Compostela Rupestre inicia la limpieza de los accesos y el entorno de 145 petroglifos
AMES
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El plan de la Diputación se retrasó por la titularidad de suelo
05 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El Parque Compostela Rupestre, integrado por espacios arqueológicos de los concellos de Santiago, Teo, Ames, Brión y Val do Dubra, y auspiciado por la Diputación provincial, afrontará en los próximos meses una de sus tareas pendientes, pero muy acuciante: la limpieza de los accesos y el entorno en los que se ubican 145 petroglifos identificados en estos municipios y en los que es posible intervenir.
El acuerdo para definir estos trabajos de limpieza y desbroce se remonta a febrero del 2022, pero la licitación se retrasó hasta el pasado 28 de junio por los problemas para que los concellos aportasen toda la documentación que exige la Diputación para intervenir en estos vestigios, que deben de ser de titularidad pública o tener autorizaciones firmadas de sus propietarios. Y en muchos casos estos permisos no son fáciles de conseguir porque los yacimientos se ubican en zonas de monte y no siempre se puede contactar o identificar correctamente a sus dueños.
El contrato se planteó para tareas de desbroce y limpieza de todas la rutas recogidas en el plan director del parque Compostela Rupestre. También para definir todas las superficies a desbrozar y ajustar el presupuesto al terreno objeto de intervención. El plan tenía una asignación económica de 125.000 euros pero finalmente la Diputación decidió arrancar con un presupuesto máximo de 85.023 euros (IVA incluido), ya que este es el importe calculado para las zonas que tienen toda la documentación en regla, por lo que intervenciones en Santiago, Ames y Brión quedaron pendientes por algún trámite que se prevé subsanar.
En total, según consta en la memoria técnica del contrato, la limpieza abarcará una superficie de 107.227 metros cuadrados. Dadas las características del encargo, el acondicionamiento de las rutas y los accesos se realizará, en líneas generales, mediante el uso de tractores, pero en el entorno más inmediato de los petroglifos las tareas ya deben acometerse de forma manual y siempre bajo supervisión arqueológica, ya que una de las exigencias del proceso es que la empresa que asuma la tarea incluya una persona con titulación en arqueología.
Esta primera limpieza que afronta el parque Compostela Rupestre tendrá un plazo de cuatro meses, estableciendo además un protocolo de desbroce bajo los parámetros de la Dirección Xeral de Patrimonio, que servirá de base para los trabajos de mantenimiento que posteriormente acometan los concellos que participan en este proyecto.
Petroglifos registrados
En el caso de Santiago, el entorno de los bienes en los que se va a intervenir, y que constan expresamente en el plan de limpieza, corresponden a los petroglifos de A Pedra que Fala, Campo Redondo, Cortellos, Devesa da Rula, Monte de San Miguel, Agro do Campo, Rexio, Penedo Branco, Cortellos, Agro do Crego, Monte de Vilastrexe, O Souto, Monte Alberto y Prisanseira.
En Teo, concello que en el año 2018 homologó la única ruta de petroglifos de Compostela Rupestre con este reconocimiento y que la somete a periódicas tares de limpieza, las intervenciones incluidas en el plan de roza abarcan los petroglifos identificados como Coto de Miáns, Fondao, Pena Bicuda de Loureiro, Outeiro do Corno, Pedra Bicuda de Regoufe, Cornide y Monte Piquiño.
Un apartado especial del plan para Teo lo tiene Monte Piquiño, en el que están identificadas 21 mámoas, o túmulos funerarios, con la sospecha de que una detallada excavación arqueológica puede descubrir un yacimiento de especial relevancia. Tanto es así que en la memoria de la licitación se hace constar que la limpieza incluirá, de manera puntual y para evitar que las raíces deterioren los restos así como para impedir incendios, una tala controlada de árboles bajo un criterio arqueológico. La limpieza también busca «identificar posibles elementos estructurales en superficie: cámaras pétreas, corazas de cobertura del túmulo, anillos perimetrales o corredores».
Las intervenciones en Ames corresponden a los petroglifos de Pinal, Peneda Negra y Monte das Pedras. Brión incluye las estaciones de Beca y Monte Pumariño y Val do Dubra aporta Pedra do Home y el Castelo de Portomeiro. Estas dos últimas están datadas en períodos muy posteriores a las manifestaciones prehistóricas. El ámbito del Castelo de Portomeiro y el de Monte Piquiño son las que más superficie aportan a las 107 hectáreas incluidas en este plan de limpieza.
Centro de interpretación
El proceso de licitación convocado por la Diputación no está concluido. El último trámite público del expediente corresponde al nombramiento de un grupo de expertos para supervisar la adjudicación, siendo uno de ellos un miembro del colectivo cultural A Rula, que impulsó la creación de este parque.
Xosé Luís Penas, diputado provincial responsable del área de Patrimonio, y en consecuencia del desarrollo de Compostela Rupestre, confirma que las tareas de limpieza se acometerán en brevetes. Penas destaca que «o contrato marco que está en licitación permite limpar os espazos públicos e aqueles nos que temos autorización, e para a segunda fase aqueles espazos nos que non conseguimos os permisos para non demorar máis as limpezas, e, sobre todo, o traballo arqueolóxico que se poida derivar delas». «Hai espazos que hai que limpar canto antes porque están máis en precario, ben polos eucaliptos ou porque a herba está medrando demasiado», añade.
Estas tareas de limpieza corresponden a la primera fase del plan director del parque. Poner en marcha el Centro de Interpretación da Arte Rupestre de Villestro (Santiago) como punto de información de Compostela Rupestre y promover una excavación en el Monte Piquiño de Teo son las próximas tareas de este proyecto.