Ronald, el venezolano que representa a la inmigración mejor integrada en Ames

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

AMES

Ronald Rojas, pregonero de las Festas da Peregrina, hablará en su discurso del esfuerzo que el inmigrante debería hacer por ser parte de la comunidad. Él no dio uno sino dos cursos de gallego, lengua que pondrá en práctica en su intervención este padre de familia quien, tras hacer una formación del SEPE, encontró un empleo en la construcción.
Ronald Rojas, pregonero de las Festas da Peregrina, hablará en su discurso del esfuerzo que el inmigrante debería hacer por ser parte de la comunidad. Él no dio uno sino dos cursos de gallego, lengua que pondrá en práctica en su intervención este padre de familia quien, tras hacer una formación del SEPE, encontró un empleo en la construcción. PACO RODRÍGUEZ

Él será el pregonero encargado de despedir mañana las Festas da Peregrina en Bertamiráns

09 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Algo más del 6 % de los vecinos de Ames son extranjeros. Y, la comisión de las Festas da Peregrina, buscando «darlle un recoñecemento a unha parte moi importante da nosa poboación, e que se sintan tamén parte do municipio nuns días nos que o sentimento de comunidade é tan importante como nas festas»  —tal y como destacó una de sus componentes, Miriam Souto—, eligió este año a un venezolano que reside en Bertamiráns para dar el pregón que despedirá las celebraciones mañana, a las 14.00 horas.

Se trata de Ronald Rojas, nacido en Caracas hace 57 años, casado y con cinco hijos (tres de ellos en España y dos, de una relación anterior, en su país natal). Con un título de técnico superior en informática y licenciado en Administración de Banca y Finanzas, cuenta que durante 24 años estuvo en una sucursal, en la que fue escalando desde cero y pasó de ser cajero a ocupar los últimos años el cargo de gerente de oficina. Recuerda aquella como una etapa «muy bonita» y, aunque él y su pareja trabajaban en el banco, «aún así no podíamos pagar una escuela privada para nuestros hijos y allá la educación pública no funciona. En el 2018 ya empezaba la cosa a ponerse fea por Venezuela: no veíamos forma de dar a nuestros hijos una buena educación, de costear la alimentación, llevarlos a la clínica si enfermaban... Yo nunca pensé que iba a salir de mi país, pero tenía en España una familia de amigos y nos animaron a venirnos», relata Ronald, quien tardaría dos años en tomar la decisión de dejarlo todo atrás para empezar de cero en Ames.

Llegó el 20 de noviembre del 2022 junto a su mujer Mónica y sus hijos Santiago, Victoria y Ezequiel (que hoy tienen 13, 10 y 8 años). «Nos acogió en su casa el señor Casimiro, cuyo papá era gallego y estuvo 50 años en Venezuela. Lo conocí allí, antes de que retornase a su tierra, y recuerdo que nunca dejó de hablar gallego, aunque se le entendía muy poco. Nos acogieron a los cinco en su piso de Bertamiráns, en un gesto de amor, porque recibir a tantas personas en tu casa es difícil. El señor Casimiro ya tenía entonces problemas de demencia y murió el año pasado», rememora con enorme agradecimiento un hombre que habla de todas las puertas que encontraron aquí abiertas, empezando por esta familia y continuando por las del Concello de Ames o la comunidad cristiana donde hoy sirven (siguiendo una vocación de ayuda al prójimo que ya practicaban en Venezuela).

PACO RODRÍGUEZ

Tuvieron en su día que recurrir al banco de alimentos municipal, del que se hicieron voluntarios al poco tiempo, porque son de los que creen que es más grato dar que recibir. «Pienso que para el inmigrante la mayor ayuda es el acogimiento y ese sostén emocional que necesita uno al llegar a un nuevo país. La orientación que nos dieron desde el Concello fue fundamental, incluso a nivel legal, para saber cómo se hacen aquí las cosas. También es verdad que nosotros hemos sido obedientes y no buscamos atajos». En Bertamiráns, dice, han podido empezar una nueva vida, ofrecer un futuro mejor a sus los pequeños y caminar por la calle con seguridad de noche, algo que solo se agradece cuando uno sabe lo que es volver a casa con miedo a diario.

Igual que la inserción social fue muy fácil para Ronald, reconoce que su inserción en el mercado laboral fue algo más costosa, aunque encontró igualmente manos tendidas. «Validar mis títulos aquí iba a llevarme 2 años y no podía esperar tanto para ejercer mi profesión, porque necesitaba traer dinero a casa. Hice un curso en el SEPE sobre revestimiento de paredes. Yo no sabía nada de albañilería y una empresa me recibió para trabajar con ellos, aún sin saber yo mucho de este oficio. El próximo mes de abril cumpliré 2 años allí. Al principio, al venir de un ambiente de oficina, el choque fue muy fuerte, pero me he ido adaptando, ganándome el respeto de mis compañeros e incluso cosechando amistades», señala un hombre hablador y con don de gentes, con un programa de radio digital todos los martes.

Su pregón de hoy, avanza, irá «en dos direcciones: hacia el inmigrante, independientemente de donde sea, para alimentar esa parte de acogimiento por parte del Concello a la que yo estoy tan agradecido y para recordar también que no podemos conformarnos con que nos ayuden en todo. Es decir, como inmigrantes también hay que buscar encajar en la sociedad y no puedes pretender que Galicia se acostumbre a ti y a tus costumbres, sino al revés, respetando siempre las diferencias y sin ningún rechazo. A mí, por ejemplo, me decían que aprender gallego era una pérdida de tiempo y no hice un curso sino dos, en los que también conocí a gente que me ayudó muchísimo y a la que yo pude ayudar. Además, habrá en el discurso un guiño a Rosalía de Castro, tan presente en esta tierra, y voy a intentar falar en galego, con mi propio acento y todas mis limitaciones».

Para Ronald, dar el pregón ha sido «una bendición de Dios» y una oportunidad única para «contar mi experiencia e inspirar con ella». No faltarán agradecimientos, por el venezolano es —ante todo— una persona agradecida y en esa lista va incluido Leonardo Peña, técnico de mediación intercultural del Servizo de Atención ao Migrante do Concello de Ames, «con una vocación de servicio tremenda», subraya el pregonero de las Festas da Peregrina, un ejemplo de la inmigración bien integrada y un orgullo para sus vecinos.