangre y lágrimas. A mayores también se les colocaron unos sensores en las manos para recoger su ritmo cardíaco, presión arterial y la actividad electrodérmica. A ocho personas con sordera profunda se les entregó unas mochilas vibradoras para que pudieran seguir la música. La toma de datos se repitió en el descanso y al término del recital.

Para que la información sea más ecléctica, en la investigación participaron enfermos con afecciones neurodegenerativas, trastornos del espectro autista y daño cerebral. Para ello, la organización contó con colaboración de asociaciones como Dano cerebral Santiago de Compostela, AMES Miastenia, Aspanaes, Agadea y la Asociación Española de Paraparesia Espástica Familiar.

Las claves

«Os resultados máis rápidos serán os das lágrimas e os dos sensores, xa que son probas que levan menos traballo. Os resultados definitivos non estarán ata dentro de un ano ou dous. Os traballos científicos sempre son así», apuntó Laura Navarro, coordinadora de un proyecto en el que cuenta con el apoyo de Federico Martinón y Antonio Salas.

En los tres años de camino, el equipo ya ha logrado crear ciencia. Por ejemplo, ha confirmado que los estímulos musicales sí modifican la expresión genética y, en el caso de las personas enfermas, esos cambios se dan en el doble de genes que en las que carecen de patologías conocidas. Con el concierto de ayer, Sensoxenoma espera seguir derribando los muros del conocimiento de la mano de una música que no deja de mover el mundo.