«Veu a luz», el joven barbero que anunció en Melide la vuelta a la normalidad tras el apagón

MELIDE

A las 11.10 de este martes, el municipio recuperó después de casi 23 horas el suministro eléctrico, la conexión telefónica y el acceso a internet. Fue uno de los últimos municipios de Galicia
29 abr 2025 . Actualizado a las 14:06 h.Pasaban diez minutos de las once de la mañana cuando Melide se recuperó del apagón eléctrico que afectó a toda la península ibérica. El joven que atiende la mítica barbería El Aseo, ubicada en la histórica rúa San Pedro, salía a esa hora a la puerta de su establecimiento, sin clientes en ese momento, para anunciar a los transeúntes: «Veu a luz». En lo que fue un gesto totalmente espontáneo, Sergio Vilariño compartía, con alegría y alivio, la noticia, confirmada, a los pocos segundos, por la alarma que empezó a sonar en una joyería, localizada unos metros cuesta arriba en esa calle en la que los peregrinos, procedentes del centro urbano, se adentran en el casco viejo de la localidad. Melide fue uno de los últimos municipios de Galicia en recuperar el suministro eléctrico, la conexión telefónica y el acceso a internet, imposible hasta para los clientes de las operadores que mantuvieron el servicio durante buena parte de la jornada del lunes.
Si el apagón apresuró ayer el cierre de buena parte de los comercios y locales de hostelería, esta mañana retrasó la apertura de los negocios, salvo contadas excepciones. En la entrada de una de las cafeterías de la Praza das Universidades, un generador era la salvación para quienes no renuncian al café de la mañana. Fue uno de los pocos establecimientos de hostelería con la persiana levantada dese primera hora. De igual sistema tiraron en una de las farmacias del centro de la localidad para minimizar el impacto en el despacho de medicamentos. Y, hasta que se recuperó el servicio, únicamente en una de las grandes superficies comerciales de Melide funcionaron con normalidad, al disponer de generadores. En los demás supermercados, los empleados aguardaban uniformados a las puertas del establecimiento poder empezar a trabajar. Lo mismo que compañeros de banca, haciendo corrillo en la calle, al igual que la inmensa mayoría de los vecinos, con los que era imposible no parar, porque el tema de conversación era, es y seguirá siendo, por unos días, obligado.